viernes, 2 de abril de 2021

Cambiando de aires.

 Los humedales y zonas costeras que solemos ver por este blog están muy bien: gran variedad de especies, paseos cómodos y sencillos... pero hay veces en que toca cambiar radicalmente de ambiente con el fin de diversificar esas salidas que sientan tan bien. Yendo al grano comenté que el día 21 de Marzo, último de mis vacaciones por San José, dediqué la mañana a algo distinto. Simplemente una breve vuelta por una zona donde, al contrario que en mi localidad y alrededores, abundan las grandes rapaces rupícolas. En concreto la cosa se saldó con unos 7 buitres leonados (Gyps fulvus) y 2 águilas perdiceras (Aquila fasciata).

Buitre leonado.


Águila perdicera.

No estuvo nada mal la cosa, y si le añades una fugaz culebrera (Circaetus gallicus), tercera que veía este año, y varios grupos familiares de pardillos (Carduelis cannabina) pues ya tienes un buen puñado de especies diferentes. Además, siempre sienta bien caminar un poco por la montaña.

Pardillo macho.



Alfileres de pastor (Erodium spp.).

Albaida (Anthyllis cytisioides).

Lino azul (Linum narborense).

Licénido no identificado.

Romerillo macho (Cistus clussii).

Tan bien me sentó, que una semana después me animé con una ruta mucho más exigente. Si bien la vez anterior estuve relativamente cerca de mi casa, esta vez tocaba visitar la vecina provincia de Castellón y subir a las alturas del Alto Palancia, comarca ya limítrofe con Teruel a la que tengo mucho aprecio por conocerla ya desde hace más de 10 años. Aquí hay infinidad de rutas, pero subir a la mole del Peñaescabia (1.331 msnm) y recorrer sus llanuras y escarpes rocosos es de lo más espectacular que puede hacerse por aquí. Una vez más en busca de rapaces: de hecho, antes de llegar arriba del todo ya observé una calzada (Aquila pennata) fase clara y varios buitres mientras cantaban herrerillos, trepadores azules, agateadores... Todo esto caminando entre frondosos bosques de pino negral (Pinus nigra) con sotobosque de enebro (Juniperus communis) muy atractivo. Con respecto a la calzada, pues aquí en la península se considera estival; pero el caso es que yo recuerdo ver un ejemplar en la misma zona hace unos años, a principios de Diciembre, tal y como lo anoté en su día en la primera libreta de observaciones que me animé a escribir.


Muérdago (Viscum album).

Águila calzada.



Primavera (Primula veris).

Según vas cogiendo altura llegas al pico propiamente dicho, donde predomina vegetación de montaña en forma de espinos, sabinas, cojines de monja, algunos pinos y encinas dispersos... Por aquí fue fácil encontrar un buen punto donde apostarme y esperar que alguna rapaz pasase cerca de mi posición, mientras los vencejos reales (Apus melba) alborotaban a mi alrededor junto a algunas golondrinas. Se dio bien la cosa con las rapaces: en total, 4 buitres leonados, 2 culebreras (Van 5 este año), un macho de cernícalo vulgar (Falco tinninculus) y la aparición fugaz de un halcón peregrino (Falco peregrinus). Las collalbas grises (Oenanthe oenanthe) tampoco quisieron hacerme un feo y aparecieron bien cerquita, una de ellas casi posando.

Buitres leonados.


Culebrera europea.



Cernícalo vulgar.


Sin identificar.


Collalba gris.


Cojín de monja (Erinacea anthyllis).


Lo lógico habría sido desandar el camino, pero en vez de eso decidí bajar por una empinada pendiente hasta alcanzar otro de los atractivos de la zona: el barranco de Los Tajos, donde existen varios ejemplares de tejo (Taxus baccata) que, junto a la pequeña representación que existe en Penyagolosa, es de las pocas masas más o menos grandes de esta especie en la provincia de Castellón. Fijaos en el entorno que rodea a los árboles; es como transportarse a otro tiempo.


Tejos.




Eléboro fétido (Helleborus foetidus).

Después otro barranco, el del Resinero, donde destaca la explosión de color de violetas (Viola alba y odorata), hepáticas (Hepatica nobilis) y primaveras (Primula veris), y donde pude oír por primera vez este año un cuco (Cuculus canorus). Se nota que nos metemos de lleno en la primavera. Además, pude disfrutar de varios saltos de agua, incluso probando esa famosa función de las cámaras en la que el agua aparece como si fuesen hilos. Volveré a probarla en saltos más importantes, sin lugar a dudas.

Viola odorata.

Viola alba?

Hepática (Hepatica nobilis).



Durillo (Viburnum tinus) florecido.

Después del barranco, antes de volver definitivamente a casa, pude escuchar otro cuco (seguramente sería el mismo) y fotografiar varias especies de reptiles; poco más, entre el cansancio y demás. En total recorrí 14 km. con 730 metros de desnivel acumulado, normal que al final no estuviera ya para tanta foto.

Lagartija colilarga (Psamodromus cinereum).

Lagartija roquera (Podarcis muralis).

Entre estas dos salidas, el 21 y 28 de Marzo respectivamente, el Jueves 25 fui a ver si veía algún pito real (Picus viridis) en unos sotos fluviales cercanos a Valencia, allí donde el Turia sigue fluyendo libremente. Lo bueno es que escuché varios ejemplares y pude disfrutar de uno bastante expuesto; lo "malo" es que lo demás fueron todo cosas a las que ya estoy acostumbrado, aunque me gustó la curiosidad con la que un mito (Aegithalos caudatus) vigilaba mis movimientos; además, la variedad floral de la primavera nunca defrauda, y fue un paseo bastante agradable.

Pito real.


Mito.

Nazarenos (Muscari neglectum).


Gamón (Asphodelus fistulosus).

Más de una vez he expuesto la preocupante velocidad de expansión de invasoras como esta cotorra de Kramer (Psittacula kramerii) en nuestro territorio.

En resumen; de vez en cuando viene bien cambiar de aires, no sólo por ver especies diferentes, sino también por explorar zonas distintas en las que siempre encontrarás algo distinto a lo usual. Por cierto, los cambios de aires se van a convertir en una tónica a partir de ahora y hasta nuevo aviso... Pues sí, me he cogido una semana de vacaciones en el trabajo y se acerca; entre eso y la semana santa se avecinan días muy disfrutables en cuanto a campo y naturaleza.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

sábado, 27 de marzo de 2021

Migrantes y más en el puente de San José

 Llegan las famosas Fallas de Valencia, y con ellas unos días de descanso que siempre vienen bien para hacer alguna excursión que, de normal, no sería lo mismo después del trabajo. Se avecinaban días bastante lluviosos pero, al final, todo ha quedado en 4 gotas un par de días. Aunque las vacaciones me empezaban en teoría el miércoles 17 a mediodía esa tarde la dediqué a otros menesteres, a pesar del "tiempo de Fallas" que tanto oía por ahí que iban a aprovechar porque después llovía.

El 18 decidí quedarme cerca de casa al estar anunciado como el más lluvioso e inestable de todos. De buena mañana ya estaba plantado en la zona de huerta y barbechos más cercana al barrio, donde empezaba las vacaciones con una buena representación de la avifauna del término municipal y, poniendo la nota de color, algunas abubillas (Upupa epops). Mucho mejor que el año pasado, observando las tórtolas turcas desde el balcón....

Abubilla sobre un antiestético posadero.

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).


Verdecillo (Sernus serinus) cantando bajo la lluvia.

Tórtola turca (Streptopelia turtur).

De hecho, la cosa mejoró al poco tiempo, justo cuando empezaba a chispear. No contaba con ver paso migratorio de grandes aves con el día que teníamos, pero, no obstante, un ave de grandes dimensiones llamó mi atención volando hacia donde estaba. La primera garza imperial (Ardea purpurea) que he visto este año, un precioso ejemplar reproductor, decidió tomarse un descanso posándose en una plantación de árboles ornamentales, mostrando todo su poderío en vuelo y sus llamativos colores. Ahora sí que ha empezado la "mascletà", jejeje...

Garza imperial surgida como un auténtico pájaro del trueno.

Cuando empezó a llover de verdad (es decir, un auténtico día de Fallas) enseguida me di cuenta de que aún aguantaría un rato más entre chispeo y chaparrón corto, así que decidí estar un rato más por allí hasta que la lluvia llegara con más fuerza. Algo que me encanta de estos días es fotografiar la mullida vegetación, más aún si de paso pillo algunas gotas de lluvia:

El haba de toda la vida (Vicia faba).


Brassica oleracra/spp.

Hablando de vegetación, también pasé por un curioso lugar del término municipal donde encontramos, la mayoría plantados, rosales silvestres (Rosa sempervirens), laureles (Laurus nobilis) y encinas (Quercus ilex) aparte de arces norteamericanos (Acer negundo) y otras alóctonas que alguien pensaría que hacían bonito aquí. Después ya nada; el resto de la mañana y toda la tarde lloviendo y el típico plan de revisar material fotográfico y ver una peli o algo, en ese orden.

Rosal.

Lentisco (Pistacea lentiscus).

Laurel.

Por aquí cerca algunos olmos (Ulmus minor), de los pocos supervivientes a la grafiosis.

El día siguiente, el que llaman el "Día Grande" de las Fallas, también resultó ser grande para otras cosas. Este día suelo acercarme a algún punto (este año la Marjal dels Moros) para ver cómo está el paso migratorio. Y esta vez, después del buen inicio que suponen las malvasías nupciales, me encuentro con nada menos que 5 cercetas carretonas (Anas querquedula), todas machos en plumaje nupcial. Es la primera vez que veo esta bonita anátida, con esa enorme ceja que le da un aspecto de lo más curioso y sus tonalidades grisáceas y castañas. A pesar de la distancia las disfruté mucho.

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala).

Cercetas carretonas.

Mucho más cerca estaba este ejemplar de terrera común (Calandrella brachydactyla), novedad para mí que a simple vista parece muy sosa pero que, con su cuerpo regordete y sus tonalidades marrón claro, aparte de su expresión facial que me pareció bastante afable, se queda como uno de los mejores momentos de estas fiestas y, ya de paso, del mes. 

Terrera común.

Aparte de esto, un bando de 18 martinetes (Nycticorax nycticorax) elegantes como buenas ardeidas, mucho flamenco (Phoenicopterus roseus) y el típico repertorio de acuáticas, palustres y marinas que hace que la visita valga la pena de por sí. Ah, y, para variar, durante mucho tiempo estuve completamente solo: claro, un día así, aunque no llueva, la gente se recluye en sus casas, no sea cosa que acaben congelados y esos rollos que se monta la gente por las temidas "olas de frío". Filomena segunda parte decían los medios...

Flamencos.


Golondrina común (Hirundo rustica).

Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).

Martinetes.

Bando al completo.

Gaviotas reidoras (Larus ridibundus).


Otra cabecinegra.

Aún quedan invernantes como las cercetas comunes (Anas crecca) y cucharas (Anas clypeata).





Aprovecho y os cuento: el miércoles pasado me volví a pasar y vi más paso migratorio: águila pescadora (Pandion haliaetus), vuelvepiedras (Arenaria interpres), los primeros charranes comunes (Sterna hirundo), un precioso macho de collalba gris (Oenanthe oenanthe) y muchas lavanderas boyeras (Motacilla flava), incluyendo este ejemplar que tengo la sospecha que es de la subespecie asiática beema. A ver si alguien puede confirmarlo (o negarlo, aceptaría las 2).

Águila pescadora en plena muda al plumaje adulto, la estrella del paseo.

Collalba gris.

Centaurea seridis para variar entre tanta pluma.

La sospechosa boyera. Probablemente ssp. flava si no es beema, pero ese amarillo bajo la garganta y la ceja...


Charrán común.

La elegante gaviota de Adouin (Larus audonii), un clásico y muy acostumbrada a la presencia humana (y a un servidor y su cámara).

Para acabar bien las vacaciones, ya en una tarde apacible y soleada, decidí echar un vistazo al Barranc del Carraixet, que suele aparecer por aquí, el domingo por la tarde. Como esperaba muchísima gente y escándalo, pero también algunas aves interesantes y cercanas.

Precioso morito (Plegadis falcinellus) adulto.


Calamón (Porphyrio porphyrio).


Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis).

 Por la mañana estuve haciendo otra cosa bastante más fructífera y distinta a lo que suelo hacer, pero prefiero dejar eso para la próxima entrada donde veréis interesantes cambios de aires en medio de esta explosión primaveral que, al contrario que el año pasado, puedo disfrutar plenamente; eso sí, en el territorio de mi Comunidad, que la verdad ya empieza a resultarme algo pesada después de tanto tiempo, pero ya aviso: Abril promete, y ya tengo pensadas un par de cosas por si en un par de meses nos dejan movernos con más libertad. 

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!