Viendo el poco tiempo de que dispongo para mantener esto medianamente actualizado, he pensado seguir con el blog, pero entradas más cortas y concretas (no las típicas en que aglutino varias salidas), y que iré subiendo conforme tenga tiempo, que entre el trabajo y demás se hace difícil. En esta ocasión, para demostrar que a pesar de todo no decaerá la calidad, una calurosa mañana de hide en la que disfruté principalmente, como indica el título, del roquero solitario y la curruca tomillera, pero también gorrión chillón (Petronia petronia), collalba rubia (Oenanthe hispanica) y una familia de colirrojos tizones (Phoenicurus ochuros) como más destacado.
El que más me hizo disfrutar, con su color azul marino, fue el roquero solitario, con un ejemplar que visitó el hide al menos dos veces. Ya lo había visto antes, pero es distinto cuando lo tienes justo delante y puedes fijarte en los detalles; un bicho espectacular, aunque su primo el roquero rojo (Monticola saxatilis), a quien está orientado el hide, no apareció por allí.
La curruca tomillera me parece de lo más bonita, pero a la vez es muy complicada de retratar: utiliza sus posaderos poco tiempo (fuera de la época de reproducción) y tienes escasos segundos para "afotarla", lo que considero aumenta el valor de fotografías como esta. Habrá más currucas próximamente, este verano me las he propuesto como reto.
En cuanto al resto, pues no suelo ver gorriones chillones; también son bastante llamativos y se disfrutan bastante, aparte del hecho de no tener nada que ver con otros gorriones en cuanto a morfología y plumaje. Lástima que la mayoría acudieran a partir de las 10:30-11:00...
Por lo demás, poca cosa; estas tres fueron las que más disfruté dado que no suelo verlas. Los colirrojos tizones es agradable verlos con crías, pero por lo demás es una especie común. También acudió un mirlo (Turdus merula), carbonero común (Parus Major) y varios pardillos (Carduelis cannabina). Una mañana bastante entretenida, pese a no haber visto al roquero rojo y el calor cuando salí.
Una crónica más concisa de lo habitual, pero tengo que seguir esta línea, demasiadas cosas en la cabeza para seguir como antes, pero aún con ganas de compartir por aquí.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!
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