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domingo, 13 de diciembre de 2020

Buenas y malas noticias en los parques valencianos.

 Llega el frío y, con él, mis ganas de recorrer los parques urbanos de Valencia capital en busca de aves raras, véase lúgano, picogordo, torcecuellos... Sobre todo este último pues hay un buen contingente invernante en la ciudad; por desgracia su número fluctúa con los años: este año no he visto ninguno y parece que la cosa se quedará así, por lo que toca quedarse con el buen recuerdo de otros años de torcecuellos. Lo que me llevo con estas infructuosas búsquedas es un buen grupo de aves, residentes en invernantes, que me he ido encontrando, observaciones que resumo aquí junto a impresiones sobre las distintas zonas.



Yendo a buscar torcecuellos en una de sus zonas habituales, lo primero que llamó mi atención fue este joven cormorán grande (Phalacrocorax carbo), uno de tantos que invernan en el Parque de Cabecera y el que más se dejó acercar. Hablando de aves acuáticas, en Noviembre apareció por la zona una hembra de cerceta común (Anas crecca) sumándose al creciente número de pato colorado (Netta ruffina) de origen desconocido que se reproduce en el mismo parque. La cerceta, por su parte, vino y se fue.



Cerceta común. Hembra.

Macho de pato colorado.

Otra novedad fue el carbonero garrapinos (Parus ater) que vi unos segundos mientras observaba un enorme grupo de mitos (Aegithalos caudatus). De hecho, aves forestales como estas dos y el agateador común (Certhia brachydactyla) son cada vez más comunes en las zonas verdes, y mucho más en esta casi a las afueras de la ciudad. A ver cuál es la siguiente en llegar, aquí he observado piquituertos en alguna ocasión...

Mito "desafiante".

No suponen ninguna novedad, pero los residentes habituales están ahí y siempre te llevas alguna foto. Este parque está muy bien, no sólo para observación de aves; se nota que se invierte tiempo y esfuerzo en su limpieza y mantenimiento de instalaciones, y es muy agradable darse un paseo y respirar algo de aire fresco en la gran urbe. Eso sí, rodeados de edificios constantemente.

Urraca (Pica pica).

Mirlos (Turdus merula). Macho...

...y hembra.

Cernícalo vulgar (Falco tinninculus). Visitante ocasional; varias parejas crían cerca.

Ese día decidí hacer un pequeño "estudio" sobre plumajes de paloma bravía (Columba livia). Es sorprendente la diferencia entre individuos.

Mis favoritos: la forma pura (derecha).

Y este plumaje, tipo "damero", también me gusta bastante.

Las de plumaje blanco tampoco desmerecen nada.

Tórtolas turcas (Streptopelia decaoto).


Entorno del parque.

Otro parque que suelo visitar y donde también he visto torcecuellos son Los Viveros, o Jardines del Real. Aquí un inciso técnico: llevo mucho tiempo viendo como este parque parece caer en declive. Quizá sean cosas mías, pero lo veo cada vez más dejado. Para empezar, el hecho de tener animales en jaulas (todas ellas bastante sucias) ya da qué pensar, sobre todo viendo el nuevo recinto para los pavos reales, sin duda insuficiente para unas aves tan grandes; lo de los grandes loros encerrados es que ya me parece antinatural. Además, se nota un abandono en limpieza y mantenimiento, y lamentablemente muchos indigentes duermen aquí al raso... es increíble como el Ayuntamiento permite que haya personas viviendo en estas condiciones, en vez de proporcionar opciones como albergues, pisos tutelados... donde estarían en mejores condiciones que durmiendo al raso. Se ve que es más importante instalar contadores para ver cuánta gente va en bicicleta, gastarse millones en ridículas infraestructuras... en fin, no es este un espacio para hablar de política, simplemente expreso mi opinión.

Otro tema es que la zona se ha convertido en una especie de "hotel" para especies invasoras. Las cotorras, tanto argentinas (Myossipitta monachus) como de Kramer (Psittacula kramerii) se han adueñado de una pinada en el centro del parque; la verdad es que asusta ver las enormes bandadas que se desplazan sobre el parque y los alrededores.

Cotorras de Kramer.

Los enormes nidos que construyen estas especies.

También es bastante mala noticia el hecho de que aumentan las observaciones de amazona alinaranja (Amazona amazonica) en este parque. De momento no se considera invasora, pero se expande rápido... y aquí estamos, esperando a una ley (efectiva) sobre la tenencia de especies exóticas...

Amazona alinaranja, si no me equivoco.


Lo bueno es que la especie es nueva para mi, jajajajaja.

El estado del parque deja bastante que desear y las especies invasoras se hacen fuertes en él, pero no por ello deja de ofrecer buenas oportunidades para el pajareo urbano. Para empezar, el baño de las palomas bravías:


Esperando turno... aunque parece que se impacientan bastante.

A la blanca no hacían más que colársele... puede que por eso la mirada reprobatoria de arriba.

También es toda una alegría ver de cerca a las abubillas (Upupa epops) que con su exótica apariencia dan un toque diferente al parque. También controlan las posibles plagas bastante bien.




Águila calzada (Aquila pennata). Apareció por sorpresa, provocando la indignación de las gaviotas patiamarillas (Larus michaellis).


La paloma torcaz (Columba palumbus) aumenta su número en este y otros parques, donde encuentran comida con facilidad. Como ya he comentado en alguna ocasión, se ven bastantes por mi pueblo.

A la larga, el crecimiento incontrolado de las colonias felinas podría suponer un problema.

Este parque también es interesante en el sentido de que es de los más antiguos de la ciudad, lo que le da un aire clásico bastante atractivo. Además, las zonas arboladas ofrecen otra perspectiva de algunos monumentos y edificios históricos.



Real Academia de Bellas Artes (S.XVIII).

Rectorado (edificio de 1944).

Y esto es todo lo que puedo contar sobre mis paseos. Puede que alguien que lea pueda no estar de acuerdo con algunos comentarios de esta entrada, pero es lo que tiene esto de los blogs: yo lo único que pretendo es mostrar un poco lo que veo y mis opiniones, sin intención de ofender a nadie por supuesto. De momento me temo que mi actividad bloguera tendrá que decaer un poco pues mañana empiezo a trabajar; sin embargo, trataré de sacar tiempo cuando pueda y, por supuesto, estas navidades, en las que aportaré material bastante novedoso.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

miércoles, 12 de febrero de 2020

Naturaleza y viajes 2020: Madrid.

Con esta ''escapada'', entre comillas puesto que el objetivo del viaje era un examen bastante estresante, doy comienzo a mis crónicas de pequeñas escapadas a la naturaleza. De momento tengo planeadas dos más: Un viaje invernal a Pirineos, que se está convirtiendo en tradición y una escapada por la Sierra del Segura, que no sé cuando llegará pero lo hará.

Pero empecemos por el principio: En Octubre del pasado año me examiné del primer examen de la oposición para Auxiliar Administrativo, y, como parece que los planetas se alinearon y logré aprobar, pasé a la segunda prueba, un ejercicio informático de media hora el pasado Domingo 9; esto es, un largo viaje para media hora de tecleo convulso y agobiante... El caso es que, para relajarme el día anterior y aprovechar más el viaje, el sábado pasado fuimos mi familia y yo a varios puntos de la cercana Sierra de Guadarrama que visitamos hace años, y de paso intentar localizar a las águilas imperiales (Aquila adalberti) del Monte del Pardo. Vayamos por partes: lo primero que hicimos fue subir al puerto de Cotos.

Cotos.

Al principio la cosa no pintaba muy bien; de hecho, caía un buen aguanieve, como veréis arriba, pero después la cosa se calmó y pudimos pasear por sus preciosos pinares. El pino silvestre (Pinus sylvestris) es el árbol dominante aquí; de hecho, el pinar de Valsaín, del que forman parte estos bosques, es una gran masa de esta especie en concreto. Se trata de un árbol propio del clima eurosiberiano, que en nuestro país aparece en zonas montañosas y frías del centro, este y norte peninsular. Su característico color rojizo en la parte superior del tronco lo diferencia de otros pinos del mismo hábitat, como puedan ser el rodeno (Pinus pinaster), el laricio (Pinus nigra) o el negro (Pinus uncinata). Aquí podéis ver el estupendo bosque que forman entre Cotos y la laguna grande de Peñalara.

 

Extensos pinares.




Más arriba, lo sustituye el matorral de escobón (Cytisum scoparium) y enebro rastrero (Juniperus communis subsp.nana).

Más del pinar.



Lirio? (Iris spp.?)

Narciso (Narcissus bulbocodium).
 
Los abedules (Betula pendula) empiezan a echar hoja.

Aparte de su espectacularidad paisajística y botánica, es una buena zona para ver verderón serrano (Serinus citrinella) y buitre negro (Aegypius monachus). Vimos ambas especies, pero el primero no pude fotografiarlo bien y del segundo no pongo ni la foto... Aun así, pudimos ver más aves, así como disfrutar del paisaje:

Trepador azul (Sitta europea).

Verderón serrano.

 
 Corneja negra (Corvus corone).

 
Piquituertos (Loxia curvirostra), macho (derecha) y hembra.

Los arroyos y saltos de agua, naturales o artificiales, son muy agradables.


 

Igual que la nieve en las montañas.

 


Después de comer fuimos a la Cuenca Alta del Manzanares, donde nos esperaban sus verdes praderas, varios milanos reales (Milvus milvus) aunque muy lejos y las cigüeñas (Ciconia ciconia), que ya se habían asentado en el campanario de Cerceda. Siempre me han parecido fascinantes estas grandes aves, sobretodo por la fidelidad que muestran hacia su pareja. Solo hay que ver como se saludan en el nido. Además, dicen por ahí que traen buena suerte...

Cigüeñas.
 


 
Como decía, no faltaron crocoteos y demás ''escenas de matrimonio".

"¿Dónde has estado? En un bar, seguro..."

Y fuimos a ver si veíamos las águilas imperiales. Y las novedosas rapaces aparecieron nada más bajar del coche, en sendas torres eléctricas. Fue, sin duda, el momentazo del viaje, pese a su escasa duración (¡¡Que se nos echaba la noche encimaa!!) Las fotos no le hacen mucha justicia, pero en fin... es lo de menos, ¿no?

Imperiales.


Como no veréis una m..., amplío.
 
Esta vez, el buitre negro no se libró de la ronda de cutre-fotos.
 
 
Al día siguiente el examen no empezaba hasta las 2 de la tarde, cosa que sin duda tiene narices, pero al final también me benefició ya que nos quedamos a comer y pude agenciarme al rabilargo ibérico (Cyanopica cyanus) en un entorno mediterráneo mu' majo él. Por supuesto, no fue el único...

Las palomas torcaces (Columba palumbus) se encargaron de entretenerme durante la larga espera hasta la prueba.


También fotografié esta Silene colorata, en una de las mejores imágenes que tengo del género.
 
Dehesa donde anduve después de comer.
Rabilargos. Hay que ver, los gritos que pegan.

Con este amigo tengo serias dudas: lo habitual sería que fuese escribano soteño (Emberiza cirlus), pero tengo serias dudas entre este y el cerillo (Emberiza citrinella). A ver si alguien que lea puede aclarármelo.

Carbonero común (Parus major).
 
Gorriones molineros (Passer montanum).
 
Pico picapinos (Dendrocopus major) en las sombras.
 
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs), macho.

Rosal silvestre (Rosa canina).
 
 Bueno, de momento, aquí se quedan mis ''aventuras''. La impresión general es la de un fin de semana agradable (el domingo por la mañana no tanto, eso sí) con la familia y un examen bastante más fácil de lo que yo temía. Como suele decirse, el tiempo dirá; de momento me quedo con el éxito de las imperiales! El próximo viaje será al Pirineo, con el objetivo de sus inmensos paisajes nevados... eso sí, si es que la hay.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

Me despido con este rabilargo sobrevolando la inmensidad del Pardo, todo un pulmón verde al lado de la capital.