domingo, 19 de enero de 2020

De aves cotidianas.

Muchas veces, yo incluido, no prestamos atención a esos pequeños detalles del día a día, ya que normalmente son cosas que damos por sentadas: lugares o entornos que atravesamos cada día al ir al trabajo, estudiar o lo que sea, personas con las que solemos cruzarnos, calles de nuestro pueblo,... Supongo que ya me vais entendiendo, a no ser que penséis; "¿Y a qué viene todo esto ahora?" Tal vez se me haya ido un poco la pinza con esta introducción, lo reconozco, pero es que me he dado cuenta últimamente de que, acostumbrado a ver pajarillos como jilgueros, verdecillos, gorriones o, en invierno, mosquiteros, lavanderas, colirrojos, petirrojos, etc, etc., pues los he dejado un poco de lado, sin olvidar que están pero tampoco parándome a mirar o fotografiar. Después de todo, siempre están ahí, ¿No? Como no fue así con muchas aves (supongo que en Mauricio pensaban igual del dodo y ningún neozelandés imaginó que se acabarían las moas), pues he decidido pararme a apreciarlas y, ya que estaba, fotografiarlas. Este es el resultado.

 
Nuestro bonito, y ubicuo, jilguero europeo (Carduelis carduelis).
  

 Verdecillos (Serinus serinus). Fringílidos muy comunes en Valencia y alrededores.
  

El siempre alerta colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros). En este caso una joven hembra.

A veces se me olvida lo preciosos que pueden ser los machos.
 

Gorriones comunes (Passer domesticus).


El humilde mosquitero común (Phylloscopus collybita). Por cierto, este año debe haber cientos por nuestras huertas y campiñas. 
 

 
 
Bisbitas pratenses (Anthus pratensis) en una de las raras ocasiones en las que no van a ras de suelo.


Por último, esas preciosas damas blancas que tantos odian, pero que tienen el mismo derecho a volar que cualquier ave: las urracas (Pica pica).

  
Este año estoy viendo mucho escribano palustre, igual que al final del anterior, por lo que tampoco les estoy prestando demasiada atención. Sí que lo hice en Noviembre, del que tomo prestadas estas imágenes para ilustrar la entrada, y la mañana del pasado viernes, aunque esta última vez me quedó un poco raro la verdad:

 
Escribanos palustres (Emberiza schoeniculus).
 
 


Es toda una suerte disfrutar tan cerca de casa de este humilde y escondidizo paseriforme, que a mi siempre me ha llamado la atención por el dibujo facial (como casi todas las especies, bastante llamativo) y ese maravilloso rostro negruzco de los machos. Su canto, a mi parecer una lastimera versión del típico reclamo gorrionero, también me ha llamado la atención estos días. Respecto a los paseriformes, no son pocas las amenazas que soportan: silvestrismo, plaguicidas y especies invasoras que compiten por su espacio están haciendo bajar su número, a veces en proporciones alarmantes. Mucha gente ni notaría su desaparición, pero sé que muchos de los que leáis esto disfrutaréis igual de su observación. Esperemos que todo eso cambie, ya que no me gustaría levantarme un día y no verme rodeado de estos coquetos pajarines.

He de decir que hay aves más grandes que también doy por sentadas; principalmente la garza real (Ardea cinerea), que, pese a mi esfuerzo por fotografiarla siempre que puedo, pues no la valoro igual que a otras aves menos comunes. Pero a veces pasan cosas como la que veréis a continuación, que te hacen ver que estás ante un ave preciosa y muy elegante, aparte de una excelente pescadora. Pero es que algunas veces también caza:

 
Garza real con rálida capturada.

Fue impresionante ver a esta espectacular garza adulta tragarse a la desafortunada rálida. Prácticamente le llenaba todo el buche, y le costaba horrores tragársela; de hecho, hubo tres intentos fallidos antes de que lo lograra. Todo un momentazo y una suerte haber podido pillarlo con la cámara, ya que no es algo que pase todos los días. Sin duda, después de esta demostración de fuerza veré a la garza real con otros ojos, y me servirá para recordarme que, por cotidianas que sean, las aves que me rodean son de todo menos corrientes.
 

 
Para terminar, unas fotos de otras aves y paisajes ''cotidianos''. Cada uno tendrá los suyos, y lo bueno que tienen es que, aunque muchos no caigan en la cuenta, cambian mucho según que fechas, incluso de un día para otro:

Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo).
 
Con una bandada de estorninos pintos.

 
Tórtola turca (Streptopelia decaoto).
 

 
En fin, pues eso es todo por ahora. Se acerca un temporal importante, o al menos eso dicen... aquí quedo yo esperando, a ver que novedades nos trae!!

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

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