jueves, 31 de diciembre de 2020

Probando el 200-500 de Nikon por navidad.

 No, no me han regalado el potentísimo Nikon AF 200-500 por Navidad; lo que ocurre es que, ahora que trabajo y voy a cobrar, pues estoy pensando en pillar una mayor focal que mi actual 18-200, por lo que ando mirando precios, especificaciones... y al final pensé que, aprovechando que llegaban fiestas y tenía vacaciones del 24 al 27, la mejor forma de comprar con cabeza (teniendo en cuenta la inversión en material que me dispongo a hacer) era alquilar por unos días y ver qué tal iba la cosa. Los resultados... bueno, creo que las imágenes que ilustran esta entrada hablan por sí solas; de los hides que tuve la ocasión de probar el día 26, ya hablaré más adelante porque aquello ya fue otra historia; de momento, el desglose de resultados por zonas que visité y, por último, las impresiones generales.



Por cercanía y cantidad de especies observables, muchas de ellas bastante confiadas/cercanas, la primera vez que salí con el equipo alquilado me fui un buen rato por el Barranc del Carraixet (Alboraya), donde me recibieron como siempre las gaviotas reidoras (Larus ridibundus) y, más adelante, un calamón que, para mi sorpresa, sigue "cuidando" a su pollo ya crecido, pese a que éste es ya bastante independiente e incluso busca su propio alimento.


Los ánades reales (Anas platyrhynchos) fueron un inevitable sujeto de pruebas. Las fotos, como veréis, una pasada.

Bueno, a no ser que salga la clásica botella oxidada...

Urraca común (Pica pica).

Calamones comunes (Porphyrio porphyrio), adulto y juvenil (izquierda).



Luego traté de sacarlos mejor en una mañana soleada, pero justamente fue el día de Navidad y, entre el viento y la cantidad de gente (incluyendo varios entrometidos muy molestos) esto es lo mejor que tengo. No me acaban de convencer, aunque sé bien que la calidad es buena.



Esta joven lavandera blanca (Motacilla alba) fue la única de su especie que posó para la cámara.

Tórtola turca (Streptopelia decaoto).

Garza real (Ardea cinerea) con un particular peinado mohicano.


Me disculpo de antemano por lo mal que retraté a los jilgueros (Carduelis carduelis), pero se dio un cúmulo de circunstancias y quedaron bastante raros.

Más reidoras...


...y urracas.

Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).


Con las fochas tuve mucha suerte pues pillé a este ejemplar leucístico.



Me encantó poder retratar así de bien a los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita).


Las garcillas cangrejeras (Ardeola ralloides), todo un reto fotográfico.


Da un poco de miedo, ¿verdad?


Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).

Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis) aterrizando.

Otra mañana soleada este precioso cernícalo vulgar (Falco tinninculus). Macho.

Como curiosidad, la pareja tiene su territorio en un Leroy-Merlin.

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

Tarabilla común europea (Saxicola torquata). Macho.

Algo que también es de agradecer es poder fotografiar a los correlimos tridáctilos (Calidris alba) sin asustarlos, cosa difícil con un 200 y un bicho tan inquieto.




Yo puedo fotografiarlo y el seguir a lo suyo.

Esta gaviota juvenil (posiblemente patiamarilla, aunque espero confirmación vía eBird) posó de maravilla.


Otro sitio que también me gusta mucho, y que ya habréis visto por aquí a menudo, son las huertas y descampados que quedan detrás de mi casa. Aquí también saqué una buena caterva de aves, en este caso más comunes pero, con este objetivo, es que todo parece una novedad...

Para empezar, los carismáticos y casi tropicales verdecillos (Serinus serinus).


A este se le ven hasta las pulgas, o se le verían. Se le ve bastante aseado, jejeje.

Colirrojo tizón. Macho.

Cernícalo vulgar. Otro macho.


La otra foto de jilgueros que tengo.

Este macho de gorrión común (Passer domesticus) me salió muchísimo mejor.


Igual que sus primos los molineros (Passer montanum).

Estornino pinto (Sturnus vulgaris) haciendo honor a su nombre.

Los tímidos buitrones (Cisticolla juncidis) no se sienten tan amenazados cuando el fotógrafo está lejos.


Tarabilla común. Hembra, si no me equivoco.

Verderón común (Carduelis chloris), creo que también es hembra.

Esta de los molineros me parece muy graciosa. ¡Cómo si fueran adornos de navidad!

Unas pinceladas de astrofotografía.


Habréis notado que falta un sitio que suelo nombrar mucho. Lamentablemente no pude ir a la marjal dels Moros porque... no me lo creo ni yo, claro que fui, jajajajaja. Los objetivos que tenía en mente, escribano palustre y ruiseñor pechiazul, tardaron, pero al final allí estaban. Vamos empezando con algunas especies del amplio repertorio del que suelo disfrutar a menudo:

El vuelo de los cucharas (Anas clypeata).


Y el baño del calamón (Porphyrio porphyrio), un excelente nadador por cierto.


Las avefrías (Vnellus vanellus), espantadas por un lagunero que se quedó sin foto por ir tan rápido, también me dieron una buena exhibición aérea.


Cercetas comunes (Anas crecca), la parejita.

Otro molinero.

Más cormoranes, esta vez a contraluz.



El bisbita pratense (Anthus pratensis) me quedó bastante bien.

Y, como colofón, salió el sol para iluminar a la preciosa hembra de martín pescador (Alcedo atthis).


Los objetivos, palustre y pechiazul, fueron un caso aparte. Después de toda la mañana sin aparecer o viéndolos de lejos, pude retratar a placer a ambas especies. Los resultados son impresionantes, sobre todo del tímido escribano, cuando uno de ellos se decidió a posar y deleitarme con sus curiosos reclamos. Al pechiazul me gustó sacarlo en su típico ambiente encharcado de invernada, todo un contraste con los piornales donde crían en primavera.

Escribanos palustres (Emberiza schoeniculus), si no me equivoco macho (arriba) y hembra (abajo).


Ruiseñor pechiazul (Lusicnia svecica).


Este también da un poco de miedo, la verdad.

Para terminar, antes de la conclusión final, algunas imágenes de paisajes, esta vez con filtro para aumentar la nitidez.



Castillo de Sagunto.




Sierra Calderona.


Y, bueno, esto es todo lo que puedo contar de la prueba; la verdad es que no es el modelo que tengo en mente, estoy pensando más bien en el tamron 150-600, ganando un poco de distancia y ajustando el presupuesto a mis posibilidades actuales. La verdad, el tema que más me preocupaba, es decir el peso, ha resultado bastante bien. Es pesado, pero al final te acostumbras fácilmente y se deja llevar. Lo cierto es que, contando además con una práctica abrazadera, se distribuye bastante el peso. Lo demás: calidad de imagen, enfoque, distancias, calidad de imagen... pues creo que hablan por si solas las imágenes colgadas arriba. Aparte de todo esto, no le he encontrado ninguna pega; quizá el ruido del obturador, un poco rallante, como mucho, pero, contando además con un filtro, me ha gustado bastante la experiencia, que, por cierto, no he terminado de contar. Próximamente veréis por aquí más especies fotografiadas con el 500, incluyendo novedades y algunas aves realmente espectaculares.

En fin, un saludo y...


¡FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO AÑO NUEVO PARA TODOS!

viernes, 25 de diciembre de 2020

2 jornadas inolvidables.

 Eso es exactamente lo que fueron, inolvidables; una tarde y un día completo que, pese a su brevedad y escasez en observaciones, sin duda difícilmente me olvidaré de ellas. En teoría fueron la tarde del día 7 de Diciembre y el día 19 del mismo mes, pero, teniendo en cuenta que lo más potente fue este último día, empezaré por el final: el sábado 19, así pues, fuimos toda la familia a Burriana (Castellón) a pasar el día y, en mi caso, intentar avistar a un ilustre visitante invernal, la gaviota de Delaware (Larus delawerensis). Y vaya si la vimos:

Entorno de la observación.

Gaviota de Delaware.

Al principio pensé que, quizá, se trataba de una patiamarilla juvenil, ya que obtener una foto así y, además, en vuelo, resulta complicado, pero, consultando guías y, finalmente, en eBird, me confirmaron que, en efecto, era la deseada gaviota. Más adelante la volví a descubrir en un descampado cercano al puerto, integrada en un bando de gaviotas de Adouin (Larus audonii). Las fotos son de peor calidad que la primera, pero un avistamiento así merece toda la documentación gráfica posible.

La que está en medio (patas amarillentas, pico amarillo con gruesa cuña negra...)

Esta especie de gaviota, divagante americana, se distribuye por gran parte de Canadá y zonas adyacentes de Estados Unidos, invernando habitualmente en costas del Atlántico y Pacífico, así como en algunas zonas interiores de EE.UU y las costas del Caribe y Centroamérica. Cría en zonas cercanas al agua costeras y del interior, habitualmente en colonias,  mientras que, en Invierno, es habitual observarla en puertos, vertederos, depuradoras...

Detrás de la Adouin del centro.

En España, a día de hoy, existen unas 133 observaciones homologadas, normalmente entre noviembre y abril. Aparece sobre todo en costas asturianas y gallegas, pero también hay citas en otros puntos como Canarias o este mismo. Este ejemplar en cuestión es bastante longevo; nacido en 2005, apareció por primera vez en invierno del mismo año, y desde entonces no ha fallado ningún invierno. ¡15 años ya, y todos ellos invernando regularmente a media hora escasa de donde vivo! Me sabe un poco mal no haberlo sabido hasta ahora, cuando el confinamiento perimetral me impide viajar al norte en busca de gaviota groenlandesa y he buscado algo parecido más cerca, pero, ahora que lo he descubierto, pues a ver si puedo pasarme más a menudo.

Además, vimos gaviotas patiamarilla, sombría y cabecinegra, charrán patinegro... y comimos muy bien por la zona.

Mirando hacia Valencia.

Gorrión común (Passer domesticus) fotografiado a pesar del energúmeno que me pedía una foto.

Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus).


Patiamarillas (Larus michaellis) y sobrías (Larus fuscus).


La segunda especie de la entrada no es, ni mucho menos, tan especial como la gaviota, pero para mi significa mucho al ser una de mis aves favoritas y, a la postre, de las que menos suelo ver. La tarde del lunes 7 me pasé por la Marjal dels Moros, uno de mis lugares favoritos para el pajareo, y nada más llegar me recibieron... ¡Nada menos que dos alcatraces atlánticos (Morus bassanus)! ¡Y muy cerca de la costa! Por suerte me dio tiempo a fotografiar a uno de ellos; las fotos, al ser un día muy nublado, no le hacen justicia al bicho, pero, para tener un mejor documento gráfico, y de paso que vosotros también disfrutéis de esta bonita ave, he jugado un poco con brillo, contraste, etc. Aquí tenéis el resultado:

Alcatraz atlántico.

Más adelante, para mi sorpresa y regocijo, pude observar otro ejemplar bastante más lejano, pero todo cuenta al fin y al cabo. No pongo fotos de más especies que vi por la zona por una buena razón, que ya explicaré próximamente; lo que sí que tengo son unas cuantas fotos de nubes (otra de mis pasiones fotográficas) tomadas aquella oscura, aunque bonita, tarde de invierno.







Y esto es todo lo que tenía que contar. Resumiendo, dos jornadas muy agradables en excelente compañía, tanto humana como animal, que se me quedarán grabadas para siempre tanto en mi cabeza como en mi disco duro. Aprovecho para desearos a todos 

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!

y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!