lunes, 17 de octubre de 2022

Paso post-nupcial de limícolas.

 Una vez al mes, ya está decidido; será una vez al mes cuando publique contenido por aquí, por serme lo más cómodo y, además, ir resumiendo el material que considere más importante. Siendo la época que es, normal que lo más notorio sean las limícolas, más aún este año con una potente nueva especie, todo un lujo de observaciones y una buena cantidad de sorpresas de lo más agradables que parecen no tener fin. Casi todas las especies, excepto el vuelvepiedras y zarapito trinador, las he visto en l'Albufera, que ha estado muy animada a este respecto y donde me he llevado las mayores alegrías.

Empezamos con la observación más potente, de hecho de lo mejor de este año. Y es que observar un falaropo picofino (Phalaropus lobatus) por primera vez y a cortísima distancia, además en un aparentemente anodino arrozal abandonado, no es algo que pase todos los días. Acompañando al visitante norteño aparecían flamencos (Phoenicopterus roseus) y otras limícolas como andarríos bastardo (Tringa glareola) y correlimos zarapitín (Calidris ferruginea).

Falaropo picofino.


Andarríos bastardo.

Correlimos zarapitín.

Flamencos.

También estoy muy contento, pese a que la foto no está muy allá, de haber visto al fin agujas colipintas (Limosa lapponica) y las clásicas observaciones de ostrero euroasiático (Haematopus ostralegus) esta vez mucho más espectaculares con un confiadísimo ejemplar junto al mar que se alimentaba de pescado muerto junto a un correlimos tridáctilo (Calidris alba), ajenos a mi presencia, otros fotógrafos, un bullicioso grupo de turistas franceses e incluso unos paseantes y su perro, que cada vez se acercaban más... por suerte no se asustó y hubo tiempo de una buena sesión de fotos. Cerca de aquí algunos clásicos como correlimos común y menudo, chorlitejo grande o archibebe claro junto a confiadísimas gaviotas de Adouin (Larus audonii) y chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinum) a mansalva.

Aguja colipinta.

Ostrero.


Compañeros.

Correlimos tridáctilo.

Correlimos menudo (Calidris minuta).

Correlimos común (Calidris alpina).


Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula).


Gaviotas de Adouin.

Como suele ocurrir los juveniles son muy confiados.

Chorlitejo patinegro.

En l'Albufera siempre está la apuesta segura del Racó de l'Olla, lugar en el que o estás tú tranquilamente a lo tuyo o entre una horda de turistas, no parece haber término medio... pero donde siempre sabes que vas a ver aves, aunque sea un solitario ánade azulón. Este año una visita a principios de agosto me sorprendió con gran variedad de limícolas, la mayoría luciendo sus galas nupciales y con la mención especial de una avoceta (Recurvirostra avosseta) muy confiada. En otras visitas he visto andarríos grande (Tringa ochropus) muy bien y, más de lejos, archibebe oscuro (Tringa erythropus), aguja colinegra (Limosa limosa), correlimos gordo (Calidris canutus) y los clásicos combatientes (Philomachus pugnax).

Correlimos menudo (Calidris minuta).

Avoceta.

Andarríos grande.

Archibebes oscuros.

Aparte de las limícolas, aquí el flamenco es una constante durante la primavera-verano (a veces hasta otoño como este año), y últimamente se unen cucharas europeos (Anas clypeata) en eclipse y una fotogénica hembra de martín pescador (Alcedo atthis) siempre en la misma rama.

Flamencos.



Cuchara europeo.

Martín pescador.

Zonas como la Marjal dels Moros han estado menos activas, salvo por un confiado vuelvepiedras y los zarapitos trinadores, siempre en vuelo o espantados por pescadores, paseantes, perros..., todavía muy lejos de su esplendor de invierno-primavera. Todo volverá; mientras, se acerca un otoño-invierno chulo, a ver que puedo contar o también sabéis que podéis seguirme por Instagram.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres).

Zarapito trinador (Numenius phaeopus).

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

miércoles, 14 de septiembre de 2022

Currucas, picogordos y demás en Segovia.

Pues así como quién dice un mes sin publicar nada; como ya me temía yo, la cuenta de Instagram, que al fin y al cabo es como el blog aunque sean publicaciones más cortas, se ha convertido en el espacio que más práctico me es a la hora de publicar mis fotos, entre la jornada laboral, otros compromisos y las salidas al campo propiamente dichas me falta tiempo que poder dedicar al blog. De todos modos, aún habrá tiempo para alguna publicación como esta, sobre las aves que pude observar en un productivo día de Hides por la provincia de Segovia. No es una disciplina que use mucho, puesto que prefiero dar paseos por el campo e ir encontrándome bichos, pero sí que es verdad que este año es la tercera jornada de hides a la que acudo y habrá más este próximo invierno. En esta ocasión mi objetivo eran dos aves concretas: la curruca mirlona (Sylvia hortensis) y el picogordo (Coccothraustes coccothraustes).

Curruca mirlona.

Picogordo.

Para la primera especie el hide era de mañana, situado en un sabinar donde se movían especies como la propia curruca mirlona, escribano soteño (Emberiza cirlus), colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), papamoscas cerrojillo (Ficcedula hypoleuca) y aves mucho más comunes en cualquiera de nuestros campos como verdecillos, jilgueros, algún verderón, herrerillos. Especialmente simpático fue ver los baños de algunas de estas especies; la única pega que le pongo, pues estuvo bastante entretenido y conseguí a la curruca mirlona, es la presencia de un enorme enjambre de abejas de unas colmenas cercanas, cuyos propietarios han dejado durante el verano para aprovechar el polen de girasol y que a media mañana ya monopolizaban el hide echando a los pajarillos. Cosas de la naturaleza... alterada por el hombre.

Herrerillo capuchino (Parus cristatus).

Escribano soteño.

Curruca mirlona.

Una pose bastante peculiar.

Colirrojo real. Me quedé alucinado con este precioso macho nupcial.

Ruiseñor común.

Más comunes pero igualmente bonitos: verderón (Carduelis chloris).

Jilguero (Carduelis carduelis).

Verdecillo (Serinus serinus).

La tarde estuvo mucho más entretenida en un hide en que me entraron la friolera de hasta 22 especies diferentes, incluyendo al deseado picogordo, pero también pico picapinos (Dendrocopus major), pito real (Picus viridis), tórtola europea (Streptopelia turtur), rabilargo (Cyanopica cyanus), arrendajo (Garrulus glandarius), mosquitero musical (Phylloscopus trochillus), curruca mosquitera (Sylvia borin), trepador azul (Sitta europaea), gran cantidad de páridos forestales e incluso una hembra de corzo (Capreolus capreolus). Una buena tarde en la que disfruté muchísimo.

Tórtola europea, la gran estrella de la sesión. Este año por fin se ha dejado de cazar, tras mucho tiempo elevándose la petición desde la Unión Europea.

Trepador azul.


Brutal la cantidad de rabilargos; cuando aparecían se adueñaban del bebedero.



Herrerillo común (Cyanistes caeruelus).


Carbonero común (Parus major).

Carbonero garrapinos (Parus ater):

Mosquitero musical.

La inesperada curruca mosquitera.

Pico picapinos.


Arrendajo euroasiático.

Pito real.

Papamoscas gris (Muscipapa striata).

Hembra de corzo entre la agostada vegetación.

El resto del viaje no fue tan pajarero, pero no faltaron más aves y naturaleza además de algo de turismo monumental, gastronómico, paisajístico... Concretamente visitamos las Hoces del Duratón y el entorno, Somosierra (parte segoviana) y Valsaín, además de las localidades de El Burgo de Osma y San Esteban de Gormaz en Soria y el madrileño Palacio de Aranjuez.


Algunas aves por Somosierra: Abejaruco europeo (Merops apiaster).

Alcaudón común (Lanius senator).

Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli).

Burgo de Osma.

Castillo de Osma (S.XI-XV).

Catedral de Santa María de la Asunción (S.XIII).

Collalba rubia (Oenanthe hispanica).

San Esteban de Gormaz.

Muy pintoresca localidad.

Hoces del Duratón

Alcaudón común. En este caso un adulto.

Buitres leonados (Gyps fulvus).


Alucinantes perspectivas en Aranjuez. La verdad es que este tipo de imágenes me encantan, son difíciles de encontrar aunque no lo parezca. Tanto es así que no hice ni una foto (decente) del palacio en sí.


Se dio bien la cosa pues en este breve viaje castellano, a pesar del evidente calor en las fechas elegidas y lo agostado que está todo en esta época del año; al final el objetivo era ver cosas nuevas, desconectar unos días y hacer algunas fotos. Viaje más bien paisajístico, con un día dedicado al bicheo; no como otros, que estarán dedicados plenamente a lo último.

Por cierto... que de momento mantengo el blog a pesar de la bajada en la actividad y el evidente parón de agosto; lo que sí, con publicaciones bastante espaciadas, me haré bastante de rogar😂

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!