Pino negro (Pinus uncinata).
En Europa podemos encontrar dos subespecies: Uncinata, que es la que tenemos en España, y Rotundata, presente en los Alpes, Cárpatos y Alpes Dináricos. Como el que nos ocupa es el negro nominal o Uncinata, empezaré comentando sus características (como ya hice anteriormente). Se trata de un árbol corpulento, de corteza oscura y escamosa, que rara vez sobrepasa los 25 m. de altura. Su porte más habitual es el piramidal, pero sometidos a fuertes vientos se deforman según su dirección. Asimismo, la acumulación de nieve sobre las copas produce portes achaparrados. Sus hojas, como en todos las pinos, son aciculares o, más sencillo, en forma de aguja, y se disponenen en pares, en ramillas muy densas de color verde oscuro. Las acículas son notablemente más pequeñas que en otros pinos. Piñas bastante pequeñas, fácilmente diferenciables por su asimetría y sus escamas ganchudas. Aquí algunas imágenes del porte general, piñas, etc.
Acículas y piñas.
Aquí se aprecia mejor lo ''ganchudo'' de las piñas.
Cortezas.
Raíces.
Árboles muy utilizados en señalización.
Porte piramidal.
Porte globoso.
Piramidal (izquierda) y columnar (derecha).
Árboles raquíticos y achaparrados por la exposición al viento y el sustrato rocoso pobre en nutrientes.
Hay mucha variación individual en el porte, forma de la copa, ramificación, etc.
Como curiosidad, existe un híbrido con el pino silvestre, Pinus raethica, que se distingue por tener aspecto de silvestre pero piñas claramente de negro. Pongo imágenes de los dos para comparar:
Pino negro. Valdelinares.
Híbrido silvestre x negro, Valdelinares.
Bosquete mixto de pino negro y abeto (Abies alba).
Masa pura.
Se observan ejemplares en el límite de vegetación, mucho más pequeños por la exposición a los elementos.
Típico de zonas montañosas.
Su madera se ha utilizado tradicionalmente en tornería, aunque poco extendida por la facilidad de la misma para combarse y resquebrajarse a la intemperie. En cosmética se han utilizado sus acículas para la obtención de aceites esenciales. Aparte del uso tradicional, se trata de un árbol muy importante para los ecosistemas de montaña, ya que con su poderoso sistema de raíces protege los suelos de la erosión y corrimientos de tierra; además, actúan como un poderoso parapeto contra las avalanchas. Su nombre científico es la unión de los vocablos Pinus, es decir, ''pino'', y Uncinata, derivado del latín uncinatus , ''ganchudo", referente a las características escamas de sus piñas.
Su madera se usa en algunas construcciones rudimentarias como refugios, leñeros, cuadras, etc.
Aunque resistente se pudre con facilidad a la intemperie.
Se trata de una especie que sufre muchas deforestaciones por la construcción de pistas de esquí y otras instalaciones; muchas veces su ausencia provoca desprendimientos, avalanchas, la citada erosión,... Así de conectados están estos árboles con su entorno.
Unas últimas imágenes:
Los ejemplares secos parecen criaturas ancestrales; en este caso me recuerda a un cocodrilo.
Polystichum setiferum.
Hepatica nobilis.
Y, como se suele decir, ''mañana más'', jeje. Hasta aquí el pino negro, próximamente continuaré con esta serie de entradas sobre nuestros árboles. En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!