martes, 12 de mayo de 2020

Por fin un poco de acción...

... aunque gran parte de la Comunidad sigue en la fase 0 y hay muchísimas limitaciones más. Pero, pese a la rigidez de los horarios (luego profundizaré un poco más en esto) y el estrambótico inicio de la fase 1 en mi territorio, ya he podido empezar a campear un poco cerca de mi casa. Lo primero que voy a decir es que, pese a que aún se ve algo de paso migratorio, es ya bastante flojo. Por suerte he podido disfrutar de algunos de sus protagonistas en mis paseos, como el colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus), el alcaudón común (Lanius senator) y la collalba gris (Oenanthe oenanthe), con la adición de un mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix) bastante escurridizo pero que logré sacar bastante bien. También vi varias rapaces: Abejero europeo (Pernis apivorus), águila pescadora (Pandion haliaetus) y halcón peregrino (Falco peregrinus), este último visitante ocasional de "mi" huerta.

Alcaudón común.


Colirrojo real.
 
Mosquitero silbador.

Águila pescadora.
 
Abejero europeo.

Esto respecto al paso migratorio; luego están las aves que vienen para quedarse, como es el caso del ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) y su explosivo canto, el carricero común (Acrocephalus scirpaceus), la garza imperial (Ardea purpurea),...

Garza imperial (Ardea purpurea).
 
El ruiseñor tenía ganas de exhibirse; lo tuve al lado más de 15 minutos.

Me parece una especie preciosa, sin nada que envidiar a su primo de pecho azul.

Pero si hay una que destaca es la lavandera boyera (Motacilla flava). Es cierto que la mayoría de estas pequeñas joyas voladoras están en paso migratorio, pero sé muy bien que algunas se quedan bastante tiempo, e incluso crían aquí; eso sí, mucho menos que hace un par de años cuando se las veía por todas partes. He conseguido unas tomas bastante buenas de lo que creo son macho y hembra, aunque tengo serias dudas sobre el macho. Creo que se trata de la subespecie ibérica, pero dudo con la italiana, a ver si alguien me despeja la duda:

Hembra.

Macho.
 
Las fotos se ven bien pero están bastante granuladas; esto es debido a que las hice a las 8:00 pm. en un día nublado; además, no aguantaron mucho porque unos perros enormes (con un dueño bastante maleducado) las ahuyentaron (lo de los perros estos días es de traca: se meten en cultivos privados sin ningún control, persiguen a las aves,...).


Otros animales que he podido fotografiar bastante bien han sido los invertebrados, con dos especies de libélula, una de caballito del diablo y otras dos de mariposas. Sobretodo me encantan las fotografías del caballito del diablo (Ischnura elegans). Esta especie concreta abunda en mis alrededores, pero hay una zona en la que, si te paras a mirar, los verás siempre. Fue en este pequeño herbazal donde pude fotografiar a placer un bonito macho.




Para hacer las fotografías tuve que agacharme sobre mojado, todo el mundo mirándome como diciendo "Y este loco??". Además, estuve tanto tiempo así que cogí pulgas... Al día siguiente me picaba todo, y además la maldita me mordió en la punta del dedo gordo y no podía casi andar, pero creo que, por la calidad de las fotos, todo mereció la pena. Aquí dejo fotografías de otros insectos que no me han hecho sufrir tanto:

Crocothemys erythraea.

Ortethum cancellatum.
 
Vanessa atalanta.
 
Vanessa cardui.
 
Colias alfacariensis.
 
Evidentemente las citadas no son todas las aves que he visto. Día que salgo, día que veo moritos (Plegadis falcinellus) cruzando el cielo a toda pastilla, y las gaviotas (Adouin sobretodo, reidoeas y patiamarillas) y fumareles cariblancos son habituales en el "Barranc del Carraixet", que se ha convertido en el hándicap para ver aves estos días. Además hay pato colorado, las omnipresentes golondrinas, alguna garceta,... Aquí hay para muchas franjas horarias, jajaja. Lo malo, aparte de la situación sanitaria, son las aglomeraciones de gente en cada franja horaria; en mi opinión, siempre humilde, si nos dieran más tiempo saldríamos más escalonados (y no al mogollón como veo) y, por tanto, con mayor distanciamiento social... parece, eso sí, que las franjas horarias podrían terminar en la fase 1.

Los preciosos calamones.


Morito.

Patos colorados.

Las gaviotas de Adouin también son bien bonitas, sobretodo en vuelo.


Una pareja de mirlos comunes está muy atareada alimentando a sus pollos.

Original imagen de una focha.
 
Aparte de las aves e invertebrados, unos apuntes de fauna (y flora) de estos días:
 
Salamanquesa (Tarentola mauretanica).

Carpa (Cyprinus carpio) bastante grande.
 
Barandilla (Torilis arvensis).
 
Cebolla.

Hibisco.

Coliflor.


Para terminar una pequeña anécdota: hace unos días, aún confinado, observé desde la terraza un cernícalo vulgar anillado; el primer día me acerqué a la iglesia del pueblo, a ver si el nido que tiene una pareja estaba ocupado. El macho de la pareja ya estaba allí devorando una presa, y resulta que se trata del mismo ejemplar, reconocible por dicha anilla. Dos bonitos capítulos que espero convertir en "miniserie" con la crianza de las pequeñas rapaces.



Poco a poco nos activamos de nuevo, y muy pronto llegará otra novedad al blog: durante la fase 1, cuando ya se permite ir a alojamientos rurales, seguramente me aloje un día o dos en alguno para cambiar de aires y, sobretodo, de área de campeo; dentro de la misma provincia, sí, pero eso no es un problema: conozco sitios preciosos aquí en Valencia. Aún no he decidido donde ir, y además de momento no puedo, pero lo que sí puedo anticipar es que no será en la costa. Ya os contaré el plan.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!


viernes, 8 de mayo de 2020

Vida campera: Bibliografía (III)

Algunos libros, como hemos visto ya en publicaciones anteriores, son excelentes materiales de consulta, perfectos para identificar y clasificar lo que vemos por el campo, y, claro está, un imprescindible material a la hora de iniciarse en cualquier materia. Pero hay muchísimos tipos de libros sobre aves, naturaleza en general, etc.: novelas y otra literatura (este es un tema en el que no he profundizado mucho dada mi preferencia por el suspense/terror), libros de fotografía, etc. De este último tipo de publicaciones tratará esta entrada, con 3 preciosos libros que personalmente me encantan. He decidido empezar por aquellos en los que ha participado un solo fotógrafo (dos de ellos) y así dejar para el final una de las obras, tanto literaria como fotográfica, más completas sobre la naturaleza en Europa: "Naturaleza salvaje de Europa".

La mejor forma de empezar que se me ocurre es por "La Mirada Salvaje", un precioso ejemplar (a la par que caro y voluminoso) con fotografías de uno de los mejores fotógrafos de naturaleza de España: Andoni Canela. Sin duda a muchos os sonará por "Espíritu salvaje", serie que se emitió en Cuatro, creo recordar, en la que narraba sus viajes fotográficos en compañía de su familia. Este volumen es bastante anterior, la verdad, por lo que dar con él me costó lo mío. Finalmente lo adquirí de segunda mano, en condiciones casi perfectas (un par de rayajos en la portada, nada más). Esta vez no publicaré imágenes del interior, pero creo que la portada ya dice mucho del libro:

Ediciones Blume.
 
Como podréis ver, la primera foto ya es una maravilla, y lo mejor, para mi gusto, de esta obra es que el resto de imágenes conserva la misma, si no mejor, calidad (bueno, excepto un par de fotos que no me acaban de gustar, pero esa ya es la percepción de cada uno. Luego están los textos: la introducción del propio fotógrafo, sus experiencias, normalmente acompañando a las imágenes, y los textos sobre hábitats de Eva Van der Berg, periodista especializada en divulgación científica. Sobre estas últimas, me encanta lo bien redactadas que están: parece que estés allí... y luego el autor nos cuenta sus vivencias en primera persona, por lo que es como si te fundieras con el entorno y sus habitantes: la penetrante mirada del lobo, el sosiego de unos corzos al amanecer, las perdices nivales volando al lado de tu cabeza, la primera rana que ve su hijo,... En fin, este libro tiene muchas virtudes, con el añadido de mostrar fotografías de gran calidad de especies realmente escasas o difíciles. No tiene muchos inconvenientes, excepto algunas fotos algo "malas" y el hecho de echar en falta alguna especie, pero claro, no puedes meter toda la fauna ibérica en un solo ejemplar. Sobre el precio, yo conseguí una ganga de segunda mano, pero, como acostumbran estos volúmenes, es bastante caro. De todas formas, muy recomendable echarle un vistazo, y si, como a mí, os encanta curiosear el trabajo de fotógrafos profesionales, el precio no os picará demasiado.
 
Seguimos con un poco de fotografía "yanqui" de la mano de Joel Sartore. Para empezar, la idea de esta obra tiene un origen peculiar: resulta que este fotógrafo, colaborador de revistas como National Geographic, pasó un duro momento cuando su mujer cayó enferma. A raíz de esto, y al tener que encargarse de sus hijos, tenía poco tiempo para la fotografía, un buen día decidió fotografiar las ratas-topo desnudas de un zoo cercano. Poco a poco fue fotografiando más especies, hasta que creó "The Photo Ark":
 
Editado por National Geographic.
 
Os habréis dado cuenta de un dato importante: está publicado en inglés. De hecho, no lo he encontrado en español; lo que pasa es que, tras ver un documental sobre el trabajo de Sartore, me picó la curiosidad y lo adquirí como regalo de Reyes. La cosa tiene narices, pues me llegó desde Estados Unidos, pero bueno, creo que merece la pena. En total, el volumen contiene 600 fotografías, aunque el buen hombre ha fotografiado la friolera de 9.844 especies de todo el mundo. Estamos, pues, ante una obra muy completa, tanto en este libro como en el resto del proyecto (publicado online). Eso sí, hay que tener muy en cuenta que, dada la escasez de muchas de las especies, muchas de las fotos son de zoológicos, centros de recuperación/acogida, programas de reintroducción,... Además, el fotógrafo utiliza fondos blancos o negros según que especie, para resaltar su belleza (citando al autor). El hecho de que la mayoría sean de animales en cautividad podría suponer un inconveniente, pero la situación de muchas especies no deja otra opción para encontrarlas. Además, para realizar un proyecto de este tamaño esta es la mejor opción, pues para realizarlo con especies en libertad habría que pasarse años, e incluso así quedaría inconcluso. Incluyo esta obra por considerarla un trabajo digno de admiración, pues Sartore ha conseguido sacar adelante esta ambiciosa obra mientras pasaba por duros momentos (tanto su mujer como su hijo superaron un cáncer). Podéis encontrar toda esta locura de proyecto pinchando aquí.
 
Sin duda, dos obras muy buenas si te gusta la fotografía de naturaleza o, simplemente, te encanta admirar sus imágenes una y otra vez; por mi parte, yo me incluyo en ambas categorías. Para terminar con esta pequeña recopilación, un libro que me cautivó desde el primer momento por sus magníficas fotografías, fruto de un crowfunding entre fotógrafos de toda Europa. La portada muestra la que para mi es una de las criaturas más fascinantes y misteriosas de nuestro continente: el buey almizclero (Ovibos moschatus), llamado así pese a estar más emparentado con las ovejas.
 
Ediciones Lungwerg.
 
Igual que en el primer libro, se trata de animales completamente salvajes, pero también muestra numerosas imágenes de flora, paisajes,... En total, 69 fotógrafos lo dieron todo durante más de un año para fotografiar las maravillas naturales de Europa. Por nombrar alguno, Peter Cairns (Escocia), Florian Möllers (Alemania) y Staffan Windstrand (Suecia), quienes además editaron el libro. Sus páginas contienen fotografías espectaculares, incluyendo osos, lobos y glotones en Finlandia, abejarucos y carracas en Hungría, el curioso antílope saiga (Saiga tatartica) en Rusia, la impresionante variedad de flora de ciertas regiones de Italia, etc. Es un libro para ver, sin duda, pero los textos que acompañan a las imágenes, aparte de dar ideas de viaje a los bicheros locos como yo, sirven para concienciar a la sociedad de que la naturaleza europea, lejos de haberse extinguido completamente bajo el asfalto, no solo sigue ahí, sino que muchas veces su anterior esplendor resurge gracias a encomiables labores de conservación. Este libro me ha marcado mucho; recuerdo a mi yo de la ESO mirando las fotos durante horas, asegurándole a todo el que me preguntaba que cualquier día yo me iba para aquí o allá... esperemos que así sea, pues de momento solo podemos alejarnos un km. de casa. Y para terminar, el inconveniente del libro es que... ¡Todo parece demasiado lejano y caro, joé!
 
Y esta es mi recopilación de libros fotográficos, no tan útiles como las guías de identificación pero sin duda de gran valor como referencias artísticas de la vida campera. De momento he terminado con los libros; espero publicar más entradas sobre materiales, puede que a la próxima de cine y series, aunque aquí tengo el mismo problema que con los libros: me pierde el suspense y el terror, qué se le va a hacer. Pero sí que he visto bastantes documentales y algunas cosillas reseñables. A ver que puedo sacar de ahí, hasta entonces un saludo y...
 
¡Nos vemos en las tierras silvestres (venga, que ya casi andamos otra vez por allí)!
 

jueves, 30 de abril de 2020

Pajareando por España I: Comunidad Valenciana y Aragón.

Casi dos meses confinado en casa han dado para mucha introspección. Una de las ideas que se me ocurrió recientemente fue recapitular todas mis observaciones de aves a lo largo del país (es decir, los puntos que he visitado). Estos son los resultados:

- Comunidad Valenciana: 198 especies.
- Aragón: 65 especies.
- Andalucía: 60 especies.
- Baleares: 50 especies.
- Castilla-La Mancha: 45 especies.
- Castilla y León: 44 especies.
- Asturias: 33 especies.
- Madrid: 32 species.
- Extremadura: 18 especies.

Al ser el lugar donde resido y, por consiguiente, campeo más a menudo, la Comunidad Valenciana gana de calle, seguida de Aragón, donde suelo ir varias veces al año (este año solo una de momento) y Andalucía, cuyo potencial ornitológico me ha quedado bien claro recientemente. Después van Baleares y las dos Castillas, de donde guardo muy buenos recuerdos, y, por último, lo visto en pequeñas incursiones por Asturias, Madrid, Navarra y Extremadura. Evidentemente no iba a meter todas las especies vistas en cada lugar, ya que no tengo foto de todas y hacerlo así me supondría mucho lío; lo que haré será mostrar las especies que más ilusión me ha hecho observar, y, sobretodo, una buena recopilación de anécdotas ornitológicas (tanto buenas como malas, jeje). Empezamos pues con este pequeño viaje:

- Comunidad Valenciana:

Aquí es donde he nacido, vivido, estudiado, etc. hasta la fecha. Actualmente resido en Alboraya, un pueblo cercano a la capital que, aunque con escasa separación, es muy diferente a la misma (pese al empeño de muchos por desmentirlo). Es cierto que muchos conocen la zona por la horchata, aunque, como curiosidad, mucha gente no la ubica o, más habitualmente, piensan que hablo de Port-Saplaya, que en realidad es la línea de costa del municipio. Después de este inciso técnico, voy al grano: es aquí donde empecé a aficionarme a observar aves, viendo los cernícalos por la huerta, patos, cormoranes, calamones y demás en el barranco, etc.

Pero, sin duda, lo que me metió de lleno en la ornitología fue este amigo de aquí:

Avetorillo (Ixobrychus minutus).



Creo que ya he mencionado alguna vez que estoy en esto por el avetorillo, al que observé durante mi estancia en el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler. Estuve allí tres meses que recuerdo con especial cariño, incluso las mañanas enteras limpiando la "consulta" o la autopsia de un podrido y apestoso cadáver de águila perdicera encontrado en una acequia... Momentos que me eran recompensados con muchos otros realmente buenos, como el Martín pescador al que "adopté", encargándome yo mismo de sus cuidados en el centro, y toques de humor con algunas llamadas al centro, como la del hombre que había visto una serpiente en la carretera y se extrañaba de que no fuéramos a recogerla o una mujer que pretendía darle pechuga a la plancha a un cernícalo; menos mal que llaman, si no quien sabe que destino les depararía a los pobres animales. Luego están los toques costumbristas, como la presunta viuda negra en un tarro que nos entregó una mujer, o una chica que, al enterarse de que allí sacrificaban a los galápagos de Florida, se llevó los que había traído amenazando con denunciar.

Mi buen amigo Martin (un nombre muy original él) dando cuenta de sus gambusias.
 
Algunas rapaces en los "box" de recuperación: cernícalo vulgar (Falco tinninculus).

Milano real (Milvus milvus).

Águila calzada (Aquila pennata).

Águila real (Aquila crysaetos).

Milano negro (Milvus migrans).
 
Búho real (Bubo bubo).

En cuestiones ornitológicas, el avetorillo y el martín pescador no eran las estrellas, sino que ese honor correspondía a una espectacular rapaz nocturna nidificante en el recinto: el búho chico (Asio otus). En efecto, aunque parezca una broma, una pareja y sus tres pollos criaba en el Centro, utilizando una altísima casuarina (Casuarina  equisetifolia). Un momento muy gracioso, del que disfruté muchísimo mientras mis compañeros de prácticas pasaban olímpicamente, fue cuando uno de los volantones me sorprendió asomando por un lentisco, con su expresión de sorpresa. Aquí algunas imágenes de la familia.

 
 
 


Y aún no he hablado de mi paraíso ornitológico particular: La Marjal dels Moros. Llevo años yendo, pero estos últimos años le he sacado mucho más partido viendo dos especies que personalmente me encantan: El chorlito carambolo (Charadrius morinellus) y el águila pescadora (Pandion haliaetus).

 Al primero lo descubrí gracias a un niño que señaló a sus padres la presencia de un "pajarito"; como es habitual le contestaron con el típico "Ah, sí mira", y continuaron andando, sin saber que estaban quitándole a su hijo la oportunidad de ver un ave muy poco común por aquí, llegada de las tundras del lejano ártico. Yo siempre pienso que, si se lo explicaran bien, a los niños les encantaría el mundo de las aves y la naturaleza en general, y momentos como este me dan un poco de bajón... que desapareció rápidamente al poder fotografiar a placer este confiadísimo ejemplar.

 

El águila la vi hace más bien poco, el pasado Septiembre, cuando aún no me había recuperado de la impresión que me dio ver la migración en Tarifa (saldrá más adelante). Oficialmente, según otros observadores había dos, pero a día de hoy sigo pensando que fueron tres los que vi. Allí había otro grupo de observadores, que se extrañaron cuando fotografié unos zarapitos trinadores. "Si tenemos águila pescadora", me dijo uno. Pero es que yo soy así, me gustan todas las especies aunque las haya visto mil veces, y siempre procuro disfrutar de todas (más ahora, que cada día me fijo en las tórtolas turcas de mi barrio). Al margen de todo esto, fue todo un momentazo ver a dos de las aves planeando sobre mi cabeza. Sin duda, el Moro es una mina de observaciones que no me cansaré de explotar.




Termino con la "terreta" con una pareja de bigotudos (Panurus biarmicus) que tuve la oportunidad de ver con unos anilladores en l'Albufera y un críalo (Clamator glandarius), el único que he visto en mi vida, que vi de casualidad en el término municipal de Ayora (Oeste de Valencia).

Bigotudos.

 
Críalo.
 

- Aragón:

La Comunidad de Aragón, principalmente por cercanía, pero también por sus valores naturales y paisajísticos, es uno de mis destinos naturalistas más frecuentados. Inevitablemente empiezo hablando de Gallocanta, lugar de peregrinación de las grullas (Grus grus) que suelo visitar año sí, año no. La última visita el año pasado me regaló, además de unas fotos bastante cercanas de estas aves, muchos momentos divertidos con mi familia, como el perro que no nos dejaba aparcar poniéndose detrás del coche o la pista de tierra que recorrimos con mi padre asustado porque no sabía donde íbamos... y por qué no decirlo, ninguno lo sabíamos muy bien; además, no vimos ni una grulla por ese camino. En otros puntos, sin embargo, las vimos muy bien:

Laguna de Gallocanta.

Grullas.


 
También en Aragón estuve en un Hide gestionado por Birding Teruel, empresa que lamentablemente ha tenido que echar el cierre hasta solventar unos temas. En cuanto vuelvan a la actividad y nos dejen salir de casa, cosa que ya se acerca (tanto que a partir del lunes podremos pasear), seguro que les hago otra visita. Para ir hasta allí, quedé con David Cayuela, propietario de los hides, en el aeropuerto de Valencia, de donde fuimos a Mora de Rubielos. He de decir que, aparte de un buen profesional, me pareció una persona de lo más agradable;  de hecho, nos pasamos el camino de ida intercambiando anécdotas de ornitología y naturaleza en general.  Respecto al hide, tengo que decir que era mi primera vez en uno privado, y la experiencia, excepto el momento en que descubrí que me había dejado el móvil en el coche y tuve que salir del hide a buscarlo (iréis viendo que siempre me pasa algo), fue muy positiva:  además de ver picogordos (Coccothraustes coccothraustes) que era la idea, disfruté de otras especies como el piquituerto (Loxia curvirostra), que por cierto no había visto antes, el pico picapinos (Dendrocopus major) o el zorzal charlo (Turdus viscivorus).
 
Picogordos.
 
 
Piquituertos.
 
 
Picapinos.
 
Zorzal charlo.
 
Después de pasar todo el día en el hide, David me preguntó si me gustaría probar a ver cabra montés,y le dije que por supuesto. No fue nada mal la cosa, viendo un grupo de 7 ejemplares:
 
Cabras montesas (Capra pyrenaica).


 
 

Como del Pirineo ya he hablado bastante recientemente, la última parte de la entrada es para el alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio), que, tras verlo por primera vez en Palencia (ya hablaré de ello), me apetecía comprobar sus puntos de reproducción en Teruel. Concretamente se ha detectado su presencia en el Puerto de Sollavientos (Allepuz), donde lo encontramos mi padre y yo en una pequeña masía junto a la carretera. Como os podéis imaginar, cada coche que pasaba reducía la velocidad para ver qué hacíamos... es lo que hay, claro, pero ¿No podríamos disfrutar cada uno de nuestra afición? Yo, por ejemplo, no me meto en lo que hace la gente “normal”. También pasó por allí el dueño de la masía, que, según nos dijo, andaba buscando una vaca perdida. No le importó en absoluto nuestra presencia; de hecho, incluso nos dijo que, si queríamos la masía, estaba en venta. La verdad, si tuviera dinero y tiempo no me importaría nada aceptar su oferta.
Un entorno privilegiado.



 
Alcaudón dorsirrojo.
 
Será alguna de estas la vaca del buen hombre??
 
En fin, pues esta es mi primera entrada anecdótica. Espero que vengan más, con o sin confinamiento; pero tranquilos, tampoco será tan largo como el “Cuéntame”. De momento publico esto a la espera de que empiece la ansiada “desescalada”, por lo que es probable que pronto tenga material nuevo y, lo más importante, salga un poco al campo que sea.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!
 
Dactylorhiza maculata.
 
P.D: Mucho ánimo a todos los residentes, cuidadores, etc. de residencias de la tercera edad; sé que estáis pasando por momentos muy duros. También transmitir mi pésame a aquellos familiares que hayan perdido a sus padres abuelos, etc.
 
¡¡¡Ánimo!!!