Para el día 8 de Noviembre, el siguiente de la visita a Roma, mis padres y mi hermana iban a visitar el Vaticano, pero a mi la verdad no me interesaba demasiado y, como no iban a ver los museos que era lo que me habría gustado, me busqué otra actividad que siempre me gusta: observar y fotografiar aves. Así pues tuve la previsión de, antes de viajar, ponerme en contacto con los encargados del Centro Habitat Mediterraneo, una reserva natural en el Puerto de Ostia, zona costera de la propia Roma. Después de un largo trayecto en metro, tren y autobús, probando de paso la infraestructura del país a este respecto (me reservo la opinión...), finalmente llegué al centro, donde muy amablemente me atendió Alessandro, presidente de la asociación LIPU (que viene a ser como SEO en España); aquel día estuve en tres hides diferentes, dos por la mañana y uno a mediodía, y, aunque el día estuvo nublado y bastante lluvioso, pude anotarme un buen número de especies. Ninguna novedad, pero por lo menos es una jornada en el campo y, si te llevas buenas imágenes, pues mejor.
En los observatorios de mañana un buen número de aves: flamencos, cercetas, zampullines, agachadizas, pajarillos... de los que pude tomar alguna imagen buena, incluso con las gotas de lluvia cayendo alrededor de los bichos: Sobretodo los flamencos (Phoenicopterus roseus), que se llevaron la palma en cuanto a avistamientos y cercanía, mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) y cercetas comunes (Anas crecca), además de las especies ya mencionadas arriba y una mantis religiosa a la puerta de uno de los hides. Aunque a ratos la mañana fuese algo aburridilla, al final algo se pudo hacer, creo que las imágenes lo demuestran.
Por la tarde estuve en otro hide, esta vez a ras de suelo, donde, aunque me falló el rascón (una pena pues aquí llegan a verse bien cerquita), tuve cerca garcetas, anátidas, gallinetas, zampullines, martín pescador, aguilucho lagunero en vuelo...
Aquí también vi la última novedad del viaje: en esta reserva se ve con mucha facilidad al coipu (Myocastor coypus), enorme roedor exótico procedente de Sudamérica y muy parecido a un capibara en miniatura.
Una entrada esta con poco texto, excepto la introducción e igual la diatriba sobre el coipo, pero la jornada no dio para más. Por suerte aún me quedan fotos para enseñar, en concreto las cornejas cenicientas desde el balcón del hotel y, para acabar con el viaje, unas fotos de los alrededores del pueblo donde está viviendo mi hermana, en plenos Apeninos y rodeado de una buena explosión otoñal: hayas, castaños, robles, álamos... Una zona para volver con más calma pues sólo pasamos un día por allí.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!
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