jueves, 25 de noviembre de 2021

De seguimiento por mi pueblo.

Cuando volví de Italia me esperaba una buena sorpresa: la cría de los calamones comunes (Porphyrio porphyrio) de mi pueblo ha empezado a principios de noviembre este año. El día 11 por la tarde ya pude ver una pareja con pollos y una hembra incubando, que a día de hoy esa pareja ya tiene 1 pollo, aparte de una pareja copulando bajo el puente de la autovía. Desde ese día he vuelto varias veces, 2 solo y uno acompañado por amigos y compañeros de afición, fotografiando las diversas parejas y algunos ejemplares sueltos.

La familia al completo.

Los calamones suelen empezar a criar pronto (Nov.-Dic.), pero es la primera vez que veo pollos tan pronto, adelantándose 2 meses a lo habitual. Esto puede ser por muchos motivos, que yo personalmente desconozco pero supongo que meteorológicos, fenológicos... de hecho es muy variable: algunos años he visto pollos pequeños en Mayo, o incluso Junio-Julio. Cosas de la naturaleza, que ya sabemos lo variable que es.

Calamones.



Por lo demás, el sitio está espectacular estos días, con gran cantidad de especies: gaviota reidora (Larus ridibundus) y cabecinegra (Larus melanocephalus), cormoranes (Phalacrocorax carbo), garza real (Ardea cinerea), pato colorado (Netta ruffina), escribano palustre (Emberiza schoeniculus), martín pescador (Alcedo atthis) y, en la costa, correlimos tridáctilos (Calidris alba) muy confiados a no ser que haya alguien corriendo con su perro, a caballo, buscando conchas... No hay foto pero hace un par de días había una hembra de gavilán (Accipiter nisus).

Patos colorados. Hay varias parejas, quizá lleguen a criar.

Garza real.

Gaviotas reidoras.


Esta me gusta particularmente por la luz del sol y el fondo nublado, de un color azul marino espectacular. Esa noche llovió, claro.

Correlimos tridáctilo.

Cormoranes.


Focha común.

Gaviota cabecinegra. También me encanta...

Y esta por supuesto me gusta mucho, de las mejores del año y de la especie que tengo: escribano palustre.

Para acabar con esta zona de mi pueblo, decir que los citados amigos no conocían la zona y les encantó, sorprendiéndoles gratamente la cantidad de aves en un sitio tan antropizado. A pesar de la cantidad de basura, nauseabunda en algunos puntos, y las ridículas obras para construir una pasarela peatonal A MENOS DE 500 METROS DE OTRA EN PERFECTO ESTADO, cortando de paso el curso del agua, el Barranc del Carraixet sigue siendo clave para gran cantidad de especies.

Imágenes de la zona.



Aquí en el pueblo (Alboraya concretamente) también está la huerta. Aquí hay muchas aves, pero hay que saber cómo observarlas para no espantarlas y, al ser una zona agrícola y algo urbanizada, evitar los recelos de los vecinos. Decir que, por supuesto, yo JAMÁS he fotografiado ninguna casa en concreto, ni a nadie en la suya, pero basta con que lo piensen para que haya problemas. Hace un tiempo una mujer me siguió durante buena parte de mi paseo (en bata jajajaja)... pues eso, me gusta ver aves y hacerles fotos, y la verdad ya me da igual lo que piense o diga la gente, lo importante es saber que no estás perjudicando a nadie, no lo que se piense por ahí.

A pesar de esto, sigo paseando por aquí viendo aves, y últimamente se está dando bien. Aves comunes como tarabillas (Saxicola torquata), colirrojos (Phoenicurus ochuros), bisbitas (Anthus pratensis), garcillas (Bubulucus ibis) o varios tipos de pequeñas rapaces son fáciles de sacar por aquí, pero últimamente se llevan la palma las abubillas (Upupa epops), eminentemente estivales pero que por aquí aparecen todo el año. En mi zona mismamente hay un ejemplar con el pico sorprendentemente largo (en serio, enorme) que el otro día se mostró muy confiada mientras daba cuenta de una oruga.

Colirrojos tizones.


Cernícalo vulgar.

Garcilla bueyera.

Tarabilla europea.

Bisbitas pratenses.


Abubillas.

El ejemplar piquilargo.


La verdad, me sorprende el tamaño de su pico, supongo que le vendrá muy bien para buscar invertebrados, aunque no sé si tendrá alguna desventaja. Otro dato curioso es que, aunque luce el sol en las fotos de la abubilla, minutos después me pilló una fuerte tromba de agua que me hizo retirarme. Estos días está lloviendo bastante, lo que me parece genial, hacía tiempo ya que no veíamos nada de agua.

La lluvia y la nieve parece haberse instalado esta semana en la península, pero... tiempo invernal aún no veo, por lo menos en mi zona. Veremos cómo va avanzando la estación.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

Que llueva, que llueva!!

viernes, 19 de noviembre de 2021

Viaje a Italia (II): Centro Habitat Mediterraneo.

Para el día 8 de Noviembre, el siguiente de la visita a Roma, mis padres y mi hermana iban a visitar el Vaticano, pero a mi la verdad no me interesaba demasiado y, como no iban a ver los museos que era lo que me habría gustado, me busqué otra actividad que siempre me gusta: observar y fotografiar aves. Así pues tuve la previsión de, antes de viajar, ponerme en contacto con los encargados del Centro Habitat Mediterraneo, una reserva natural en el Puerto de Ostia, zona costera de la propia Roma. Después de un largo trayecto en metro, tren y autobús, probando de paso la infraestructura del país a este respecto (me reservo la opinión...), finalmente llegué al centro, donde muy amablemente me atendió Alessandro, presidente de la asociación LIPU (que viene a ser como SEO en España); aquel día estuve en tres hides diferentes, dos por la mañana y uno a mediodía, y, aunque el día estuvo nublado y bastante lluvioso, pude anotarme un buen número de especies. Ninguna novedad, pero por lo menos es una jornada en el campo y, si te llevas buenas imágenes, pues mejor.

Taray con garza real (Ardea cinerea).

Esta reserva es lo más atractivo de la zona, por lo demás el puerto es una zona industrial venida a menos y bastante tétrica.

En los observatorios de mañana un buen número de aves: flamencos, cercetas, zampullines, agachadizas, pajarillos... de los que pude tomar alguna imagen buena, incluso con las gotas de lluvia cayendo alrededor de los bichos: Sobretodo los flamencos (Phoenicopterus roseus), que se llevaron la palma en cuanto a avistamientos y cercanía, mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) y cercetas comunes (Anas crecca), además de las especies ya mencionadas arriba y una mantis religiosa a la puerta de uno de los hides. Aunque a ratos la mañana fuese algo aburridilla, al final algo se pudo hacer, creo que las imágenes lo demuestran.

Flamencos.




Agachadizas comunes (Gallinago gallinago).


Cercetas comunes.


Mantis religiosa.

Mosquiteros comunes.


Por la tarde estuve en otro hide, esta vez a ras de suelo, donde, aunque me falló el rascón (una pena pues aquí llegan a verse bien cerquita), tuve cerca garcetas, anátidas, gallinetas, zampullines, martín pescador, aguilucho lagunero en vuelo...

Azulona (Anas platyrhynchos).

Gallinetas (Gallinula chloropus) aguantando el chaparrón.


Garceta común (Egretta garzetta).

Cercetas comunes.


Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).

Martín pescador (Alcedo atthis). Como el colirrojo, una hembra.

Aquí también vi la última novedad del viaje: en esta reserva se ve con mucha facilidad al coipu (Myocastor coypus), enorme roedor exótico procedente de Sudamérica y muy parecido a un capibara en miniatura.

Coipu.

Como ocurre en España con es visón americano o el propio coipu, fue importado a Europa por la industria peletera: en los años 70, se llevaron ejemplares tanto aquí como a Norteamérica, principalmente para granjas peleteras, aunque por lo visto, y como suele pasar, también se comercializaba como mascota. Al final, entre escapes, intencionados o no, de granjas peleteras y suelta de ejemplares domésticos, se ha extendido por zonas del Norte de España, el Empordá (Girona), Francia, Italia, Grecia, Este de Europa... provocando graves daños en ecosistemas y agricultura. Por todo esto, una observación agridulce: aunque para mí sea una nueva especie, y a pesar del hecho de que es un bicho bastante chulo dentro de lo que son los roedores, al final es otra especie invasora más, siempre por culpa de la codicia humana y, ahora que habría que ponerle remedio, saltan los radicales y consideran las medidas excesivas... así nos va.

Coipus.


Una entrada esta con poco texto, excepto la introducción e igual la diatriba sobre el coipo, pero la jornada no dio para más. Por suerte aún me quedan fotos para enseñar, en concreto las cornejas cenicientas desde el balcón del hotel y, para acabar con el viaje, unas fotos de los alrededores del pueblo donde está viviendo mi hermana, en plenos Apeninos y rodeado de una buena explosión otoñal: hayas, castaños, robles, álamos... Una zona para volver con más calma pues sólo pasamos un día por allí.

Cornejas desde el hotel.


Los hayedos ya no tenían hojas pero qué bonitos están ahora con esas tonalidades rojizas.


Castaños, robles...

Ídem+olivos.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!