miércoles, 10 de junio de 2020

Pajareando por España (II): Andalucía e Islas Baleares.

Sigo con los paseos y rutas a nivel provincial en la fase 2, que pronto pasará a 3 en mi territorio y, dentro de nada, vuelta a la normalidad (aunque sea la "nueva"). Dentro de poco aparecerá por aquí material nuevo, pero esperaré a finales de mes ya que la cosa no ha terminado y, después de tanto tiempo, promete. Mientras tanto aquí está la segunda entrega de mis aventuras pajareras por España: trata sobre dos territorios muy distintos, a los que he juntado por el simple hecho de que el número de especies observadas es bastante similar:

- Andalucía: 60 especies observadas en 2 viajes.


- Mallorca: 50 especies observadas en tan solo una semana.


Andalucía era, hasta hace un par de años, una región totalmente desconocida para mi. Todo cambió en diciembre de 2018, cuando hicimos un viaje familiar/cultural a Andújar y Córdoba, con un día dedicado a observar aves y otra fauna. Sobre el animal en que todos estaréis pensando (es decir, el lince), pues no lo vimos, y parecía que aquel año nadie lo estaba viendo. Sí que vimos bastantes ciervos (Cervus elaphus), gamos (Dama dama) e impresionantes toros de lidia, aparte del bonito paisaje mediterráneo de la sierra.

Sierra de Andújar.

Gamos (Dama dama), el cérvido más abundante de la jornada.



Preciosos.

Vimos bastantes ciervos (Cervus elaphus), la mayoría a la sombra. Incluso oímos algo de berrea.



Este noble ejemplar fue el que más me gustó.

Sin olvidar a los más jóvenes.


Me encantó ver a los toros en libertad.

Imponentes.




Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis).

Cómo no, pude observar bastantes aves. Las que más me gustaron fueron los rabilargos (Cyanopica cyanus) a corta distancia y los buitres negros (Aegypius monachus), pero vayamos por partes: lo primero que vimos fueron especies clásicas como la tarabilla común, urracas, estorninos y abubillas, a los que más tarde se sumarían pinzones, totovías y perdices, junto a otras que no veo habitualmente como herrerillos y trepadores.

Tarabilla común (Saxicola torquata).

A ver si veis todas las abubillas (Upupa epops).

Totovías (Lullula arborea).

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

Herrerillo (Cyanistes caeruleus).


Trepadores (Sitta europea).


Según avanzaba el día, veíamos cada vez más buitres leonados, principalmente después de comer, junto a algunos ratoneros y un mochuelo que vimos en el camino de vuelta. Más tarde nos tropezamos con una espectacular carroñada cerca de una finca de caza, donde, además de leonados, observé los buitres negros. Fue, sin duda, el mejor avistamiento del viaje, pese a que se alimentasen de restos de trofeos... Los rabilargos, toda una novedad para mi, no andaban muy lejos.

Buitres leonados (Gyps fulvus).

A la izquierda un ratonero (Buteo buteo).


Buitre negro en el centro.

Creo que habían unos 3 más.


Mochuelo (Athene noctua).

Rabilargos alimentándose en una esparraguera.


Al día siguiente visitamos Córdoba, ciudad cuyo casco antiguo y mezquita-catedral me encantó y done descubrí una nueva delicia gastronómica, las berenjenas califales (recomiendo encarecidamente el restaurante "Bodegas Mezquita", junto a la catedral). En el río que atraviesa la ciudad, tras desembarazarme de una gitana que trataba de venderme no se qué esotérico, eché la tarde observando aves mientras mi familia daba una vuelta. Me gustó sobretodo la cercanía y confianza de una grajilla.

Córdoba.

Callejeando.

Mezquita.

Simpática grajilla.



Y terminé el viaje observando garza real, cormorán grande, martinete, martín pescador, lavandera cascadeña y andarríos chico; ninguna novedad pero aportaron diversidad a la visita.

Garza real (Ardea cinerea).

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

Andarríos chico (Actitis hypoleucos).

Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).

En Agosto-Septiembre de 2019 nos fuimos otra vez hacia el sur, esta vez al Estrecho, aunque nos alojamos en un club de golf de Arcos de la Frontera, más bien lejos. Mención aparte merece el apartamento, bastante nuevo pero con sorpresas: espantosas e incómodas sábanas, un retrete averiado y, como colofón, la maravillosa puerta de la terraza que no cerraba; había que poner un palo para que hiciera de tope por la noche. Eso sí, un entorno precioso el del campo de golf, repleto de aves. Muchos habréis visto imágenes de aquí hace poco, así que incluiré mis favoritas:

Entorno del "resort".

Golondrinas dáuricas (Hirundo daurica).

Garcilla bueyera (Bubulucus ibis).

Otro mochuelo.

Pito real (Picus viridis).

Abejarucos (Merops apiaster).

Galápagos leprosos (Mauremys leprosa).

Del resto del viaje haré lo mismo, incluyendo las mejores imágenes: vencejo moro y limícolas en Chipiona, rapaces y cetáceos en el Estrecho, Cádiz capital,...

Delfines mulares (Tursiops truncatus).

Calderón común (Globicephala melas).

Nido de vencejo moro (Apus affinis).

Su ocupante.

Zarapito real (Nummenius arquata). Había varios, aunque igual este es trinador.

Vuelvepiedras, tridáctilos, chorlito gris,...

Alimoche (Neophron percnopteus), culebrera (Circaetus gallicus), milano negro (Milvus migrans) y abejero (Pernis apivorus), todos adultos.

Catedral de Cádiz.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres).

Vejer.

Vamos ya a Mallorca. De este viaje publiqué un par de entradas hace tiempo pero, como pasó con Cádiz, se perdieron recientemente, aunque parecen haber pasado siglos debido al confinamiento. Fue un viaje familiar en Abril de 2018, pero esta vez nuestras intenciones eran más "naturalistas". Nos alojamos en un hotel similar al de Cádiz, pero sin tantas zonas verdes y, por suerte, con habitaciones en perfectas condiciones (también es verdad que fue menos divertida la cosa).

Catedral de Palma. No pudimos entrar porque estaba el Rey (y no es ninguna broma; de hecho, ese día hubo un mediático incidente de su mujer con la suegra...)

Empezamos visitando varios puntos de la costa, principalmente calas. Mi favorita fue la llamada "Cala Mesquida", donde se pueden observar las preciosas gaviotas de Audouin en un precioso entorno.

Gaviotas de Audouin (Larus audonii).



Cala mesquida.



Las rapaces también estuvieron bastante presentes, con observaciones de buitre negro (la única población isleña de España), halcón peregrino y águila calzada. Nos falló la pescadora y el halcón de Eleanora, pero pudimos compensarlo con muchas otras especies, sobretodo visitando el magnífico humedal que es S'Albufera de Mallorca. Algunas imágenes de las aves que vimos:

Águila calzada (Aquila pennata).

Buitre negro.

Cuervo (Corvus corax).

Agachadiza común (Gallinago gallinago).

ánade friso (Anas strepera).

Cigüeñuela (Himantopus himantopus).
Cercetas pardillas (Marmonetta angustirostris) y colorados (Netta ruffina).

Archibebe común (Tringa totanus).

Cuchara europea (Anas clypeata).

Garcilla bueyera.

Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla).

Cercano pinzón.

Obviamente hubo mucho más que aves. Los preciosos paisajes de la isla, en la que además abundaban orquídeas y otras flores, y lo que nos reímos todos ya eran de por si buenas razones para la visita. Además, la mayoría de días las temperaturas fueron frescas y agradables, pese a no haber disfrutado del sol y la playa como nos indicaron algunos a la vuelta. De todas formas, yo creo que mejor que haga algo de fresco, je, je.

S'Albufera.

Formentor.

Serapias lingua.

Ophrys scolopax.

Ophrys speculum.

Cyclamen balearicum, endémico.

Papilio machaon.

Gladiolus illyricus.

Papaver somniferum.

Ternelles.

En definitiva, dos preciosas zonas de nuestra geografía donde disfrutamos enormemente de su biodiversidad y paisajes, comimos bien y pasamos muy buenos ratos. De momento esta serie de entradas va a quedar eclipsada (aún más) por las vivencias post-cuarentena, que ya incluyen algún que otro viaje, por supuesto con prudencia, responsabilidad y, mi parte favorita, evitando aglomeraciones, jajajajaja.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!