Después de esta breve introducción y aviso, ya podemos empezar con este fin de semana cargado de emociones. El viernes 21 ya tocaba ir a Cistierna para reunirse con el resto del grupo, pero, estando por la mañana en Riaño, me dio tiempo a darme una pequeña vuelta a ver si veía alimoches (Neophron percnopteus), cosa que conseguí aparte de unos bonitos paisajes.
Entorno de Riaño. En próximas entradas enseñaré más paisajes.
Alimoches.
Gatos monteses.
Por comentar algo más sobre el gato, como muchos ya sabréis dio origen al gato doméstico. Se distingue del mismo por su apariencia robusta, pelaje denso de coloración pardo-grisácea con algunas rayas negras y cola gruesa, en la que destacan de dos a tres anillos negros bien marcados y una borla redondeada que la culmina. Ampliamente distribuido por Eurasia, existen poblaciones en toda la península, escaseando donde existe una mayor presencia antrópica. En la cordillera cantábrica es bastante abundante, y fácil de observar cuando caza topillos en las campiñas, como en este caso.
Después del subidón con los gatos, llegó el segundo plato fuerte de las jornadas: los lobos. Ya adelanto que no fue como los gatos, es decir, que no vimos tantos; de hecho, yo sólo vi uno mientas creo recordar que algunos vieron dos o tres, pero claro con una especie tan esquiva y a la que tenía tantas ganas de disfrutar hacía tiempo, pues me doy con un canto en los dientes. Por la mañana hicimos una espera en la que un joven ejemplar espantó a unos buitres leonados. Un momento sin duda espectacular, lo malo es que justamente ese fue el que no vi; de hecho, creo recordar que lo vieron una o dos personas y ya está... Lo bueno de este tipo de esperas es, aparte de la belleza del paisaje, que siempre hay algo para ver: ciervos, corzos, jabalíes, los mencionados buitres, la banda sonora de arrendajos, trepadores azules, petirrojos y camachuelos, los omnipresentes, y al final algo irritantes, cencerros y mugidos de las vacas, etc. Después de esta espera tan poco fructífera (a tener en cuenta que se trata de individuos salvajes) y con un ambiente bastante más cálido fuimos a una zona en la que es fácil observar rastros de oso pardo, al bajar los animales a rascarse y afilar uñas y dientes en el pinar. Fijaos en las señalizaciones de senderos destruidas y los pelos de plantígrado que quedan prendidos de varios clavos colocados para estudios genéticos (del oso claro está):
Rastros del oso.
Por aquí no vimos mucho más, aparte de un par de lejanas cabras montesas y una fugaz águila real (Aquila crysaetos). A mediodía, antes de la segunda espera, me di una vuelta por Cistierna, donde estábamos alojados. Poca cosa; a destacar águila calzada (Aquila pennata), ratonero (Buteo buteo) y varias especies de lagartija.
Águila calzada, fase clara.
Busardo ratonero adulto.
Leptotes pirithous.
Lagartija colilarga (Podarcis algirus).
Lagartijas roqueras (Podarcis muralis).
La espera de la tarde fue mucho mejor, tanto a nivel paisajístico como bichero, viendo mi primer lobo, que espero no sea el último. Las fotos son de "cutrescope" con el móvil pero algo se ve. De todas formas fue un momento único, con el lobo sesteando y la banda sonora del pito real y los arrendajos. Por desgracia la niebla fue ocultando al lobo y todo lo demás, por lo que tocó levantar la espera y a otra cosa.
Lobo ibérico.
Al día siguiente se ofrecía la posibilidad de volver a intentar lobo, pero yo decidí probar con el oso, ya que no había visto y siempre está la posibilidad de que te lleves una sorpresa. Pero, como ya avanzaba, no logramos ver ningún oso. Por suerte allí estaban de nuevo los ciervos para amenizar la espera, y un grupito de bisbitas arbóreos (Anthus trivialis), especie que es la primera vez que logro fotografiar. Se nota que es un punto bastante fiable para oso, pues había también varias personas observando... habrá que volver y probar suerte.
Bisbita arbóreo.
Pues bueno, habéis llegado hasta el final de mis aventuras "peludas", un fin de semana de buenas observaciones en muy grata compañía con el que culminé mis días de descanso por el norte, sin duda satisfecho de haber visto por primera vez estos impresionantes y míticos animales. Ahora ya he regresado a Valencia, con la grata sorpresa de una buena bajada de temperaturas; tengo mucho que mostrar de los días anteriores al viaje, y todo apunta a que pronto se me acumulará más material, pero asimismo aún me queda mostrar la última parte del viaje... dadme tiempo, se acercan cosas bastante jugosas.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!