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jueves, 2 de diciembre de 2021

Un frío sábado en Gallocanta.

El pasado 28 de noviembre, y aunque las previsiones del tiempo no eran muy buenas por la zona, visitamos después de mucho tiempo la laguna de Gallocanta, a caballo entre Teruel y Zaragoza y esta vez más llena de grullas que nunca recuerde, con un censo oficial de 20000 grullas pero que sospecho que era mayor, además por las copiosas lluvias y nevadas no se había podido censar aquella semana y, por tanto, mi teoría se sostiene. Fue un día de esos que se pasan volando en el campo, viendo bichos por todas partes; aunque con tiempo desapacible (mayormente nublado, viento, lluvia, incluso un par de nevadas...) una buena decisión, entre otras cosas porque nunca había visto aquello rodeado de nieve y merece mucho la pena y, principalmente, porque el año pasado no pudo ser.

Camino a Gallocanta.

Este año sí ha podido ser y, además, en una laguna muy cambiada, repleta de agua y rodeada de sierras nevadas. Ya nada más llegar se veían grandes bandos de grullas (Grus grus), sobre la carretera y en los campos, y así fue hasta llegar al centro de interpretación, desde donde también vimos bastantes vuelos; pero lo mejor fue este par de grullas justo al lado de la carretera, justo en un arcén ancho donde se podía parar con seguridad, no como otros visitantes parados en medio de la carretera para sacar fotos... en una carretera asfaltada y de dos sentidos, pienso que lo que hay que hacer para no obstaculizar la circulación y, principalmente, evitarnos cualquier susto es apartarse, que al no haber quitamiedos hay sitio de sobra y no faltan caminos de tierra donde detenerse tranquilamente y observar. Aparte de esto que yo considero una temeridad por parte de algunos, un placer volver a ver grullas después de tanto tiempo, además tan cerca como me tiene acostumbrado el lugar.

Grullas.



Bajo el aguanieve.

Siempre me sorprenden sus formaciones en vuelo.


Antes de seguir con el plan y dar la vuelta a la laguna y sus miradores tuvimos que parar dos veces por las nevadas, pero enseguida se retiró la tormenta y, aunque estuvo nublado y con un viento horrible, se podía continuar si problemas, con una visibilidad excelente del paisaje y las aves, no solo grullas: también avefrías (Vanellus vanellus), gansos (Anser anser) y varias especies de paseriformes y demás pajaricos. Atentos al rosal con varios trigueros (Millaria calandra) y pardillos (Carduelis cannabina), que ni se inmutaron con el coche justo al lado.

Nevada breve pero intensa. Suerte que fue así y, además, nos regaló esta estampa.

Un periódico ponía la propia Laguna como sitio para ver la nieve el pasado fin de semana... más de uno se llevaría un chasco.

Trigueros, pardillos (ojo que de estos últimos hay dos).

Ánsar común.

Corneja (Corvus corone).

Avefría.

Cómo no...



Cucharas europeos.


El plan de visitar los miradores siempre están bien porque tienes excelentes vistas de la laguna y las aves, en este caso grullas, flamencos (Phoenicopterus roseus) y cucharas (Anas clypeata). Otro dato interesante fue la fugaz observación de una hembra de aguilucho pálido (Circus cyaneus), lo suficiente para ver su característico obispillo blanco, compensando la ausencia del grupo de corzos que vimos la última vez (Enero de 2019, fijaos si había pasado tiempo).

Flamencos.

Grullas.

Una de las cosas que más me gustó fue sacar a las grullas con nieve.

La viva imagen de la soledad.

Terminada la vuelta completa a la laguna y dirigiéndonos a Bello a comer nos encontramos esto en mitad de la carretera:

Era difícil ver aquello y no sacar alguna que otra foto, aunque llegásemos a comer un poco justos. Siempre que vengo me sorprenden los gigantescos bandos de grullas que llegan a formarse entre la laguna y los campos donde se alimentan, además de las concentraciones de aves posadas que llegan a ser muy importantes. Desde luego, queda claro lo importante que es el lugar para las aves.


Después de comer, ya de camino a casa, vimos varios grupos familiares de grullas, de los que ya he puesto alguno por arriba. Suelen componerse de la pareja y sus pollos ya crecidos, "adolescentes" que les digo yo, los cuales acompañan a sus padres hasta las zonas de invernada y aprenden el camino para los próximos años. Saqué algunos retratos cercanos de una de estas familias, así como varias grullas en vuelo bastante majas.


Juvenil.

Adulto posando con aires de grandeza.


Las únicas fotos del día con sol.



Las últimas imágenes de la entrada se corresponden con el intento de visita al castillo de Peracense, por lo visto muy bonito pero al que no pudimos ni acercarnos por la nevada que caía; esta vez sí que cuajaba y no llevábamos cadenas así que era el momento de irse, pero antes hicimos algunas fotos, vídeos, etc. tanto del fenómeno como de la anécdota. Y esta vez, aunque no hay foto, sí vimos un corzo.

No es el castillo pero...

Bueno, hasta aquí la visita a la cuenca de Gallocanta, tan potente y atractiva como cada invernada, pero ya aviso de que se avecinan cosas jugosas, relacionadas con la invernada también.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

martes, 16 de junio de 2020

Bichos, aves y demás en los montes valencianos.

 
La verdad, me moría de ganas por que llegase el momento en que pudiera patear monte, hiciese el calor que hiciese. El 1 de Junio entramos en la fase 2 con la bonita novedad de la libertad de horario y, sobretodo, la posibilidad de hacer senderismo. Pues bien, el sábado 6 de junio nos fuimos toda la familia a la Sierra de Mariola; la parte visitable en estos momentos ya que está comprendida entre Valencia y Alicante. Estando así el panorama, optamos por caminar desde un pequeño "parking"  hasta la rústica ermita de Santa Bárbara, principalmente por lo sombreado del paseo pero también para tratar de localizar alguna orquídea tardía, aunque ya era demasiado tarde. Por suerte, el campo estaba lleno de flores y sus polinizadores, como pudimos constatar dando un breve paseo antes de ir a la ermita. Alrededor de donde dejamos en coche empezaban a verse flores en todo su apogeo:
 

Efervescencia floral.

No he conseguido recordar su nombre, a ver si alguien lo sabe...

Plebejus argus sobre jara blanca (Cistus albidus).
 
Detalle de la flor.

Tomillo (Thymus vulgaris).

Libelloides baeticus.

Oreja de liebre (Phlomis lychnitis).
 
Se nota el motivo del nombre.

Jopo (Orobanche clausonis). Planta parásita.
 

Gladiolo que alguien poco cuidadoso había aplastado.

Belladona (Digitalis obscura), muy popular en novelas de asesinatos por su veneno.

Cárdeno (Cirsium valentinus). Endemismo iberlevantino.
 
Rhaponticum coniferum.
 
Llegamos hasta una pequeña masía donde crece una importante población de Orchis (o Anacamptis, no sé como está ahora la nomenclatura) papilionacea, pero para eso tendré que esperar a ver si el abril que viene somos libres de pasear/lo que sea. Había bastantes mariposas, pero solo unas pocas se dejaron fotografiar como toca.

 
Decrépito pero cautivador entorno.

Esfinge colibrí (Macroglossum stellatatarum).

Lobitos anillados (Hyponephele lupina) a sus cosas.

Nacarada (Arygnis paphia).

La misma especie más de cerca.

Mantis religiosa.
 
En el sendero de la ermita vimos algunos gladiolos (Gladiolus illyricus)´en plena floración y unos bonitos ajos, y algunos campos de cultivo que conservaban el verde. Lirios, orquídeas y demás ya nada.

 
 
La mayoría de campos aparecían ya de esta guisa.


Gladiolo.

Ajos (Allium scorodaprasum).

 
Paseando por el entorno de la ermita pude dar con una especie forestal común en estas sierras y las del vecino Alicante, pero difícil de ver por sus discretas costumbres: el mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli), que cría entre los pinares y rodales de encina de estas sierras, principalmente en el carrascal de la Font Roja pero los hay también en Mariola. Los dos que vi parecían pareja, y llevaban ceba. Por lo demás, pocas aves; me fijé mas en flores e insectos pero aún pude ver (y escuchar) totovía (Lullula arborea), pito real (Picus viridis), perdiz roja (Alectoris rufa), pinzón vulgar (Fringilla coelebs), arrendajo (Garrulus glandarius) un ruidoso verderón (Carduelis chloris). Para terminar con los bichos, comimos en la Font de Mariola, donde no me fue muy difícil encontrar varios odonatos.

Mosquiteros papialbos.



Santa Bárbara.

Creo que es un volantón de totovía...


Blackstonia grandifolia, curiosas flores que parecen de plástico.

Orejas de liebre.

Montcabrer (1390 msnm). No pudimos ni acercarnos al estar en Alicante.
 
Nogal (Juglans regia).

Ceriagrion tenellum.

Ortethum coerulescens.
 
Para terminar la jornada visitamos el "Pou Clar" simplemente por fotografiar las cascadas y recordar cuando vivíamos por aquí cerca. Eso sí, en mi opinión este enclave está bastante sobrevalorado. No es que no me guste; es sólo que se encuentra en una zona mucho más calurosa, con menos vegetación; además, el agua está canalizada para darle más fuerza, vamos que no es muy natural. Lo recomiendo para una visita ocasional, pero no es nada del otro mundo (menos mal que viví allí, je,je), eso sí, la zona se recuperó con fuerza del grave incendio de hace 20 años y ahora da gusto, y desde el puente puede observarse lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) criando.

Pou Clar y su entorno.





 
Otro día hicimos una salida menos fructífera por el término municipal de Ayora, donde quería comprobar si veía algunas especies típicas de por allí. No faltaron cernícalo primilla, alondras, trigueros y una pareja de aguiluchos laguneros que lleva tiempo viniendo a criar por aquí. La zona es rara (no hay laguna ni agua alguna) pero típica de estas aves.

Cardera (Vanessa cardui).

Imágenes del precioso entorno.
 
 
 
Por aquí andaba un zorro a las 12 de la mañana...

Cogujada común (Galerida cristata).

Triguero (Emberiza calandra).


Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) en el entorno de cría.

Aquí está la pareja.
 

Cernícalo primilla (Falco naumanii) patrullando su entorno.
 
Para compensar no haber visto ninguna ganga, vimos 7 preciosas tórtolas europeas (Streptopelia turtur), destacando 3 de ellas muy cerca del coche (las fotos más de cerca que tengo de la especie). Os dejo algunas imágenes, para que podáis apreciar los bellos colores de la especie.
 
 
 
 
Comimos en un pinar cercano a Cofrentes. Por allí habían oropéndolas (Oriolus oriolus) y más mariposas de varias especies, y cómo no solo pude fotografiar las segundas, aparte de las preciosas vistas de la localidad y su castillo. Después de esto nos fuimos para casa, y el próximo finde va a ser más de relax (habrá algo de bicherío) , así que de momento damos por concluidas las rutas y paseos provinciales.

Esta uva de pastor (Sedum sediforme) estaba enorme.

Lampides boeticus.
 
Pardo-rubia (Hipparchia semele).

Ampliación de su larga lengua.

Ahora le toca a Cofrentes y su castillo.



Lobito listado (Pyronia bathesba).

Centaurium erythraea subsp.erythraea.
 
Llegamos pronto a la "nueva normalidad", así que dentro de poco, con prudencia desde luego y medidas de distanciamiento social, pronto iremos en familia al pirineo, a disfrutar de esos paisajes que tanto nos gustan y ver quebrantahuesos, pasear por hayedos,... no pinta mal el plan. Puede que antes publique algo sobre mi zona y demás, pero está por ver de qué irá la cosa. Hasta entonces, un saludo y...
 
¡Nos vemos en las tierras silvestres!