viernes, 7 de agosto de 2020

Crítica cinematográfica: El Gran Año.

Para empezar, os pondré en contexto: como muchos ya sabréis, durante este confinamiento hice un par de entradas sobre mi bibliografía de consulta y libros de fotografía; ya por entonces pensaba que estaría bien hacer alguna entrada resumen/crítica de algún documental, película, etc. sobre naturaleza y animales en general. Documentales no faltan, la mayoría muy interesantes, pero en la gran pantalla poco encontraremos. Por supuesto, hay cosas interesantes, como por ejemplo el documental "Cantábrico" que me guardo para otro día y así me lo vuelvo a ver y refresco la memoria. La verdad, estuve mucho tiempo pensando en qué película elegir para hacer la prueba, así que elegí esta breve comedia, a ver que tal se me da esto de ser crítico:


El Gran Año, estrenada en 2011, es una comedia estadounidense basada en el conocido "Big Year", una competición entre pajareros para ver cuál de ellos logra ver más especies (en Estados Unidos); luego reseñaré mi opinión al respecto, primero lo importante: aunque fue estrenada en 2011, yo la vi hace muy poco, 2017 o así, y, la verdad sea dicha, no me gustó demasiado. Entretenida desde luego que lo es, pero a mi parecer no han puesto toda la carne en el asador; podría mejorarse bastante. Pocas aves aparecen, centrándose más en el terreno de las emociones humanas; peor habría sido por ejemplo el extremo contrario, pero pienso que podría haber un equilibrio entre el Gran Año y la observación de aves, que en muchas ocasiones pasa a segundo plano, y el trasfondo personal de los personajes. Ambos tienen la misma importancia, pero, como suele pasar, se tiende a centrar la trama en uno de ellos, quizá incluso demasiado...

El elenco es de lo mejor de la película, con clásicos de este tipo de comedias, con Jack Black (Mars Attacks!, Escuela de Rock...), Steve Martin (Saga de la Pantera Rosa, aunque puede que os suene más por Doce en Casa) y Owen Wilson (Los Padres de Él). Black, como suele hacer, interpreta a un joven introvertido y algo excéntrico cuya mayor pasión son las aves, por lo que parece no encajar entre los demás. Participa en el Gran Año por primera vez, y, como no podía ser de otra forma, al principio solo encuentra complicaciones, pero poco a poco va engrosando su lista de observaciones, a la vez que conoce gente con sus mismas inquietudes y la que podría ser la chica de sus sueños. Su papel, algo diferente que en otras de sus películas, es de los mejores conseguidos en la película, interpretando a la perfección a ese joven solitario que busca su lugar en la vida, aunque esta no cese de ponerle baches. Steve Martin la verdad es que me falló bastante: disfruté mucho con sus papeles en sus otras comedias, pero esta vez se capta un cierto toque paternalista, principalmente con el joven Brad Harris (Jack Black), a decir verdad bastante cargante y, al final, aburrido; también es verdad que, de no estar muerto, habría preferido mil veces a Leslie Nielsen (Aterriza como puedas, Scary Movie), pero eso es algo que no se puede solucionar, claro. Quizá habría sido mejor alguien tipo Robert de Niro, eso sin duda. Por otra parte, se nota que está completamente en su salsa interpretando al excéntrico fundador de una importante compañía con gran cantidad de medios para pajarear, incluyendo un helicóptero; es el actual campeón del Big Year, lo que le lleva a una divertida rivalidad con el competitivo Bostick (Owen Wilson), último protagonista del film y de quien ahora hablaré.

 

He dejado a Wilson para el final porque para mi es un buen actor cuando se trata de películas de acción (Golpe de Estado por ejemplo), pero pésimo cuando se trata de una comedia. Bueno, quizá no tanto, pero en fin, que no le veo la gracia. Interpreta a un competitivo pajarero que quiere ganar a toda costa, pasando no solo por encima del resto de participantes, sino también de su propia familia. Le interesa ganar, y, en concreto, destronar a Stu Preissler (Martin), mucho más que la mera observación de aves, y evidentemente al final gana, pero paga un precio muy elevado. En fin, un personaje con mucha más miga a desarrollar, pero mal aprovechado por el intérprete. Ya que hablamos del típico personaje "graciosillo", pienso que habría encajado mejor alguien como Ryan Reynolds (la desternillante saga Deadpool), por ejemplo.


La película, entretenidilla, para pasar el rato; de esas que, aunque desde luego no vas a verlas al cine, te dejan un buen sabor de boca sin llegar a gustarte del todo. El tema aves, poco representado, cuenta sin embargo con algunas escenas interesantes, sobretodo para los aficionados como yo: el ánsar piquicorto en un manantial volcánico (claramente es un montaje, como casi todas las aves), la espectacular danza de cortejo del pigargo americano, la hilarante escena en la que, mientras Stu habla con la dueña de un jardín, Bostick se cuela para ver primero un colibrí... También es interesante la evolución de los personajes: Brad Harris, además de quedar en muy buena posición en el torneo, finalmente encuentra a su media naranja y se reconcilia con su anciano y enfermo padre, con un cárabo lapón de por medio. Stu Preissler, ya jubilado, disfruta de las aves junto a su nieto; por último está Bostick: como ya he comentado, gana el torneo, pero acude a observar un búho nival mientras su mujer está de parto, por lo que al final acaba victorioso, pero más solo que la una. Escenas de humor pocas para mi gusto, pero las que hay, bueno, pues de ríes un rato, que al final es lo más importante (y otra cosa que se llega a echar en falta). Sobre el gran año, pues yo no participaría: prefiero observar aves con tranquilidad y sin agobios, que, al fin de al cabo, al campo se va a disfrutar; esto, por supuesto, depende ya de cada uno.

Resumiendo: Sin llegar a gustarme del todo, es bueno saber que hay por ahí alguna que otra película de pajareo en la gran pantalla, y no deja de ser una entretenida comedia para una noche de Sábado por ejemplo. Aunque hay pocas aves, sí que aparecen algunas especies atractivas, sobretodo en la composición fotográfica del final. No me ha gustado, aparte de la aparición de Owen Wilson y un descafeinado Steve Martin, que el tema principal llegue a quedar en un simple trasfondo, igual que tampoco me habría gustado si se centrase sólo en las aves (no se llega a un "fifty-fifty"). Recomendable para pasar el rato, pero sin más pretensiones.

Sentado ante el ordenador, tras escribir una larga parrafada como la de arriba, no sé si esto de las críticas será lo mío o si, por el contrario, quizá tendría que buscar otras formas de seguir diversificando el blog. Por supuesto, se aceptan comentarios, críticas (constructivas), correcciones, cualquier ocurrencia...

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

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