Lo mismo para muchos lugares de senderismo, la mayoría cercanos a la costa: la catedral de senderismo, penyal d’Ifach, Calderona, sierra de Irta... todos lugares muy recomendables sin duda, pero hay otros muchos que no son tan conocidos, con valores naturales prácticamente intactos, que parecen hechos para que los disfrutemos los amantes del campo y la naturaleza. A raíz de esto, y teniendo en cuenta lo que disfruto yo en el monte, me he decidido a publicar una entrada algo ambiciosa, con parte histórica, paisajística y como no, bichera, sobre uno de estos paraísos naturales. Las fotos son de un par de visitas en Septiembre; del otoño en la sierra intentaré publicar algo si me paso:
La sierra de Espadán, en Castellón, está a caballo entre la naturaleza salvaje y prístina y la masificación senderista, aunque se quedaría en un término medio al ser unos pocos los lugares más conocidos y transitados. Así, puedes tener el lujo de caminar prácticamente solo; excepto los fines de semana de otoño-invierno, que irás oyendo tiros por todas partes y tendrás que ir apartándote...
Su composición vegetal, aunque mediterránea, resulta cuanto
menos curiosa: sus enormes alcornocales, que además cuentan con ejemplares
grandes y añejos, son de hecho los más grandes de la Comunidad, donde hay otros
en la provincia de Valencia. Se trata de una especie que prospera en suelos
silíceos como los que se dan en esta zona y gran parte de Castellón, resistente
al fuego (gracias al corcho), heladas... y de gran interés económico por su
corcho, material que actualmente sigue extrayéndose de estas sierras. Un bonito
lugar donde además podremos ver ejemplares de gran talla es la Masía de la
Mosquera, rodeada de nobles ejemplares de este árbol.
Destaca también la
presencia de especies como el avellano (Corylus avellana), sauce (Salix
atrocinerea), cornicabra (Pistacea terebinthus) y, destacando entre todos
ellos, el castaño (Castanea sativa). De este último hay muy pocos ejemplares
por estas tierras, estando la mayoría en Espadán, donde prosperan algunos
ejemplares de gran talla en sus barrancos y laderas más frescas y umbrías. Toda
una joya botánica.
A toda esta diversidad arbórea habría que añadirle, por
supuesto, la arbustiva, con brezo, jara, torvisco, madreselva, lavanda, genista,
piorno... y, por otra parte, la gran cantidad de helechos que tapizan barrancos
y zonas húmedas. Algunas zonas son realmente espectaculares a este respecto,
por no hablar de los líquenes...
Históricamente, el aprovechamiento de todos estos recursos se remonta muy atrás en el tiempo; no en vano estas tierras han sido pobladas por romanos, árabes... desde mucho tiempo atrás se lleva aprovechando el corcho en estas sierras, así como otros productos como la miel, el aceite, las cerezas (estos últimos fruto del cultivo)... siempre de forma sostenible. Destacan también elementos arquitectónicos como pozos de nieve, masías, puentes, castillos, molinos, carboneras...
En estas sierras de tantísimo valor natural y etnográfico puede observarse, por tanto, una gran variedad de fauna, destacando las pequeñas (y no tan pequeñas) aves forestales: carboneros, herrerillos, mitos, carboneros, agateadores, trepadores, currucas y también arrendajos y picos picapinos nos acompañarán con sus cantos, aleteos y demás, siendo más difícil, aunque no imposible, encontrárnoslos. El roquero solitario toma el sol sobre un imponente bloque silíceo mientras nos mira con desdén desde las alturas. Por el cielo, aunque escasas, quizá veamos alguna rapaz: yo he visto calzadas y culebreras, pero seguramente pueda aumentar el repertorio. Reptiles como la omnipresente lagartija colilarga (Psammodorus algirus), el lagarto ocelado (Lacerta lepida) o el bonito juvenil de culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) que veréis abajo son fáciles de ver si nos fijamos, junto a libélulas, mariposas, avispones...
Por mi parte voy a seguir paseando siempre que pueda por
esta bonita sierra, así que más pronto que tarde aparecerá por aquí una bonita
ruta otoñal que, pese a no saber exactamente cuándo (prefiero esperar a poder
escaparme entre semana, para evitar a los cazadores), ya estoy planeando. Próximamente
habrá entrada con motivo del puente que se avecina, eso sin lugar a duda.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!
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