viernes, 5 de junio de 2020

La cerceta pardilla y los humedales en la fase 2.

Desde el pasado lunes 1 de Junio la Comunidad Valenciana está toda ella en fase 2, lo que trae dos buenas novedades: la posibilidad de desplazarte para realizar senderismo/pasear y la supresión de las franjas horarias para ello, siempre que seas menor de 70 años. También puedes ir a la playa a tumbarte y ponerte gamba, pero eso ya no me interesa tanto. Vamos, pues, con lo que da nombre a la entrada: paseos por los humedales costeros de Valencia.

Estany de Pujol (Albufera).

Marjal dels Moros.
 
Evidentemente os habréis fijado que no es lo único que aparece en el título, y es que estos días he observado, por primera vez en la provincia de Valencia, una cerceta pardilla (Marmonetta angustirostris). Se trata de uno de los dos ejemplares liberados hace poco como parte de un programa de reintroducción; sé de muchos aficionados, observadores, etc. que no considerarían este un avistamiento genuino al proceder de cría en cautividad, pero yo disfruté enormemente del avistamiento y fotografía de esta pequeña anátida:

Imagen del momentazo.

Estando en la Marjal no podía perder la oportunidad de observar más aves, como los charranes, fumareles y gaviotas de la colonia de cría; carriceros, buscarlas, malvasías, porrones, un pequeño grupo de espátulas, garzas y un largo etc. que amenizaron mi regreso a este maravilloso edén para las aves. También vi bastantes flores e insectos, y aproveché para darme un buen chapuzón en la tranquila playa.

Carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) dándolo todo.

Los charranes comunes (Sterna hirundo) ya andan por aquí.


 

Y las reidoras (Larus ridibundus), desde antes de la pandemia.
 
Según avanzaba la mañana se retiraban las pocas nubes, dejando un día espectacular como buenamente los tenemos en Levante.
 
 

Estos zampullines comunes (Tachybaptys ruficollis) peleaban por el territorio; uno de ellos tenía crías cerca.

Garza real (Ardea cinerea).
 
5 espátulas (Platalea leucoroides) me alegraron el día junto a la pardilla.
 
Con malvasía (Oxyura leucocephala) y cigüeñuela.

 
Fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida).

 
Glaucio o amapola amarilla (Glaucium flavum).

 
 
Dorada de línea negra (Tymelicus sylvestris).

Ajos silvestres.

Este con un invitado.
 

Sympetrum fonscolombii.

Gordolobo (Verbascum thapsus).

Esto fue hace más bien poco; hubo otras salidas antes. También hacía mucho tiempo que no me pasaba por l'Albufera, así que, después de revisar varias opciones, fui con mis padres y hermana, que les apetecía salir de casa, a l' Estany de Pujol, por la comodidad en el acceso y la facilidad para avistar aves. Lo que más me gustó fue observar varios chorlitejos patingros (Charadrius alexandrinum) bastante cerca:





Abundaban también las cigüeñuelas (Himantopus himantopus), incluyendo una pareja que nos sobrevoló ferozmente al pasar cerca de su territorio. La avifauna más representativa fue escasa aparte de esto, con muy pocos charrancitos (Sterna albifrons), algún charrán, gaviotas y un lejano somormujo lavanco (Podiceps cristatus). Suerte que había bastantes flores e insectos por la zona. De hecho, daba gusto ver el florido paisaje primaveral de las dunas.

Cigüeñuela y charrancito.

Estas nos sobrevolaron hasta que nos alejamos lo suficiente.


 
Qüerquera (Satyrium esculi).

Abeja carpintera.

Alhelí de mar (Malcomia littorea).

Centaurea seridis.

Mirto (Myrtus communis).

Albaida (Anthyllis citysioides).

Heliantemum cinereum, creo

Echium sabulicola.

El último humedal que me faltaba era el cercano Barranc del Carraixet. Ya lo recorrí varias veces en fase 0 y 1, pero esta vez me di dos buenos paseos sin madrugar demasiado y con total libertad de horario, lo que se agradece, aparte de una menor afluencia de gente. Si no fuera un acceso a la playa, ya sería la leche, pero es lo que hay. En las horas de más calor, aprovisionado de agua pero sin crema solar (al final me puse gamba, jeje), disfrutaba por aquí de uno de los animales más bonitos de nuestra fauna: el espectacular, bellísimo, psicodélico, etc. macaón (Papilio machaon), gigantesca mariposa que siempre es un placer (tratar de) fotografiar. Estos son los mejores resultados, incluyendo también otros invertebrados:

Macaón.


Son preciosos.
 
Ortethum cancellatum.
 
La hembra anda por aquí...
 
Anax parthenope.
 
Lamentable  imagen que se observa estos días. No solo perjudicial para la naturaleza, sino también para la salud... en fin, paro que me enciendo y no sé donde acabo.

Cómo no, aquí hay bastantes aves, empezando por las gaviotas reidoras (Ridibundus) y de Audouin (Audonii) que acuden a desalarse por las tardes, dando lugar a carismáticas escenas. Estos días también han llegado los zarceros (Hippolais polyglotta), aunque fotografiarlos es mucho más difícil. Yo tuve la suerte de echar un rato con este amigo, y menos mal que di con él pues imitaba a la perfección a una curruca cabecinegra. El que me falta este año, y me extraña muchísimo, es el papamoscas gris (Muscipapa striata), que ya es habitual por estas fechas y se está haciendo de rogar.

Desalándose.



Llegando a la zona.
 
Al final se juntaron unas 7.
 
Zarcero políglota.
 
Especie a la que suele imitar aquí.
 
Unos volantones de golondrina reposaban en un cercado, mientras sus padres los cebaban.
 


 
Este mirlo (Turdus merula) cantaba a pleno pulmón.

Como veréis, estoy disfrutando muchísimo estos paseos provinciales, que, por supuesto, no han hecho más que empezar: ahora que se pude hacer, no voy a desaprovecharlo. Esto es en lo que ando de momento, aparte de algunas rutas por entornos de interior. A ver si en fase 3 ya dejan que nos movamos por nuestra comunidad autónoma y enseño un poco más de variedad.

viernes, 29 de mayo de 2020

Experimentos fotográficos (y algo de bicherío)

Aunque ya podemos salir a campear por nuestro municipio, al final te aburres de siempre las mismas zonas. La variedad va a llegar de la mano de nuevos lugares; sin ir más lejos, el lunes que viene empiezo a visitar otras zonas de la provincia. Mientras llega y no llega, para dar algo de vidilla a mis paseos y, sobretodo, practicar otras técnicas fotográficas he estado haciendo algunos experimentos con luces, texturas, etc. Para empezar, es sorprendente la de cosas que puedes hacer con la luz del atardecer, sobretodo al ponerla detrás del sujeto a fotografiar. Yo probé varias cosas en un campo de alcachofas (poco glamuroso, pero es lo que tengo más a mano).

El susodicho cultivo, siempre respetando sus límites y la propiedad privada por supuesto.

Aquí la idea era aprovechar la incidencia de los rayos solares.

Aquí se ve perfectamente.

Varios intentos de siluetas.


Hasta que conseguí la imagen que ahora es mi flamante salvapantallas. El que más me ha gustado de mis experimentos.
 
No estoy seguro de que especie es, pero también dio buenos resultados.


 
La siguiente prueba fue tratar de conseguir los reflejos dorados del agua de las acequias (otra vez tirando de lo que tengo más a mano), tanto a última hora de la tarde como algo más pronto, el día siguiente:
 
- Últimas luces:
 
A estas horas es cuando el sol, al posarse, produce unos colores preciosos en el agua, casi psicodélicos:
 


Un momento precioso.
 
- 8:15 pm:
 
Aquí intenté jugar un poco con las sombras, de modo que el agua resaltara sobre los muros. No estoy tan satisfecho con el resultado, pero en ello se basa el aprendizaje, ¿no?
 


Me encanta el detalle de la vegetación a la izquierda; sin duda, otra de mis favoritas-

Igual que esta, en la que el agua de riego parece un auténtico río.
 
Hasta las "malas hierbas" se pueden aprovechar para una buena fotografía, sobretodo si las fotografías a su altura. Eso sí, la gente se quedaba flipada al verme allí agachado.
 
Dientes de león (Tharaxacum officinalis).


 
 
La misma especie, al amanecer.
 
Igual que este albaricoque. Y pensar que una bandeja de estos frutos me dura dos días...
 
Fabácea cuyo nombre desconozco.

Y la avena silvestre (Avena fatua), una "mala hierba" de la familia de las gramíneas que me encanta.


 
 Las fotos de aves y otros animales son mucho más complicadas, ya que influye su comportamiento y otras variables. Sin embargo, aquí van unas cuantas que he conseguido, aparte, como no, de otras especies que me han acompañado durante mis experimentos. Cómo resistirse a dejarlo todo por un momento y fotografiar bichos después de tanto tiempo...

Morito (Plegadis falcinellus). 
 

Gorriones molineros (Passer montanum).
 
Este jovenzuelo me cayó simpático, y debió ser recíproco pues ni se inmutó de mi presencia.

Volantón, creo, de mirlo (Turdus merula) entre multitud de flores silvestres (y no tan silvestres).
 
Estorninos negros (Sturnus vulgaris).
 
Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) dándolo todo. Me acordé de un amigo que siempre dice que "¡la mejor discoteca, el río!"
 
 
Algunos invertebrados: Piquitos castaña (Carcharodus alceae).

Ortethum coerulescens hembra.
 
Y uno de mis favoritos: Esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum).
 
Y esta simpática rana común (Rana perezi). Hay que ver los conciertos que se montan con los sapos parteros (Alytes obstetricans).
 
Como no podía ser de otra forma, inmortalicé los bellos atardeceres de primavera (aunque los de otoño-invierno no desmerecen nada), incluyendo algunos trucos para realzar su belleza:
 

Un lienzo maravilloso.

Siempre está bien utilizar elementos del entorno para mitigar la luz solar, sobretodo cuando te viene de cara.
 


 
Algunas con luz dura.

 
En este caso utilicé el flash para realzar la señal de tráfico. El sol ha quedado precioso.
 
En esta, el sol baña el contorno de la higuera estilo "borde".
 
 
Y estos han sido mis experimentos; sin duda utilizaré algunos de estos trucos/técnicas en el futuro, quizá durante las venideras jornadas provinciales que, desde luego, prometen ser muy interesantes, sobretodo después de tantísimo tiempo.
 
En fin, un saludo y...
 
¡Nos vemos en las tierras silvestres!