domingo, 5 de septiembre de 2021

Pirineo y quebrantahuesos.

 Mis escapadas pirenaicas son todo un clásico desde que hace ya bastantes años descubrí la región. Este año ya visteis por aquí Andorra y sus brutales paisajes, pero aquel fue un viaje más bien de senderismo y visitas culturales, y yo quería pasar unos días en mi querido pirineo oscense, así que con la excusa de que el año que viene mi hermana se va de Erasmus he pasado unos días con la familia (que ya iba tocando este año también) y la zona elegida ha sido Ordesa, aunque no la típica zona de la cola de caballo y demás: esta vez hemos estado alojados en Aínsa, localidad cercana a zonas clave para ver quebrantahuesos y otras rapaces como el valle de Escuaín.

La primera ruta elegida, por no ser muy complicada y la espectacularidad de los avistamientos, fue la de los Miradores de Revilla, donde ya estuve hace unos años y que, como esperaba, no defraudó. En total, para empezar, vimos 4 quebrantahuesos, aunque avistamientos lejanos y fotos horrorosas, a pesar de que uno de ellos pasara muy cerca de la Luna.


Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).

Por suerte, otras aves igualmente espectaculares como son los buitres leonados y alimoches, así como otras más pequeñas, sí que estuvieron mucho más cerca y no hubo problema para sacar buenas fotos, además de los bonitos paisajes de la zona y la oportunidad de charlar y compartir el rato con algún que otro compañero de afición... eso sí, no faltan aquellos que no tienen ni idea del tema y no se sabe por qué aparecen por allí, y hay que aguantar sus chorradas y demás; pero siempre encuentras gente agradable, aunque cueste.


Buitres leonados (Gyps fulvus).




Alimoches (Neophron percnopteus).


Río Yaga.

Abejaruco europeo (Merops apiaster).

Petirrojo (Erithacus rubecula).

Roble pubescente (Quercus pubescens).

La tarde de ese primer día fue para visitar el casco antiguo de Boltaña, muy bonito y recomendable aunque, como todo por aquí, bastante empinado. Una localidad muy atractiva con iglesia románica, soportales, ingeniosas aldabas en las puertas y llena de simpáticos gatos, aunque el trato que recibimos al sentarnos en una terraza fue bastante mejorable... prefiero no entrar en detalles pero muchos ya sabréis lo que pasa en algunos pueblos con la gente "de fuera".

Boltaña.


Colegiata de San Pedro (S.XVI).



El día siguiente, aunque estuvo nublado prácticamente todo el tiempo, elegí una ruta de senderismo más exigente para hacerla yo solo, yendo desde el pueblo de Escuaín hasta La Valle, zona muy buena para quebrantahuesos ya que existe un comedero específico. La ruta empezaba bien, rodeado de pinares con hayas, robles y demás entremezclados, buenas panorámicas pirenaicas, buitres, alimoches, reclamos de camachuelo, un colirrojo real..., con susto con una jabalina y su jabato incluido.

Niña turquesa (Plebicula dorylas).

Buitre leonado.

Nacarada (Arygnis paphia).

Saltacercas (Lassiomata megera).

Después de pasar discretamente por la zona donde andaban los jabalíes (escuché un gruñido bastante amenazador), ya se empezaban a ver los primeros quebrantahuesos; de hecho, bastante antes de llegar al observatorio del comedero ya estaba viendo juveniles y subadultos, y además bien cerca que era lo que buscaba subiendo hasta allí (en esta excursión conté 15 ejemplares). Ya en la zona indicada, entre pinos, hayas y bastantes vacas, los quebrantahuesos iban entrando y saliendo del comedero, incluyendo varios fastuosos adultos; lástima que estuviese tan nublado, pero he podido aclarar algunas imágenes, tocando algo de brillo y contraste, y no quedan mal del todo, oye.

Quebrantahuesos y buitre leonado en el centro.

Juveniles.


Subadultos.


¿Te conozco?


Adulto que me pasó muy cerca.


Otro adulto; esta zona es una mina.

A la bajada, más quebrantahuesos, un alimoche, vacas, acebos en que no me había fijado... incluso el colirrojo real que ya había visto antes posó largo rato para la cámara. Todo enmarcado en la belleza del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, ya centenario. Es toda una suerte contar con lugares protegidos así, aunque mucha gente no lo comprenda y piense que es un sitio para selfies, excursiones masivas y demás turistadas. A todo esto, se me olvidaba mencionar: aquel día sólo me crucé con otra persona observando los quebrantahuesos, así que os podéis imaginar la suerte que tuve de disfrutar aquello prácticamente solo.

Antes de irme del observatorio.

Una silueta más.

Unos paisajes pirenaicos con luz inmejorable.



Hace tiempo que no publico hojas. Haya (Fagus sylvatica).

Acebo (Ilex aquifolium).

Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus).

Ternero con su madre.

Por la tarde fuimos a cenar al Valle de Plan con la idea darnos un buen homenaje, y así fue; por supuesto, no hay muchas fotos de pájaros, sólo un fugaz escribano montesino y un cuervo. Aparte chovas piquirrojas, un alimoche... al visitar otro punto de alimentación, el de La Inclusa. Lástima de luz y poco tiempo... habrá que volver.

Cuervo (Corvus corax).

Así quedó el día... pero bueno, igualmente un paisaje brutal.

De momento concluyo así con esta primera parte del viaje, dejando unas fotos de Aínsa, su belleza medieval y algunos habitantes de los bosquetes, huertas y río (Cinca) circundantes, en la siguiente entrada (habrá otra antes pues se me acumula material del bueno en mi tierra) contaré lo que falta: mi gloriosa visita a un muladar donde presencié una brutal carroñada, aunque sin quebrantahuesos, y una "sorpresa" que ya comentaré.

Ayuntamiento e iglesia parroquial (S.XII) desde la vibrante plaza mayor. Fotografía nocturna...

...y diurna.

Castillo de Aínsa (S.XI).

Peña Montañesa (2.295 msnm).

Ruiseñor bastardo (Cetia cetti).

Papamoscas cerrojillo (Ficcedula hypoleuca).

Papamoscas gris (Muscipapa striata). No quiero ni imaginar lo que es ser mosca por aquí.

Trepador azul (Sitta europaea).

Aviones comunes (Delichon urbicum). Lo dicho, pobres moscas...

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

Próximamente... (abstenerse si sois remilgados).

sábado, 21 de agosto de 2021

Dónde ver aves en España.

Por el título de la entrada habréis pensado que, o se me ha olvidado algún signo de interrogación, o vengo a ofrecer la panacea del pajareo español. En realidad es una nueva reseña de un libro, en esta ocasión la "modesta" obra titulada "Dónde ver aves en España: Los 100 mejores lugares" del periodista especializado en naturaleza y redactor jefe de la revista Quercus José Antonio Montero.

Publicado por la editorial Lynx, todo un referente en cuanto a aves y naturaleza, describe itinerarios orientados a la observación de aves en absolutamente todas las Comunidades Autónomas, de Andalucía a Euskadi (lo pongo así porque es el orden del libro), en un total de 100 espacios naturales, con lo que al final nos quedan más de 200 rutas por lo mejorcito de nuestra geografía: Doñana, Ordesa, Somiedo, Albufera de Mallorca, Fuerteventura, Marismas de Santoña, Cabañeros, Arribes del Duero, Delta del Ebro, El Hondo, Monfragüe, Costa da Morte, Valle del Lozoya, Mar Menor, Irati, Urdaibai... Vamos, todo propuestas para nada apetecibles, jajajaja. Como aficionado a las aves, y supongo que a muchos os pasará lo mismo, contar con este tipo de ayuda bibliográfica viene muy bien a la hora de planificar las salidas y viajes. Está claro que hoy en día, con la gran cantidad de información en la web (foros, páginas especializadas, eBird...) pues hay muchísimos más recursos, pero yo personalmente todavía disfruto con los libros impresos. Pero, como todos los libros que he ido exponiendo, tiene sus puntos fuertes y otros que no tanto, algo inevitable pues es bastante antiguo (2005) y la cosa ha ido cambiando desde entonces.

Por una parte, y por empezar con algo positivo, el libro tiene bastantes "pros": Para empezar, tener en tus manos un montón de rutas para pajarear, dentro de otro montón de espacios naturales para patear, ayuda a la hora de saber por dónde tirar pues, aunque es muy fácil poner un parque natural en el GPS, suelen ser bastante grandes, y, además, algunas zonas son mejores que otras en cuanto a aves. Para rematar la faena, ves a una oficina de información y pregunta por aves, a ver qué te contestan... y he tenido pésimas experiencias en los centros de interpretación- ojo, no todos-. A este respecto, además, destaco la claridad en las indicaciones, vamos que es llegar y ponerte en ruta con los prismáticos, y al final de cada ruta encontramos un pequeño recuadrito con observaciones sobre alojamiento (a veces llega a ser insufrible su búsqueda), época recomendada, infraestructuras de observación, etc. de cada espacio natural. A destacar también, aunque sean meros pormenores:

- Introducción a la zona y su avifauna, y, ya al finalizar con cada zona, lista de aves residentes, en paso, invernantes... Parece una tontería, pero si hubiera tenido esto cuando empezaba ya me habría quedado sin pájaros para ver.

- Paradas en ruta indicadas con su número en mapas del libro. No sólo eso, también se indican los desvíos, ya que es sabido (por lo menos a mí me ha pasado más de una vez) que localizar accesos puede ser confuso. Si empezara además a contar anécdotas con el Google Maps, parecía esto el Quijote.

- Información clara sobre dónde y cómo observar las especies más codiciadas: Alondra ricotí, quebrantahuesos, camachuelo trompetero, mochuelo boreal... y sobre otras más comunes pero también bonitas e interesantes como los abejarucos.

- Además de las zonas más conocidas, incluye itinerarios por otras mucho menos pateadas e incluso lugares donde jamás esperarías encontrar aves. La Desembocadura del Guadalhorce, por ejemplo, no la conocía y jamás se me habría ocurrido la verdad.

- Te indica las temporadas en las que suele haber más afluencia de visitantes, en las zonas más conocidas: el Valle de Benasque en Agosto siempre está de bote en bote, pero a ver a quién te encuentras por las estepas de La Serena.

Para ilustrar los detalles ya definidos mi paraíso personal de observación: la Marjal dels Moros.

Con respecto a los contras, empezar diciendo que la información es vieja. Esto es algo normal ya que el autor lo publicó hace ya más de 15 años y en ese tiempo pueden cambiar muchas cosas; no es culpa del libro, seguro que Dante pensó que la Divina Comedia era lo más de lo más en sus tiempos, jejeje. El caso, que me he ido por las ramas, es que muchas veces veremos, por ejemplo, que el autor dice que no hay observatorios en Urdaibai... porque en aquel entonces no los había, pero ahora la cosa está en auge y hay hasta pantallas desde las que ves la marisma en directo. Una cosa más es que desaconseja el invierno, por ejemplo en Benasque, Ordesa... cuando yo he estado allí en febrero y me lo he pasado pirata, pero claro, con equipamiento de montaña. Si en un libro sobre rutas no previenes estas cosas a saber... pueden aparecerte en Picos de Europa, en pleno mes de Diciembre, en chanclas y bermudas (la noticia es real pero no la encuentro😅).

El aspecto de los observatorios en la Marjal ha cambiado mucho, algunos para bien y otros para mal; no voy a entrar en eso.

Sobre el inconveniente de los cambios en infraestructuras de observación y demás, aporto mi pequeño granito de arena con algunas novedades:

- Laguna de Gallocanta: Actualmente se gestionan hides de observación, por el precio más que razonable de 15 euros/día.

- Marismas de Santoña: En Laredo, la playa del Regatón acoge un gran contingente invernal de barnacla carinegra.

- Damiel: La cercana Laguna de Navaseca, con las mismas posibilidades y menos masificada, es una interesante parada cercana.

- Sierra de Gredos: Ya publiqué una entrada sobre el Hostal Almanzor, muy recomendable para pajareros y naturalistas.

- Albufera: Aparte del muy acertado inciso sobre la caza en invierno, añadiría que la zona del Estany de Pujol está muy concurrida en verano y, en general, los fines de semana que "hace bueno"; además, se han delimitado zonas de protección para las aves recientemente.

- Marjal dels Moros: Los miradores han cambiado mucho, y existen dos nuevos para observar la colonia de larolimícolas. Además de que hubo un incendio y la zona tuvo por bastante tiempo problemas de acceso, se habla de la presencia de focha moruna pero hace tiempo que no se la ve por allí y la cámara del CEA no funciona.

- El Hondo: Recomendables los observatorios junto a la carretera de Vistabella.

- Arrocampo: El homónimo parque ornitológico, instalado hace poco, cuenta con una serie de miradores en una ruta junto al embalse, por lo que es una parada interesante.

- Urdaibai: Aquí tenemos el Urdaibai Bird Center, abierto en 2012, muy interesante para observar aves desde telescopios, cámaras web... Esto último también lo podemos hacer online a través de su página web.

En resumen: aunque a veces pueda ser algo obsoleto, me parece una excelente iniciativa que, quizá, esté reeditada pues lo compré por Amazon; si no, sería interesante. Pese a ello, llevaba tiempo buscando un libro como éste, y, la verdad, disfruté mucho leyendo la información referente a las rutas; en fin, si así ya me emociono, espérate a que haga las rutas. A partir de ahora procuraré hacer alguna reseña sobre rutas incluidas en el libro, aunque ya tengo algunas: Marjal dels Moros, Albufera, miradores de Revilla... ojo a esto último.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!