martes, 21 de julio de 2020

La buitrera de Alcoy.

Domingo, 19 de Julio. El calor de Julio no me iba a impedir una buena ruta de montaña, así que, después de echar un vistazo por la red a ver qué podía hacer, me decidí a visitar el Barranc del Cint (Alcoy) por su parte alta, y de paso fotografiar algún buitre leonado (Gyps fulvus) ya que crían en los paredones calizos justo debajo de la ''ruta". Pongo ruta entre comillas porque solo hay sendero al principio; al llegar a las zonas más altas tienes que buscarte la vida para moverte entre las rocas y, por si fuera poco, todo cuesta arriba, pero compensa por las vistas y los avistamientos cercanos de buitres y otras especies.

Para acceder a este sendero debemos llegar al Preventorio de Alcoy, donde aparqué el coche para empezar a subir hacia el área recreativa "nacimiento del Uxola", desde donde empieza una subida constante hasta la ermita de San Cristóbal. Desde aquí tenderemos que continuar por un sendero hasta localizar un picacho en el horizonte: allí es donde tendremos que subir. Antes de emprender la ardua subida paseé tranquilamente hasta el área recreativa, fijándome en los bichejos que por allí asomaban:

Macaón (Papilio machaon).

Flor de la viuda (Trachelium caeruleum).

Ortethum brunneum.
 
Lobito listado (Pyronia bathseba).

Durante la subida hasta San Cristóbal, poca foto; es muy complicada en algunos tramos, y estaban por allí los típicos domingueros espantándolo todo. Las vistas ya son otra cosa, aunque la verdad es que la mayoría son de una ciudad importante como es Alcoy. La más arbolada Font Roja queda justo delante, y la verdad es que con tanto calor apetecía más estar allí bajo alguna encina; poco a poco mi mucho más calurosa elección iría mejorando con creces.

Font roja y pico Menejador (1356 msnm).

Alcoy.

Los campos ya andan agostados por aquí.

Barranc del Cint, mi objetivo final se va acercando.


Al llegar a San Cristóbal, y después de un pequeño descanso, continúo por un relajado sendero para después llegar a las laderas de roca y empezar a subir sin tregua hacia mi objetivo. El calor me hace parar constantemente para reposar, beber un poco de agua y revisar los continuos mensajes de mi familia sobre qué tal voy, si hace mucho calor... y la verdad es que calor pasé bastante, pero es una de esas "locuras sanas" que se nos ocurren a veces. Además, ya se empezaban a ver buitres, además de otras aves asociadas a este tipo de entornos. La verdad es que, entre otras cosas, fue toda una alegría escuchar y ver al roquero solitario (Monticola solitarius) y las collalbas negras (Oenanthe leucura), aunque no lo parezca por las fotos tan cutres que les hice.

Roquero solitario.

Collalba negra.
 
Las alturas del Barranc del Cint, por fin.
 
En cuanto llegué a la parte más alta del recorrido, los buitres empezaron a volar por el entorno de sus nidos, momento perfecto para empezar a fotografiarlos, que para eso fui principalmente. Al estar justo sobre las paredes donde crían, este improvisado mirador te permite ver a estas grandes aves en todo su esplendor, en un ambiente muy parecido por ejemplo a los cortados pirenaicos que visité a principios de mes; esta vez, en el sitio correcto, pues en Pirineos me equivoqué. Ahora vienen las fotos de los buitres, en las que no insertaré mucho comentario; antes de empezar decir que están marcados como parte del proyecto Canyet, iniciativa de FAPAS (Fondo para la Protección de la Fauna Salvaje) y entidades locales para el estudio de esta población en concreto. Consultando con la guía de Forsmann, creo que la mayoría son adultos, excepto un par que pienso que andarán por su tercer o cuarto año. Los pollos no deben haber echado a volar todavía... en todo caso, todo un lujo estar tan cerca de estos imponentes bicharracos. Sobran los comentarios.

Los buitres.
 

 
 

 



 
 
La bajada después de comer fue algo más dura pues me quedé sin agua a mitad; el calor ya pegaba y había ganas de hacerlo rápido y reponer agua en el área recreativa. Allí estuve relajándome un poco... como pude, pues un impresentable explicaba no se qué a gritos con sus familiares/lo que fueran. De hecho, llamé a casa para comentar que ya iba para allá y me preguntaron que qué era todo aquello. En todo caso no todo fue negativo, pues pude beber y refrescarme un poco y deleitarme con pequeños paseriformes y algunas libélulas de gran tamaño.


Centaurium erythraea subsp. erythraea.


 
Cordulegaster boltonii.

 
Ninfa.

Herrerillo capuchino (Parus cristatus).

Petirrojo (Erithacus rubecula).

Culantrillo de pozo (Adiantum capillum-veneris).
 

Después de esto lo último fue cargar el coche, beber un poco de una botella que había previsto llevar con hielos en una mininevera y volver para Valencia, después de un día muy bien aprovechado y para el recuerdo, por unas cosas u otras. Dentro de poco publicaré algo sobre las aves que he estado viendo estos días después del Pirineo, la última foto es una declaración de intenciones:

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!