Después de las vacaciones navideñas se ha reducido bastante el tiempo que paso en el campo, más aún teniendo en cuenta que me presento a un examen en 3 semanas y cada vez está más cerca. Aun así, es importante descansar, así que, cuando encuentro un rato, suelo salir al campo para relajarme y, cómo no, ver lo que se mueve por ahí. Como de costumbre el entorno de mi pueblo es la zona más usada para este fin, por comodidad y, por qué no decirlo, al ser muy propicio para el bicheo. Siempre están por ahí los calamones (Porphyrio porphyrio) con sus pollos, y es fácil ver martín pescador (Alcedo atthis), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) y gran cantidad de aves ligadas a medios acuáticos y agrarios como los gorriones, fringílidos y las difíciles de ver agachadizas comunes (Gallinago gallinago). Fantástico para echar una tarde con calma, ahora que va alargando el día.
Vuelvo a la carga con nuevas experiencias en el campo: Paisajes, aves, botánica, mariposas,... vamos todo lo que den de si mis salidas.
lunes, 24 de enero de 2022
Una semana "light" pero muy completa.
viernes, 19 de noviembre de 2021
Viaje a Italia (II): Centro Habitat Mediterraneo.
Para el día 8 de Noviembre, el siguiente de la visita a Roma, mis padres y mi hermana iban a visitar el Vaticano, pero a mi la verdad no me interesaba demasiado y, como no iban a ver los museos que era lo que me habría gustado, me busqué otra actividad que siempre me gusta: observar y fotografiar aves. Así pues tuve la previsión de, antes de viajar, ponerme en contacto con los encargados del Centro Habitat Mediterraneo, una reserva natural en el Puerto de Ostia, zona costera de la propia Roma. Después de un largo trayecto en metro, tren y autobús, probando de paso la infraestructura del país a este respecto (me reservo la opinión...), finalmente llegué al centro, donde muy amablemente me atendió Alessandro, presidente de la asociación LIPU (que viene a ser como SEO en España); aquel día estuve en tres hides diferentes, dos por la mañana y uno a mediodía, y, aunque el día estuvo nublado y bastante lluvioso, pude anotarme un buen número de especies. Ninguna novedad, pero por lo menos es una jornada en el campo y, si te llevas buenas imágenes, pues mejor.
En los observatorios de mañana un buen número de aves: flamencos, cercetas, zampullines, agachadizas, pajarillos... de los que pude tomar alguna imagen buena, incluso con las gotas de lluvia cayendo alrededor de los bichos: Sobretodo los flamencos (Phoenicopterus roseus), que se llevaron la palma en cuanto a avistamientos y cercanía, mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) y cercetas comunes (Anas crecca), además de las especies ya mencionadas arriba y una mantis religiosa a la puerta de uno de los hides. Aunque a ratos la mañana fuese algo aburridilla, al final algo se pudo hacer, creo que las imágenes lo demuestran.
Por la tarde estuve en otro hide, esta vez a ras de suelo, donde, aunque me falló el rascón (una pena pues aquí llegan a verse bien cerquita), tuve cerca garcetas, anátidas, gallinetas, zampullines, martín pescador, aguilucho lagunero en vuelo...
Aquí también vi la última novedad del viaje: en esta reserva se ve con mucha facilidad al coipu (Myocastor coypus), enorme roedor exótico procedente de Sudamérica y muy parecido a un capibara en miniatura.
Una entrada esta con poco texto, excepto la introducción e igual la diatriba sobre el coipo, pero la jornada no dio para más. Por suerte aún me quedan fotos para enseñar, en concreto las cornejas cenicientas desde el balcón del hotel y, para acabar con el viaje, unas fotos de los alrededores del pueblo donde está viviendo mi hermana, en plenos Apeninos y rodeado de una buena explosión otoñal: hayas, castaños, robles, álamos... Una zona para volver con más calma pues sólo pasamos un día por allí.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!