viernes, 29 de mayo de 2020

Experimentos fotográficos (y algo de bicherío)

Aunque ya podemos salir a campear por nuestro municipio, al final te aburres de siempre las mismas zonas. La variedad va a llegar de la mano de nuevos lugares; sin ir más lejos, el lunes que viene empiezo a visitar otras zonas de la provincia. Mientras llega y no llega, para dar algo de vidilla a mis paseos y, sobretodo, practicar otras técnicas fotográficas he estado haciendo algunos experimentos con luces, texturas, etc. Para empezar, es sorprendente la de cosas que puedes hacer con la luz del atardecer, sobretodo al ponerla detrás del sujeto a fotografiar. Yo probé varias cosas en un campo de alcachofas (poco glamuroso, pero es lo que tengo más a mano).

El susodicho cultivo, siempre respetando sus límites y la propiedad privada por supuesto.

Aquí la idea era aprovechar la incidencia de los rayos solares.

Aquí se ve perfectamente.

Varios intentos de siluetas.


Hasta que conseguí la imagen que ahora es mi flamante salvapantallas. El que más me ha gustado de mis experimentos.
 
No estoy seguro de que especie es, pero también dio buenos resultados.


 
La siguiente prueba fue tratar de conseguir los reflejos dorados del agua de las acequias (otra vez tirando de lo que tengo más a mano), tanto a última hora de la tarde como algo más pronto, el día siguiente:
 
- Últimas luces:
 
A estas horas es cuando el sol, al posarse, produce unos colores preciosos en el agua, casi psicodélicos:
 


Un momento precioso.
 
- 8:15 pm:
 
Aquí intenté jugar un poco con las sombras, de modo que el agua resaltara sobre los muros. No estoy tan satisfecho con el resultado, pero en ello se basa el aprendizaje, ¿no?
 


Me encanta el detalle de la vegetación a la izquierda; sin duda, otra de mis favoritas-

Igual que esta, en la que el agua de riego parece un auténtico río.
 
Hasta las "malas hierbas" se pueden aprovechar para una buena fotografía, sobretodo si las fotografías a su altura. Eso sí, la gente se quedaba flipada al verme allí agachado.
 
Dientes de león (Tharaxacum officinalis).


 
 
La misma especie, al amanecer.
 
Igual que este albaricoque. Y pensar que una bandeja de estos frutos me dura dos días...
 
Fabácea cuyo nombre desconozco.

Y la avena silvestre (Avena fatua), una "mala hierba" de la familia de las gramíneas que me encanta.


 
 Las fotos de aves y otros animales son mucho más complicadas, ya que influye su comportamiento y otras variables. Sin embargo, aquí van unas cuantas que he conseguido, aparte, como no, de otras especies que me han acompañado durante mis experimentos. Cómo resistirse a dejarlo todo por un momento y fotografiar bichos después de tanto tiempo...

Morito (Plegadis falcinellus). 
 

Gorriones molineros (Passer montanum).
 
Este jovenzuelo me cayó simpático, y debió ser recíproco pues ni se inmutó de mi presencia.

Volantón, creo, de mirlo (Turdus merula) entre multitud de flores silvestres (y no tan silvestres).
 
Estorninos negros (Sturnus vulgaris).
 
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) dándolo todo. Me acordé de un amigo que siempre dice que "¡la mejor discoteca, el río!"
 
 
Algunos invertebrados: Piquitos castaña (Carcharodus alceae).

Ortethum coerulescens hembra.
 
Y uno de mis favoritos: Esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum).
 
Y esta simpática rana común (Rana perezi). Hay que ver los conciertos que se montan con los sapos parteros (Alytes obstetricans).
 
Como no podía ser de otra forma, inmortalicé los bellos atardeceres de primavera (aunque los de otoño-invierno no desmerecen nada), incluyendo algunos trucos para realzar su belleza:
 

Un lienzo maravilloso.

Siempre está bien utilizar elementos del entorno para mitigar la luz solar, sobretodo cuando te viene de cara.
 


 
Algunas con luz dura.

 
En este caso utilicé el flash para realzar la señal de tráfico. El sol ha quedado precioso.
 
En esta, el sol baña el contorno de la higuera estilo "borde".
 
 
Y estos han sido mis experimentos; sin duda utilizaré algunos de estos trucos/técnicas en el futuro, quizá durante las venideras jornadas provinciales que, desde luego, prometen ser muy interesantes, sobretodo después de tantísimo tiempo.
 
En fin, un saludo y...
 
¡Nos vemos en las tierras silvestres!