Estos tres días de puente (en mi caso 4, al ser el 9 de
Octubre día de la Comunidad Valenciana) he podido disfrutar bastante bien de la
mayoría de las especies acuáticas que pueden verse por España, la mayoría
bastante cerca. Y de nuevo, por tercera vez este año, me he vuelto a ver las
caras con la amenazada cerceta pardilla (Marmonetta angustirostris), esta vez
en el “Clot de Galvany”, reserva tutelada cerca de Alicante ciudad en la que se
pueden ver esta y otras aves desde una serie de miradores, y mucho, pero que
mucho más cerca que en otros lugares similares, por cierto.
Aunque aquel día estaba nublado y, al ser festivo, lleno de
gente, tuve bastante suerte pues la luz no era demasiado mala y la mayoría de
visitantes eran gente muy respetuosa con el único objetivo de ver aves en
libertad. Por lo demás un enclave bastante chulo, con gran cantidad de aves de
todo tipo, observatorios y miradores cómodos y bien orientados y una buena
muestra de la vegetación del sur de Alicante, perfectamente adaptada al clima
semidesértico de aquellos lares; si no fuera por el hecho de estar rodeado de
fincas y la cantidad de eucaliptos y cipreses plantados, ya sería de diez, pero
es lo que hay.

Rana común (Rana perezi).
Flora del entorno: esta en concreto no la conozco pero debe de ser alguna especie de salicornia.
Bufalaga marina (Thymelea hirsuta).
Senecio auricula.
Otra cosa es la escasa (o directamente nula) señalización;
hay que buscarse un poco la vida, seguir a la gente... nosotros así lo hicimos
hasta encontrar los observatorios, en uno de los cuales ya de primeras se veía
una buena cantidad de aves: Ánade friso, cuchara, azulón, cerceta común,
calamón, flamenco, focha, martín pescador... ninguna novedad, pero siempre es
interesante cualquier especie; sobre todo cuando las ves de cerca:
Cuchara europeo (Anas clypeata). Macho en eclipse.
Ánade azulón (Anas plathyrynchos) y fochas (Fulica atra). Estas últimas, las más abundantes, como en muchos otros humedales.
Flamenco (Phoenicoptrus roseus).
Ánade friso (Anas strepera). De cerca se ve que no es, para nada, un simple "pato gris".
Zampullín chico (Tachybaptys ruficollis).
Había muchísimas garcetas comunes (Egretta garzetta).
Y ya comentaba la gran abundancia de fochas.
Algunas se acercaron mucho.
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), hembra.
Galápago leproso (Mauremys leprosa). Una suerte ver tortugas acuáticas autóctonas, lamentablemente cada vez veo más especies americanas.
Más adelante apareció la cerceta pardilla. Aunque sólo pude fotografiar un ejemplar y no estaba tan cerca como el friso (por ejemplo), el material, en mi opinión, es bastante decente, a pesar de que el bicho no paraba quieto. Observaréis que está anillado y lleva GPS. Como muchas otras de su especie, su presencia es fruto de proyectos de reintroducción, en este caso bien llevado a cabo; las pardillas que veía e principios de Junio en la Marjal dels Moros ya no se supo nada de ellas... una lástima, pues tenía la esperanza de que, como pasó con el calamón o la malvasía, criara cerca y, por tanto, se convirtiera en un elemento más de mis salidas; pero, bueno, el hacho de ver tan pocas le da a los avistamientos ese aire mágico que, a veces, te da la vida.
Después de la visita ornitológica de la mañana pasamos la
tarde de turismo cultural, aderezado con la visita al faro de Santa Pola y el
bello paraje costero del sur (aunque, la verdad, he visto mejores, y menos
concurridos, miradores costeros). El sur alicantino es, de hecho, lo más
parecido a un desierto que tenemos por aquí:
Castillo-fortaleza de Santa Pola (S.XVI).
Salinas.
Menudo recibimiento...
Faro de Santa Pola.
El cabo que lo rodea es un entorno precioso.
Esta nube, parecida a una liebre, me pareció curiosa.
Terminando ya con la jornada alicantina, pues no todo iba a
ser malo en la Marjal dels Moros. Pese a la desaparición de las pardillas y las
continuas obras sigue siendo un lugar fantástico a la hora de ver aves. No
pondré muchas fotos pues ya publico cuantiosas imágenes hechas en este enclave,
pero creo que merece la pena compartir, para empezar, los cercanos encuentros
con el calamón (Porphyrio porphyrio) y el aguilucho lagunero (Circus
aeruginosus) el día 9 (para empezar las vacaciones con fuerza, jajaja).
Calamón.
Aguilucho lagunero. Su coloración oscura y la "cara" color crema indican que es un juvenil.
Las últimas imágenes son de un observatorio en el que, debido
a que el camino estaba calcinado hasta que lo cambiaron hace poco (para mí la
única intervención con sentido); parece un buen sitio, sobre todo para aves
invernantes; veremos que nos depara.
Y esto es (casi) todo lo que ha dado de sí este puente; el
resto lo dejo para la próxima. Hata entonces, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!