Después de las vacaciones navideñas se ha reducido bastante el tiempo que paso en el campo, más aún teniendo en cuenta que me presento a un examen en 3 semanas y cada vez está más cerca. Aun así, es importante descansar, así que, cuando encuentro un rato, suelo salir al campo para relajarme y, cómo no, ver lo que se mueve por ahí. Como de costumbre el entorno de mi pueblo es la zona más usada para este fin, por comodidad y, por qué no decirlo, al ser muy propicio para el bicheo. Siempre están por ahí los calamones (Porphyrio porphyrio) con sus pollos, y es fácil ver martín pescador (Alcedo atthis), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) y gran cantidad de aves ligadas a medios acuáticos y agrarios como los gorriones, fringílidos y las difíciles de ver agachadizas comunes (Gallinago gallinago). Fantástico para echar una tarde con calma, ahora que va alargando el día.
Calamones.
Martín pescador.
Agachadizas.
Gorrión molinero (Passer montanum).
Jilguero europeo (Carduelis carduelis).
Petirrojo europeo (Erithacus rubecula).
Siempre está bien retratar a las fochas (Fulica atra), más aún con esta luz y en una zona de aguas tan limpias.
Este mismo paseo se puede alargar hasta la playa, en la que me encontré con todo un espectáculo: gaviotas reidoras (Larus ridibundus) y cabecinegras (Larus melanocephalus), junto a un par de grupitos de correlimos tridáctilo (Calidris alba) en la orilla, con la luz del atardecer de espalda y para nada perturbados por mi presencia. Una de esas raras oportunidades siendo una playa tan concurrida, que por tanto toca aprovechar convenientemente.
Port-Saplaya.
Gaviotas cabecinegras.
Una maravilla de avistamiento.
Ahora las reidoras, empezando por esta aterrizando.
Correlimos tridáctilos.
Otros invitados fueron la garceta común (Egretta garzetta) y el cormorán grande (Phalacrocorax carbo) a quien se puede ver en estas dos imágenes.
La vuelta a casa fue algo más sosa, pero algo saqué por ahí antes del anochecer.
Estornino negro (Sturnus unicolor).
Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis) remolcadas.
Calamón.
Ver todo esto en mi pueblo siempre es todo un placer, pero yo soy así y me gusta variar. Inicialmente la idea era pasar un día por los humedales de Alicante, aprovechando para ver alguna cosa chula y descansar del estudio casi constante, pero, viendo las lluvias que habría por la zona y recordando anteriores incidentes meteorológicos en la zona, pensé mejor en dejarlo para el próximo sábado acercarme por la mañana al Racó de l'Olla (Albufera de Valencia) que siempre hay cosas interesantes, en este caso varias anátidas, combatientes (Philomachus pugnax) y agujas colinegras (Limosa limosa) y poco más, pero muy interesante y en una mañana estupenda. De hecho las próximas semanas es muy probable que vuelva a moverme por el entorno de l'Albufera, ya iré contando.
Ánade real (Anas platyrhynchos). Macho.
Hembra.
Cuchara europeo (Anas clypeata) sesteando.
Cerceta común (Anas crecca).
Tarro blanco (Tadorna tadorna).
Agujas, combatientes...
Algunas de las agujas estaban anilladas. Se trata de un proyecto holandés (creo).
Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).
Durante toda la mañana pasaban bandos de moritos (Plegadis falcinellus) probablemente espantados por la infame temporada de caza.
También destacar que me estoy iniciando en el mundo del fototrampeo. Hace varios días puse una cámara en La Dehesa de Soneja, un bonito enclave ya en Castellón donde pude obtener dos imágenes de la cola de un zorro... Bueno, pues, para empezar, algo es algo, ¿no?
La Dehesa.
Así amanecía el entorno.
Lúgano (Carduelis spinus).
Zorro rojo abandonando la escena (la fecha obviamente está mal, no la he configurado en la cámara; la temperatura probablemente sí, está haciendo bastante frío).
Por el momento, y dada la situación actual, esta ha sido mi semana y así voy a seguir durante un tiempo, pero a partir de febrero a ver cómo va la cosa. Este año promete, y ya anticipo que se viene algo grande para empezar la próxima primavera... ahí lo dejo, de momento tened muy en cuenta que se irán publicando cosas y que, a mediados de abril, habrá sorpresa.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!