viernes, 26 de febrero de 2021

Posados animales y flamencos anillados.

 Una vez más escribiendo por aquí, en esta ocasión de nuevo por mis tierras costeras después de mi anterior incursión a la montaña castellonense. Como no puede ser de otra forma, todas las semanas hay al menos un par de días en los que salgo a patear campo cámara en ristre, esperando poder llevarme alguna buena foto... y vaya que así ha sido. Gran cantidad de aves (la mayoría clásicos de las zonas que visito) se han dejado observar y fotografiar muy de cerca, algo que no siempre ocurre y es de agradecer de vez en cuando. La de veces que me he tenido que volver a casa con apenas una imagen buena... Como siempre un paseo desde el pueblo hasta la playa depara muchos avistamientos, sobre todo los confiadísimos clásicos de la zona. El primer día que hice el "local patch" estaba nublado, pero por suerte puedo acompañarlo de otras imágenes con mejor luz, todas de mediados y finales de febrero.

Garza real (Ardea cinerea), adulto muy aquerenciado a la zona.

Lamentablemente, no son pocas las veces en que la imponente ardeida se ve acompañada de basura.


Calamón común (Porphyrio porphyrio), otro clásico y muy confiados y fáciles de sacar; ojo a la cara de mala leche del siguiente...



Este espectacular cormorán grande (Phalacrocorax carbo) nupcial no se dejó ver al sol, pero creo que ha quedado bastante bien.


Igual que los mirlos comunes (Turdus merula), la banda sonora de mis últimos paseos.


Los paseriformes, como los mirlos de antes, son muy abundantes en los márgenes de huertas y caminos. Pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

Verdecillo (Serinus serinus).

Jilgueros (Carduelis carduelis).


Gorrión común (Passer domesticus). Hembra.

No faltan las gaviotas, cabecinegras (Larus melanocephalus)...

... y reidoras (Larus ridibundus).

Otro clasicazo, la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides).

Después de todo este atracón de pajaricos y pajarracos llegaron las sorpresas. Una en forma bien conocida, la hembra de martín pescador (Alcedo atthis) que todos los inviernos utiliza las zonas de la desembocadura como coto de pesca. Si bien es cierto que es una especie residente, por lo menos aquí en esta parte de la costa sólo se ve en otoño-invierno; fenologías aparte, me brindó unos grandes momentos al posarse a escasos metros de mi, sobre unos cardos secos... como si de un hide se tratase!!



Después pude ver algunos lances de pesca:



La siguiente sorpresa fue mayúscula, pues se trata de una especie que habré oído mil veces por aquí y en otros lugares, pero de la que apenas tenía material fotográfico y, en todo caso, pésimo. El caso es que me pareció ver una gallineta cerca del camino, aseándose las plumas. Como me pareció ver algo raro la enfoqué y me quedé de piedra; no es para menos, pues si verlos es difícil, el hecho de fotografiar a un rascón al descubierto es todo un privilegio:

Rascón europeo (Rallus aquaticus).

Las siguientes ya no me gustan tanto como la primera, pero fue un avistamiento tan espectacular, de un ave tan bonita y enigmática, que se me pone la piel de gallina (o, en este caso, de rascón) sólo al acordarme. La nota costumbrista la pusieron los paseantes que hablaban de que "menuda cámara lleva ese" como si yo no estuviera allí. No suelo hacer comentarios a estas cosas, si les das cancha a saber dónde acabas y mi intención es disfrutar con calma de las aves.



Volver a casa atajando por las huertas es igualmente interesante, pues especies como la garcilla bueyera se alimentan aquí, aparte de la apabullante cantidad de pajarillos invernantes:

Bisbita pratense (Anthus pratensis).

Tarabilla común (Saxicola torquata).

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).

Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis). En ambos casos creo que son reproductores, por el penacho amarillento.


Esto en mi pueblo, donde, a pesar de los buenos ratos observando aves, uno acaba aburriéndose y queriendo un poco más, pero para algo tenemos la Marjal dels Moros. Mi último paseo por el humedal fue de lo más fructífero, principalmente por mi primera observación anual de un buen grupo de flamencos (Phoenicopterus roseus) donde como siempre había un par de anillas y, como siempre que veo flamencos anillados, he consultado una base de datos que encontré en Internet para saber más sobre su origen:



X-YHP (Delta del Ebro, 2018)

JDBL (Delta del Ródano, 2009)

Aparte de este interesante grupo de procedencias diversas, me sorprendió observar que este año el paso de limícolas se ha adelantado; no demasiado, cosa de una semana o dos a lo sumo, pero el casoe sque ya andaban por aquí la avoceta (Recurvirostra avosseta) y la aguja colinegra (Limosa limosa) que no sé si serán las mismas pero el número es exactamente igual cada año, junto a un par de agachadizas comunes (Gallinago gallinago) y cigüeñuelas (Himantopus himantopus).

Cigüeñuela y colinegra.

Ahora acompañada por las agachadizas.

Avoceta.

Este mosquitero común (Phylloscopus collybita) también estaba anillado; para mí resulta ilegible pero lo anoto como curiosidad.


Como siempre que te acercas al Moro, ves muchas otras aves como aguiluchos, anátidas, zampullines, somormujos, escribanos... estos dos últimos luciendo sus mejores galas nupciales:

Gaviota de Adouin (Larus audonii), una habitual que siempre observa a los paseantes desde su atalaya.




Zampullines chicos (Tachybaptys ruficollis).

Escribanos palustres (Emberiza schoeniculus).



Macho de aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).


Lavandera blanca (Motacilla alba).



Los somormujos lavancos (Podiceps cristatus) quedaron un poco raros entre la neblina que se acabó levantando, pero hace poco pude disfrutarlos como ya veréis próximamente.




Atención ahora a este grupo de "gansos":


Con estos tiempos que corren y algunos, como veis, saliendo por ahí con su "grupito" como si nada... pero para mi lo más chocante no es eso: ¡Van como Pedro por su casa! Ni siquiera tratan de disimular, ahí están, a plena vista junto a un sendero transitado no, lo siguiente. Como veis ha difuminado la imagen y, como no quiero ningún lío, no denuncié finalmente a la policía, pero, asimismo, me parece de traca que esto pase, porque está pasando a diario (cuando salgo por la huerta, la playa... siempre hay algún grupo bastante numeroso bebiendo y demás) y nadie lo esté controlando; esto no deben controlarlo los ciudadanos denunciando y exponiéndose, sino los cuerpos de seguridad y policía, pero ahora estos están saturados de trabajo con los cierres perimetrales, manifestaciones en su contra... sé que esto no llegará a ningún sitio pero... ¡QUE ALGUIEN HAGA ALGO AL RESPECTO; MENOS FALLAS VIRTUALES (estáis leyendo bien) Y MÁS CONTROL DE ESTOS ASUNTOS!

Para que esto no acabe con este alegato, fruto de la impotencia que me da ver que, mientras la mayoría aguantamos las medidas que, en mayor o menor medida, han provocado estas actitudes, me despido con esta selección de imágenes de los últimos días:

Lirio amarillo (Iris latifolia). La primavera se aproxima en todo su esplendor.

Tronco de "palo de borracho" (Ceiba speciosa). Como para abrazarse...

Viborera (Echium vulgare).

Gamoncillo (Asphodelus fistulosus).

ni idea...

Jabonera (Saponaria officinalis).

Col, rúcula...

Calendula spp.? (La jardinería no es lo mío)

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!


sábado, 20 de febrero de 2021

Las cascadas del Palancia.

 Como mi municipio no está cerrado perimetralmente durante el fin de semana, como es así en Valencia capital y otros de los alrededores, aún puedo aprovechar para cambiar de aires y dirigirme a alguna zona serrana, cosa que siempre apetece a pesar de la inestabilidad climática de estos días: lluvias, viento, niebla... y algún que otro día más calmado que hay que aprovechar. El pasado sábado 13 pensé que sería buena idea ir al área recreativa de Los Cloticos (Bejís) y desde allí andar un rato por la pista que lleva a la Solana de las Viñas. No llegué tan lejos porque luego tenía otra idea en mente, pero fue una mañana bastante fructífera, empezando por lo que da nombre a la entrada: una serie de cascadas y saltos de agua que pueden disfrutarse muy cerca de la fuente. De hecho, he estado por aquí en otras ocasiones y nunca había visto tanta agua como el pasado sábado. Otra consecuencia positiva de la tan denostada "Filomena". Desde luego habrá nevado bien en las cumbres que rodean la zona, y tanta agua será fruto, en mayor o menor medida, del deshielo estos días ya casi primaverales.


La zona estaba repleta de currucas capirotadas (Sylvia atricapilla).






Un entorno muy agradable.

Siguiendo hacia la aldea del Molinar tenemos excelentes panorámicas de los grandes picos que rodean el entorno del Nacimiento del río Palancia (cómo no, la ruta que iba hacia este último llena de gente y perros sueltos... obviamente decidí que ni me acercaría), no será difícil avistar los buitres leonados (Gyps fulvus) de la gran colonia que cría aquí.

Peña Juliana (1476 msnm).

Peñaescabia (1310 msnm). Volverá a aparecer por el blog, pronto, atentos...

Buitres leonados.



Aquí es fácil verlos volar bastante cerca; otra cosa son las nubes...


La pista que va de El Molinar a la solana es muy bonita, con bastantes bosques de coníferas (Pinos negral, rodeno y silvestre) y vistas hacia los estrechos y muelas alrededor del río Palancia, también con algunos saltos de agua. Un entorno muy bonito, diferente a muchos de los que tenemos por aquí; lástima que se hayan dedicado a plantar indiscriminadamente cipreses común (Cupressus sempervirens) y de Arizona (Cupressus arizonica) como si fuera aquello un jardín.


El Molinar.

Almendros en flor, todo un icono del mes de febrero en el interior de la Comunidad Valenciana.


Pinos silvestres (Pinus sylvestris) y algún negral (Pinus nigra).



Ratoneros (Buteo buteo) rondando por la zona.

Curiosa roca en forma de busto.


Procesionaria del pino (Taumatophoea pytiocampa).


Todo lo bueno se acaba, y tras unas 3 horas en este idílico paisaje aquello empezó a llenarse de gente con perros sin ningún control, los típicos espabilados venga a llenar garrafas de agua en la fuente... Era el momento de irse a probar suerte con los acentores alpinos (Prunella collaris) pues se estaba viendo un nutrido grupo en el castillo de Bejís. Al llegar al punto más alto del mismo encontré 4 ejemplares, aparte de las espléndidas vistas de los alrededores. Ahora bien, si hasta ahora habéis visto el sol en la publicación, eso se acabó, pues aquello al final parecía Mordor...

Otra vista del Peñaescabia, mucho más espectacular que desde abajo.

Torás, rodeado por los almendros en flor.

Como en muchos otros castillos y zonas altas del sur-sureste, los acentores alpinos durante el invierno son aves muy confiadas y fáciles de aproximar, mucho más aún con la nueva focal.



Esta es mi favorita, sin duda; parece que esté posando y, como veréis en próximas publicaciones, no es el único.


Después de visitar el castillo y, sobre todo, cuando empezaron a subir moteros, me volví para casa, aunque salir del pueblo fue una odisea. Atravesar la plaza del pueblo, por ejemplo, era extremadamente difícil por la cantidad de motos aparcadas a tontas y a locas, además de que la plaza estaba bastante concurrida y aquello parecía un mercado. Los bares están cerrados y sólo sirven para llevar, pero eso no quita que a sus puertas se amontone la gente a comer, beber y charlar, algo que se exitende a cualquier banco o muro de piedra que circunde los establecimientos. La cosa iba mejor cuando estaban abiertos y los comensales se sentaban en las terrazas, menos aglomeraciones pienso yo... Y por otro lado tenemos manifestaciones multitudinarias en las grandes capitales, aglomeraciones en todo tipo de caminos y paseos (por no hablar de las calles de aquellos municipios que cierran en fin de semana) y los típicos individuos que, al parecer con total impunidad, se saltan a la torera lo que otros aceptamos y cumplimos aunque no nos guste o nos aguantemos sin escaparnos que sea unos días a otra provincia/comunidad. Bueno en fin, que espero que os haya gustado este paseo por una zona que, pese a todo, tiene muchísimo encanto, y siempre es un lugar para volver y volver. Próximamente veremos más posados animales y cómo la primavera se va abriendo paso; este año al parecer a buen ritmo después de todo el frío que hemos pasado.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!