miércoles, 8 de diciembre de 2021

Muflones y más en otra agradable mañana de hide.

 Fotografiar aves y fauna en la naturaleza, ya sea tras horas de búsqueda o, simplemente, un agradable paseo por el campo, es muy gratificante, tanto por las imágenes obtenidas con cierto esfuerzo como por el ejercicio físico y lo bien que sienta una buena caminata, aparte de ser saludable. Pero hay veces que quieres conseguir ciertas imágenes específicas: de una especie difícil, en unas determinadas condiciones... Para ello la opción más cómoda, además de respetuosa con las especies, son los hides fotográficos. Yo personalmente no uso muchos, como comentaba prefiero caminar libremente por el campo, pero, con las 4 o 5 sesiones que pueda hacer en un año (es que este año han sido 5, por eso pongo la cifra) ya lleno la tarjeta de buenos momentos, imágenes complicadas de sacar en la naturaleza tales como primeros planos.

Es la tercera vez que visito la Finca Buixcarró, en la Sierra de Mariola, con muy buenos resultados: águila real, muflón... Precisamente por estos últimos fui de nuevo el Sábado 4, aprovechando el puente y un día radiante aunque ventoso. La otra vez pude ver hembras de muflón (Ovis musimon) y me quedé con las ganas de ver algún macho. Esta ves fue muy diferente, pues nada más llegar aparecieron 6 machos que visitaron el hide durante toda la mañana, permitiendo fotos de grupo, retratos de esos imponentes animales...

Muflones.



Por poner una pega, algunos ejemplares están marcados para su seguimiento (etiqueta en la oreja), lo que queda un poco antiestético; por lo demás, luz excelente, lustrosos ejemplares con enormes cornamentas, "silla de montar" en el lomo y pelaje espectacular y, además, algunos visitantes alados.


Muflón.

Pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

Más muflones.


Herrerillo capuchino (Parus cristatus). Estoy enamorado de este pajarillo.

Este ejemplar me premitió un primer plano increíble.


Magníficos.

Pasar 2 horas viendo esto ya es motivo suficiente para desplazarse la hora y media desde mi casa, pero, sabiendo que los pinzones reales andaban por allí junto a lúganos y algún zorzal alirrojo, sabía que era un buen momento para una sesión en un hide específico para pájaros pequeños... expectativas tumbadas por el fuerte viento, pero tuve la suerte de ver un bonito zorzal alirrojo (Turdus iliacus) bien cerca y con la misma luz brutal que los muflones. Es la segunda vez que veo uno, siempre aquí en la finca y en este mismo hide; me encantaría verlos sin necesidad de estas instalaciones, pero, de momento, me alegra poder disfrutarlos así de cerca y sin causarles molestias.

Zorzal alirrojo.

Debido al viento, no hubo más visitantes norteños. Una pena, pues me apetecían mucho los lúganos y reales, pero, con visitas de zorzal charlo (Turdus viscivorus), piquituerto (Loxia curvirostra), herrerillo capuchino (Parus cristatus) y demás, pues pasé otras 2 horas entretenido.

Simpática ardilla (Sciurus vulgaris), creo que la misma que vi bebiendo el año pasado.

Herrerillo capuchino.

Piquituertos.

Zorzales charlos.



Verderón común (Carduelis chloris). Hembra.

Pinzones vulgares.

Esta ves los carboneros comunes (Parus major) se dejaron fotografiar muy bien, de lo que también me alegro pues son complicadillos. Otro motivo más para seguir viniendo a disfrutar de Buixcarró, aunque ya aviso: va a pasar bastante tiempo hasta que vuelva por aquí, o, ya puestos, a pisar un hide. Entre los estudios ahora, y otros jugosos planes a partir de Febrero, desde luego que va a pasar bastante tiempo, aunque también es verdad que el próximo pinta brutal de poder ir... ahí lo dejo.

Carboneros comunes.


Resumiendo: una mañana muy agradable, sobre todo sabiendo que tardará en repetirse algo así. Como siempre que vengo aquí, muy agradecido a la Fundación Victoria Laporta y los encargados de la finca, siempre al pie del cañón preparando y cebando los hides, atendiendo clientes... Y creo que ya lo mencioné alguna vez, pero la relación calidad-precio es de las mejores que me he encontrado.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

Paseando por Mariola después de los hides. El arbusto es un durillo, concretamente Viburnum lantana que es más raro de ver que el común.

Jornadas así dan gusto.

jueves, 2 de diciembre de 2021

Un frío sábado en Gallocanta.

El pasado 28 de noviembre, y aunque las previsiones del tiempo no eran muy buenas por la zona, visitamos después de mucho tiempo la laguna de Gallocanta, a caballo entre Teruel y Zaragoza y esta vez más llena de grullas que nunca recuerde, con un censo oficial de 20000 grullas pero que sospecho que era mayor, además por las copiosas lluvias y nevadas no se había podido censar aquella semana y, por tanto, mi teoría se sostiene. Fue un día de esos que se pasan volando en el campo, viendo bichos por todas partes; aunque con tiempo desapacible (mayormente nublado, viento, lluvia, incluso un par de nevadas...) una buena decisión, entre otras cosas porque nunca había visto aquello rodeado de nieve y merece mucho la pena y, principalmente, porque el año pasado no pudo ser.

Camino a Gallocanta.

Este año sí ha podido ser y, además, en una laguna muy cambiada, repleta de agua y rodeada de sierras nevadas. Ya nada más llegar se veían grandes bandos de grullas (Grus grus), sobre la carretera y en los campos, y así fue hasta llegar al centro de interpretación, desde donde también vimos bastantes vuelos; pero lo mejor fue este par de grullas justo al lado de la carretera, justo en un arcén ancho donde se podía parar con seguridad, no como otros visitantes parados en medio de la carretera para sacar fotos... en una carretera asfaltada y de dos sentidos, pienso que lo que hay que hacer para no obstaculizar la circulación y, principalmente, evitarnos cualquier susto es apartarse, que al no haber quitamiedos hay sitio de sobra y no faltan caminos de tierra donde detenerse tranquilamente y observar. Aparte de esto que yo considero una temeridad por parte de algunos, un placer volver a ver grullas después de tanto tiempo, además tan cerca como me tiene acostumbrado el lugar.

Grullas.



Bajo el aguanieve.

Siempre me sorprenden sus formaciones en vuelo.


Antes de seguir con el plan y dar la vuelta a la laguna y sus miradores tuvimos que parar dos veces por las nevadas, pero enseguida se retiró la tormenta y, aunque estuvo nublado y con un viento horrible, se podía continuar si problemas, con una visibilidad excelente del paisaje y las aves, no solo grullas: también avefrías (Vanellus vanellus), gansos (Anser anser) y varias especies de paseriformes y demás pajaricos. Atentos al rosal con varios trigueros (Millaria calandra) y pardillos (Carduelis cannabina), que ni se inmutaron con el coche justo al lado.

Nevada breve pero intensa. Suerte que fue así y, además, nos regaló esta estampa.

Un periódico ponía la propia Laguna como sitio para ver la nieve el pasado fin de semana... más de uno se llevaría un chasco.

Trigueros, pardillos (ojo que de estos últimos hay dos).

Ánsar común.

Corneja (Corvus corone).

Avefría.

Cómo no...



Cucharas europeos.


El plan de visitar los miradores siempre están bien porque tienes excelentes vistas de la laguna y las aves, en este caso grullas, flamencos (Phoenicopterus roseus) y cucharas (Anas clypeata). Otro dato interesante fue la fugaz observación de una hembra de aguilucho pálido (Circus cyaneus), lo suficiente para ver su característico obispillo blanco, compensando la ausencia del grupo de corzos que vimos la última vez (Enero de 2019, fijaos si había pasado tiempo).

Flamencos.

Grullas.

Una de las cosas que más me gustó fue sacar a las grullas con nieve.

La viva imagen de la soledad.

Terminada la vuelta completa a la laguna y dirigiéndonos a Bello a comer nos encontramos esto en mitad de la carretera:

Era difícil ver aquello y no sacar alguna que otra foto, aunque llegásemos a comer un poco justos. Siempre que vengo me sorprenden los gigantescos bandos de grullas que llegan a formarse entre la laguna y los campos donde se alimentan, además de las concentraciones de aves posadas que llegan a ser muy importantes. Desde luego, queda claro lo importante que es el lugar para las aves.


Después de comer, ya de camino a casa, vimos varios grupos familiares de grullas, de los que ya he puesto alguno por arriba. Suelen componerse de la pareja y sus pollos ya crecidos, "adolescentes" que les digo yo, los cuales acompañan a sus padres hasta las zonas de invernada y aprenden el camino para los próximos años. Saqué algunos retratos cercanos de una de estas familias, así como varias grullas en vuelo bastante majas.


Juvenil.

Adulto posando con aires de grandeza.


Las únicas fotos del día con sol.



Las últimas imágenes de la entrada se corresponden con el intento de visita al castillo de Peracense, por lo visto muy bonito pero al que no pudimos ni acercarnos por la nevada que caía; esta vez sí que cuajaba y no llevábamos cadenas así que era el momento de irse, pero antes hicimos algunas fotos, vídeos, etc. tanto del fenómeno como de la anécdota. Y esta vez, aunque no hay foto, sí vimos un corzo.

No es el castillo pero...

Bueno, hasta aquí la visita a la cuenca de Gallocanta, tan potente y atractiva como cada invernada, pero ya aviso de que se avecinan cosas jugosas, relacionadas con la invernada también.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!