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lunes, 24 de enero de 2022

Una semana "light" pero muy completa.

 Después de las vacaciones navideñas se ha reducido bastante el tiempo que paso en el campo, más aún teniendo en cuenta que me presento a un examen en 3 semanas y cada vez está más cerca. Aun así, es importante descansar, así que, cuando encuentro un rato, suelo salir al campo para relajarme y, cómo no, ver lo que se mueve por ahí. Como de costumbre el entorno de mi pueblo es la zona más usada para este fin, por comodidad y, por qué no decirlo, al ser muy propicio para el bicheo. Siempre están por ahí los calamones (Porphyrio porphyrio) con sus pollos, y es fácil ver martín pescador (Alcedo atthis), garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) y gran cantidad de aves ligadas a medios acuáticos y agrarios como los gorriones, fringílidos y las difíciles de ver agachadizas comunes (Gallinago gallinago). Fantástico para echar una tarde con calma, ahora que va alargando el día.

Calamones.



Martín pescador.

Agachadizas.


Gorrión molinero (Passer montanum).

Jilguero europeo (Carduelis carduelis).

Petirrojo europeo (Erithacus rubecula).

Siempre está bien retratar a las fochas (Fulica atra), más aún con esta luz y en una zona de aguas tan limpias.


Este mismo paseo se puede alargar hasta la playa, en la que me encontré con todo un espectáculo: gaviotas reidoras (Larus ridibundus) y cabecinegras (Larus melanocephalus), junto a un par de grupitos de correlimos tridáctilo (Calidris alba) en la orilla, con la luz del atardecer de espalda y para nada perturbados por mi presencia. Una de esas raras oportunidades siendo una playa tan concurrida, que por tanto toca aprovechar convenientemente.

Port-Saplaya.

Gaviotas cabecinegras.



Una maravilla de avistamiento.

Ahora las reidoras, empezando por esta aterrizando.



Correlimos tridáctilos.


Otros invitados fueron la garceta común (Egretta garzetta) y el cormorán grande (Phalacrocorax carbo) a quien se puede ver en estas dos imágenes.


La vuelta a casa fue algo más sosa, pero algo saqué por ahí antes del anochecer.

Estornino negro (Sturnus unicolor).

Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis) remolcadas.


Calamón.

Ver todo esto en mi pueblo siempre es todo un placer, pero yo soy así y me gusta variar. Inicialmente la idea era pasar un día por los humedales de Alicante, aprovechando para ver alguna cosa chula y descansar del estudio casi constante, pero, viendo las lluvias que habría por la zona y recordando anteriores incidentes meteorológicos en la zona, pensé mejor en dejarlo para el próximo sábado acercarme por la mañana al Racó de l'Olla (Albufera de Valencia) que siempre hay cosas interesantes, en este caso varias anátidas, combatientes (Philomachus pugnax) y agujas colinegras (Limosa limosa) y poco más, pero muy interesante y en una mañana estupenda. De hecho las próximas semanas es muy probable que vuelva a moverme por el entorno de l'Albufera, ya iré contando.

Ánade real (Anas platyrhynchos). Macho.

Hembra.

Cuchara europeo (Anas clypeata) sesteando.

Cerceta común (Anas crecca).

Tarro blanco (Tadorna tadorna).

Agujas, combatientes...

Algunas de las agujas estaban anilladas. Se trata de un proyecto holandés (creo).

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).

Durante toda la mañana pasaban bandos de moritos (Plegadis falcinellus) probablemente espantados por la infame temporada de caza.

También destacar que me estoy iniciando en el mundo del fototrampeo. Hace varios días puse una cámara en La Dehesa de Soneja, un bonito enclave ya en Castellón donde pude obtener dos imágenes de la cola de un zorro... Bueno, pues, para empezar, algo es algo, ¿no?

La Dehesa.

Así amanecía el entorno.


Lúgano (Carduelis spinus).

Zorro rojo abandonando la escena (la fecha obviamente está mal, no la he configurado en la cámara; la temperatura probablemente sí, está haciendo bastante frío).


Por el momento, y dada la situación actual, esta ha sido mi semana y así voy a seguir durante un tiempo, pero a partir de febrero a ver cómo va la cosa. Este año promete, y ya anticipo que se viene algo grande para empezar la próxima primavera... ahí lo dejo, de momento tened muy en cuenta que se irán publicando cosas y que, a mediados de abril, habrá sorpresa.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

viernes, 19 de noviembre de 2021

Viaje a Italia (II): Centro Habitat Mediterraneo.

Para el día 8 de Noviembre, el siguiente de la visita a Roma, mis padres y mi hermana iban a visitar el Vaticano, pero a mi la verdad no me interesaba demasiado y, como no iban a ver los museos que era lo que me habría gustado, me busqué otra actividad que siempre me gusta: observar y fotografiar aves. Así pues tuve la previsión de, antes de viajar, ponerme en contacto con los encargados del Centro Habitat Mediterraneo, una reserva natural en el Puerto de Ostia, zona costera de la propia Roma. Después de un largo trayecto en metro, tren y autobús, probando de paso la infraestructura del país a este respecto (me reservo la opinión...), finalmente llegué al centro, donde muy amablemente me atendió Alessandro, presidente de la asociación LIPU (que viene a ser como SEO en España); aquel día estuve en tres hides diferentes, dos por la mañana y uno a mediodía, y, aunque el día estuvo nublado y bastante lluvioso, pude anotarme un buen número de especies. Ninguna novedad, pero por lo menos es una jornada en el campo y, si te llevas buenas imágenes, pues mejor.

Taray con garza real (Ardea cinerea).

Esta reserva es lo más atractivo de la zona, por lo demás el puerto es una zona industrial venida a menos y bastante tétrica.

En los observatorios de mañana un buen número de aves: flamencos, cercetas, zampullines, agachadizas, pajarillos... de los que pude tomar alguna imagen buena, incluso con las gotas de lluvia cayendo alrededor de los bichos: Sobretodo los flamencos (Phoenicopterus roseus), que se llevaron la palma en cuanto a avistamientos y cercanía, mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) y cercetas comunes (Anas crecca), además de las especies ya mencionadas arriba y una mantis religiosa a la puerta de uno de los hides. Aunque a ratos la mañana fuese algo aburridilla, al final algo se pudo hacer, creo que las imágenes lo demuestran.

Flamencos.




Agachadizas comunes (Gallinago gallinago).


Cercetas comunes.


Mantis religiosa.

Mosquiteros comunes.


Por la tarde estuve en otro hide, esta vez a ras de suelo, donde, aunque me falló el rascón (una pena pues aquí llegan a verse bien cerquita), tuve cerca garcetas, anátidas, gallinetas, zampullines, martín pescador, aguilucho lagunero en vuelo...

Azulona (Anas platyrhynchos).

Gallinetas (Gallinula chloropus) aguantando el chaparrón.


Garceta común (Egretta garzetta).

Cercetas comunes.


Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).

Martín pescador (Alcedo atthis). Como el colirrojo, una hembra.

Aquí también vi la última novedad del viaje: en esta reserva se ve con mucha facilidad al coipu (Myocastor coypus), enorme roedor exótico procedente de Sudamérica y muy parecido a un capibara en miniatura.

Coipu.

Como ocurre en España con es visón americano o el propio coipu, fue importado a Europa por la industria peletera: en los años 70, se llevaron ejemplares tanto aquí como a Norteamérica, principalmente para granjas peleteras, aunque por lo visto, y como suele pasar, también se comercializaba como mascota. Al final, entre escapes, intencionados o no, de granjas peleteras y suelta de ejemplares domésticos, se ha extendido por zonas del Norte de España, el Empordá (Girona), Francia, Italia, Grecia, Este de Europa... provocando graves daños en ecosistemas y agricultura. Por todo esto, una observación agridulce: aunque para mí sea una nueva especie, y a pesar del hecho de que es un bicho bastante chulo dentro de lo que son los roedores, al final es otra especie invasora más, siempre por culpa de la codicia humana y, ahora que habría que ponerle remedio, saltan los radicales y consideran las medidas excesivas... así nos va.

Coipus.


Una entrada esta con poco texto, excepto la introducción e igual la diatriba sobre el coipo, pero la jornada no dio para más. Por suerte aún me quedan fotos para enseñar, en concreto las cornejas cenicientas desde el balcón del hotel y, para acabar con el viaje, unas fotos de los alrededores del pueblo donde está viviendo mi hermana, en plenos Apeninos y rodeado de una buena explosión otoñal: hayas, castaños, robles, álamos... Una zona para volver con más calma pues sólo pasamos un día por allí.

Cornejas desde el hotel.


Los hayedos ya no tenían hojas pero qué bonitos están ahora con esas tonalidades rojizas.


Castaños, robles...

Ídem+olivos.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!