Los humedales y zonas costeras que solemos ver por este blog están muy bien: gran variedad de especies, paseos cómodos y sencillos... pero hay veces en que toca cambiar radicalmente de ambiente con el fin de diversificar esas salidas que sientan tan bien. Yendo al grano comenté que el día 21 de Marzo, último de mis vacaciones por San José, dediqué la mañana a algo distinto. Simplemente una breve vuelta por una zona donde, al contrario que en mi localidad y alrededores, abundan las grandes rapaces rupícolas. En concreto la cosa se saldó con unos 7 buitres leonados (Gyps fulvus) y 2 águilas perdiceras (Aquila fasciata).
No estuvo nada mal la cosa, y si le añades una fugaz culebrera (Circaetus gallicus), tercera que veía este año, y varios grupos familiares de pardillos (Carduelis cannabina) pues ya tienes un buen puñado de especies diferentes. Además, siempre sienta bien caminar un poco por la montaña.
Tan bien me sentó, que una semana después me animé con una ruta mucho más exigente. Si bien la vez anterior estuve relativamente cerca de mi casa, esta vez tocaba visitar la vecina provincia de Castellón y subir a las alturas del Alto Palancia, comarca ya limítrofe con Teruel a la que tengo mucho aprecio por conocerla ya desde hace más de 10 años. Aquí hay infinidad de rutas, pero subir a la mole del Peñaescabia (1.331 msnm) y recorrer sus llanuras y escarpes rocosos es de lo más espectacular que puede hacerse por aquí. Una vez más en busca de rapaces: de hecho, antes de llegar arriba del todo ya observé una calzada (Aquila pennata) fase clara y varios buitres mientras cantaban herrerillos, trepadores azules, agateadores... Todo esto caminando entre frondosos bosques de pino negral (Pinus nigra) con sotobosque de enebro (Juniperus communis) muy atractivo. Con respecto a la calzada, pues aquí en la península se considera estival; pero el caso es que yo recuerdo ver un ejemplar en la misma zona hace unos años, a principios de Diciembre, tal y como lo anoté en su día en la primera libreta de observaciones que me animé a escribir.
Después del barranco, antes de volver definitivamente a casa, pude escuchar otro cuco (seguramente sería el mismo) y fotografiar varias especies de reptiles; poco más, entre el cansancio y demás. En total recorrí 14 km. con 730 metros de desnivel acumulado, normal que al final no estuviera ya para tanta foto.
Lagartija colilarga (Psamodromus cinereum).
Entre estas dos salidas, el 21 y 28 de Marzo respectivamente, el Jueves 25 fui a ver si veía algún pito real (Picus viridis) en unos sotos fluviales cercanos a Valencia, allí donde el Turia sigue fluyendo libremente. Lo bueno es que escuché varios ejemplares y pude disfrutar de uno bastante expuesto; lo "malo" es que lo demás fueron todo cosas a las que ya estoy acostumbrado, aunque me gustó la curiosidad con la que un mito (Aegithalos caudatus) vigilaba mis movimientos; además, la variedad floral de la primavera nunca defrauda, y fue un paseo bastante agradable.
En resumen; de vez en cuando viene bien cambiar de aires, no sólo por ver especies diferentes, sino también por explorar zonas distintas en las que siempre encontrarás algo distinto a lo usual. Por cierto, los cambios de aires se van a convertir en una tónica a partir de ahora y hasta nuevo aviso... Pues sí, me he cogido una semana de vacaciones en el trabajo y se acerca; entre eso y la semana santa se avecinan días muy disfrutables en cuanto a campo y naturaleza.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!