martes, 13 de octubre de 2020

Puente de octubre: Sesión de acuáticas y, de nuevo... cerceta pardilla!!!

Estos tres días de puente (en mi caso 4, al ser el 9 de Octubre día de la Comunidad Valenciana) he podido disfrutar bastante bien de la mayoría de las especies acuáticas que pueden verse por España, la mayoría bastante cerca. Y de nuevo, por tercera vez este año, me he vuelto a ver las caras con la amenazada cerceta pardilla (Marmonetta angustirostris), esta vez en el “Clot de Galvany”, reserva tutelada cerca de Alicante ciudad en la que se pueden ver esta y otras aves desde una serie de miradores, y mucho, pero que mucho más cerca que en otros lugares similares, por cierto.

Aunque aquel día estaba nublado y, al ser festivo, lleno de gente, tuve bastante suerte pues la luz no era demasiado mala y la mayoría de visitantes eran gente muy respetuosa con el único objetivo de ver aves en libertad. Por lo demás un enclave bastante chulo, con gran cantidad de aves de todo tipo, observatorios y miradores cómodos y bien orientados y una buena muestra de la vegetación del sur de Alicante, perfectamente adaptada al clima semidesértico de aquellos lares; si no fuera por el hecho de estar rodeado de fincas y la cantidad de eucaliptos y cipreses plantados, ya sería de diez, pero es lo que hay.

 
Rana común (Rana perezi).

Flora del entorno: esta en concreto no la conozco pero debe de ser alguna especie de salicornia.
 
Bufalaga marina (Thymelea hirsuta).
 
Senecio auricula.

 

 
Otra cosa es la escasa (o directamente nula) señalización; hay que buscarse un poco la vida, seguir a la gente... nosotros así lo hicimos hasta encontrar los observatorios, en uno de los cuales ya de primeras se veía una buena cantidad de aves: Ánade friso, cuchara, azulón, cerceta común, calamón, flamenco, focha, martín pescador... ninguna novedad, pero siempre es interesante cualquier especie; sobre todo cuando las ves de cerca:
Cuchara europeo (Anas clypeata). Macho en eclipse.

Ánade azulón (Anas plathyrynchos) y fochas (Fulica atra). Estas últimas, las más abundantes, como en muchos otros humedales.

Flamenco (Phoenicoptrus roseus).

Ánade friso (Anas strepera). De cerca se ve que no es, para nada, un simple "pato gris".


Zampullín chico (Tachybaptys ruficollis).

Había muchísimas garcetas comunes (Egretta garzetta).
 

 
Y ya comentaba la gran abundancia de fochas.


Algunas se acercaron mucho.
 
Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), hembra.
 
Galápago leproso (Mauremys leprosa). Una suerte ver tortugas acuáticas autóctonas, lamentablemente cada vez veo más especies americanas.
 
Más adelante apareció la cerceta pardilla. Aunque sólo pude fotografiar un ejemplar y no estaba tan cerca como el friso (por ejemplo), el material, en mi opinión, es bastante decente, a pesar de que el bicho no paraba quieto. Observaréis que está anillado y lleva GPS. Como muchas otras de su especie, su presencia es fruto de proyectos de reintroducción, en este caso bien llevado a cabo; las pardillas que veía e principios de Junio en la Marjal dels Moros ya no se supo nada de ellas... una lástima, pues tenía la esperanza de que, como pasó con el calamón o la malvasía, criara cerca y, por tanto, se convirtiera en un elemento más de mis salidas; pero, bueno, el hacho de ver tan pocas le da a los avistamientos ese aire mágico que, a veces, te da la vida.
 
 Cerceta pardilla.

  

Después de la visita ornitológica de la mañana pasamos la tarde de turismo cultural, aderezado con la visita al faro de Santa Pola y el bello paraje costero del sur (aunque, la verdad, he visto mejores, y menos concurridos, miradores costeros). El sur alicantino es, de hecho, lo más parecido a un desierto que tenemos por aquí:


 Castillo-fortaleza de Santa Pola (S.XVI).

 
Salinas.

Menudo recibimiento...

Faro de Santa Pola.

El cabo que lo rodea es un entorno precioso.





Esta nube, parecida a una liebre, me pareció curiosa.
 
Terminando ya con la jornada alicantina, pues no todo iba a ser malo en la Marjal dels Moros. Pese a la desaparición de las pardillas y las continuas obras sigue siendo un lugar fantástico a la hora de ver aves. No pondré muchas fotos pues ya publico cuantiosas imágenes hechas en este enclave, pero creo que merece la pena compartir, para empezar, los cercanos encuentros con el calamón (Porphyrio porphyrio) y el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) el día 9 (para empezar las vacaciones con fuerza, jajaja).

Calamón.

Aguilucho lagunero. Su coloración oscura y la "cara" color crema indican que es un juvenil.

 

Las últimas imágenes son de un observatorio en el que, debido a que el camino estaba calcinado hasta que lo cambiaron hace poco (para mí la única intervención con sentido); parece un buen sitio, sobre todo para aves invernantes; veremos que nos depara.

Y esto es (casi) todo lo que ha dado de sí este puente; el resto lo dejo para la próxima. Hata entonces, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres! 

jueves, 8 de octubre de 2020

Sierra de Espadán: Apuntes paisajísticos, históricos y bicheros.

Muchos puntos de la geografía valenciana son sobradamente conocidos tanto a nivel nacional como internacionalmente, sobre todo en la costa: playas y calas que reciben millones de visitantes al día durante el verano, lugares de veraneo y (teóricamente) relax. De hecho, las costas de Castellón, Alicante y Valencia son de los destinos más codiciados sea cual se la época: miles de turistas, domingueros, etc. nacionales y extranjeros vienen en peregrinación a estos lugares, bien sea porque aquí hace mejor tiempo (cosa que no siempre es así), ves el mar, en no sé qué serie ha salido el castillo de nosedonde...

Lo mismo para muchos lugares de senderismo, la mayoría cercanos a la costa: la catedral de senderismo, penyal d’Ifach, Calderona, sierra de Irta... todos lugares muy recomendables sin duda, pero hay otros muchos que no son tan conocidos, con valores naturales prácticamente intactos, que parecen hechos para que los disfrutemos los amantes del campo y la naturaleza. A raíz de esto, y teniendo en cuenta lo que disfruto yo en el monte, me he decidido a publicar una entrada algo ambiciosa, con parte histórica, paisajística y como no, bichera, sobre uno de estos paraísos naturales. Las fotos son de un par de visitas en Septiembre; del otoño en la sierra intentaré publicar algo si me paso:

La sierra de Espadán, en Castellón, está a caballo entre la naturaleza salvaje y prístina y la masificación senderista, aunque se quedaría en un término medio al ser unos pocos los lugares más conocidos y transitados. Así, puedes tener el lujo de caminar prácticamente solo; excepto los fines de semana de otoño-invierno, que irás oyendo tiros por todas partes y tendrás que ir apartándote... 

Antes de empezar con la botánica, bicheo, etc. algunas panorámicas y paisajes de la Sierra.

 
Por la zona abundan todo tipo de despredimientos y "ríos" de piedra.



Sentir el viento atravesando estos collados y vallecillos, todo un lujo durante las caminatas.
 

Su composición vegetal, aunque mediterránea, resulta cuanto menos curiosa: sus enormes alcornocales, que además cuentan con ejemplares grandes y añejos, son de hecho los más grandes de la Comunidad, donde hay otros en la provincia de Valencia. Se trata de una especie que prospera en suelos silíceos como los que se dan en esta zona y gran parte de Castellón, resistente al fuego (gracias al corcho), heladas... y de gran interés económico por su corcho, material que actualmente sigue extrayéndose de estas sierras. Un bonito lugar donde además podremos ver ejemplares de gran talla es la Masía de la Mosquera, rodeada de nobles ejemplares de este árbol.

Todavía hoy se aprovecha el corcho por esta zona.




Los imponentes ejemplares del bosque de "La Mosquera".








 

 Destaca también la presencia de especies como el avellano (Corylus avellana), sauce (Salix atrocinerea), cornicabra (Pistacea terebinthus) y, destacando entre todos ellos, el castaño (Castanea sativa). De este último hay muy pocos ejemplares por estas tierras, estando la mayoría en Espadán, donde prosperan algunos ejemplares de gran talla en sus barrancos y laderas más frescas y umbrías. Toda una joya botánica.

Pino rodeno (Pinus pinaster). Junto al alcornoque, la especie botánica más abundante.
 
Cornicabra (Pistacea terebinthus).

Almez (Celtis australis), muy común en estas sierras, tanto natural como plantado. Su madera se usa para elaborar bastones y herramientas artesanales.
 

 
Castaños (Castanea sativa), una de las pocas poblaciones de la Comunidad Valenciana.


Habrá que volver en otoño...
 
Choperas y saucedas son comunes en arroyos y zonas húmedas.
 

A toda esta diversidad arbórea habría que añadirle, por supuesto, la arbustiva, con brezo, jara, torvisco, madreselva, lavanda, genista, piorno... y, por otra parte, la gran cantidad de helechos que tapizan barrancos y zonas húmedas. Algunas zonas son realmente espectaculares a este respecto, por no hablar de los líquenes...

 
Varios helechos: Polypodium cambricum.

Pteridium aquilinum.

Asplenium onopteris.
 
Torvisco o "matapoll" (Daphne gnidium) elegante y venenosa planta.
 

Históricamente, el aprovechamiento de todos estos recursos se remonta muy atrás en el tiempo; no en vano estas tierras han sido pobladas por romanos, árabes... desde mucho tiempo atrás se lleva aprovechando el corcho en estas sierras, así como otros productos como la miel, el aceite, las cerezas (estos últimos fruto del cultivo)... siempre de forma sostenible. Destacan también elementos arquitectónicos como pozos de nieve, masías, puentes, castillos, molinos, carboneras...

 

Cartel interpretativo de usos tradicionales en la Masía de la Mosquera.
 

Campos de olivos y cerezos cercanos a Almedíjar, coqueta localidad de nombre arábigo (Al-majasir; el caserío).
 

Indicación hacia los alcornoques. 

En estas sierras de tantísimo valor natural y etnográfico puede observarse, por tanto, una gran variedad de fauna, destacando las pequeñas (y no tan pequeñas) aves forestales: carboneros, herrerillos, mitos, carboneros, agateadores, trepadores, currucas y también arrendajos y picos picapinos nos acompañarán con sus cantos, aleteos y demás, siendo más difícil, aunque no imposible, encontrárnoslos. El roquero solitario toma el sol sobre un imponente bloque silíceo mientras nos mira con desdén desde las alturas. Por el cielo, aunque escasas, quizá veamos alguna rapaz: yo he visto calzadas y culebreras, pero seguramente pueda aumentar el repertorio. Reptiles como la omnipresente lagartija colilarga (Psammodorus algirus), el lagarto ocelado (Lacerta lepida) o el bonito juvenil de culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis) que veréis abajo son fáciles de ver si nos fijamos, junto a libélulas, mariposas, avispones...

Avispón europeo (Vespa crabro).
 
Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis).
 
Las omnipresentes lagartijas colilargas (Psammodorus algirus).



Curruca capirotada (Sylvia atricapilla), hembra.

Agateadores euroasiáticos (Certhia brachydactyla).


Papamoscas gris (Muscipapa striata).

Águila calzada (Aquila pennata), fase oscura.

Culebrera europea (Circaetus gallicus).

Roquero solitario (Monticola solitarius).
 


Por mi parte voy a seguir paseando siempre que pueda por esta bonita sierra, así que más pronto que tarde aparecerá por aquí una bonita ruta otoñal que, pese a no saber exactamente cuándo (prefiero esperar a poder escaparme entre semana, para evitar a los cazadores), ya estoy planeando. Próximamente habrá entrada con motivo del puente que se avecina, eso sin lugar a duda.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!