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domingo, 2 de mayo de 2021

Barranc del Carraixet: un paraíso muy maltratado

En esta ocasión os voy a hablar de uno de los lugares que visito con más frecuencia al quedar muy cerca de mi casa, el Barranc del Carraixet aquí en Alboraya (Valencia). A simple vista no parece gran cosa, pero, y sobre todo desde hace unos años, es un auténtico paraíso para cualquier amante de las aves. En primavera, verano, otoño e invierno se puede disfrutar de gran cantidad de especies, entre las que se quedan aquí todo el año y las visitantes estacionales. Nunca me canso de decir que aquí, aunque no lo parezca, hay gran cantidad de fauna y biodiversidad; siempre estarán aquellos que piensen que aquí solo hay "patos" o que está muy sucio (esta última una gran verdad), pero como iremos viendo la mayoría de estas afirmaciones son para justificar proyectos que no tienen ni pies ni cabeza en espacios como este. La cantidad de aves que pueden observarse aquí es enorme, destacando la presencia del calamón común (Porphyrio porphyrio) pero yendo más allá: gaviotas, garzas, cormoranes, limícolas, rapaces y el intrincado mundo de los paseriformes invernantes y en paso migratorio son algunos de sus atractivos. Las fotos, obviamente, las he elegido de entre las que yo creo que son de mejor calidad, para enseñaros todo esto en condiciones.

Calamón común (Porphyrio porphyrio). Los habrá en más sitios, pero este es el mejor que conozco para fotografiarlos.


Gaviota de Adouin (Larus audonii).

Garcilla cangrejera (Ardeola ralloides).

Garza real (Ardea cinerea).

En primavera - verano pueden verse, aparte de las aves residentes, algunas que sólo nos visitan durante esta temporada. Morito común (Plegadis falcinellus).

Fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida).

Fumarel común (Chlidonias niger).

Garza imperial (Ardea purpurea).

Otras amenizan los inviernos. Martín pescador (Alcedo atthis).

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).

Gaviota reidora (Larus ridibundus).

Agachadiza común (Gallinago gallinago).

Como parece ser una constante en todos nuestros espacios naturales, el Barranc tiene un lado oscuro en forma de la temida "basuraleza". Y, al estar cerca de un núcleo urbano y, además, una pedanía cercana a su desembocadura, aquí ya hemos visto de todo: botellas de plástico y vidrio, todo tipo de telas, envoltorios, papeles, últimamente mascarillas... Luego está el típico... espabilado al que se le ocurre lanzar neumáticos, bidones de gasolina o incluso carros de la compra (todo un clásico local). Estos elementos son aprovechados, sobre todo por los cormoranes invernantes, para posarse y demás, aunque también es verdad que últimamente hay algunas rocas que cubren esta necesidad de una forma más natural.

Muestra variada del asunto que comentaba arriba.


Basura por todas partes, que en ocasiones incluye cadáveres de animales. Os puedo asegurar que aquí ha llegado a haber media vaca, por no hablar de perros, gatos, cerdos e incluso una gineta. La mayoría de estas cosas supongo que las arrastrará la corriente, pero sé de buena mano de que algunas personas los lanzan aquí. A tenor de los animales de compañía y de granja (lo de la gineta fue algo excepcional), el camino para recorrer el barranco es frecuentado por varios clubs hípicos a los que no parece importarles que los animales dejen excrementos por todo el camino, así que también hay que andarse con ojo para no pisar semejantes ñordos; también me ha pasado a veces en la playa de estar fotografiando tranquilamente cualquier cosa y que por la gracia de ir por ahí con el caballo se haya acabado todo (cuando está prohibido que los caballos circulen por la playa).

¿Podría ser un jabalí?

Gineta.

Aparte del grave problema con la basura, al que contribuyen por igual vecinos, paseantes, pescadores..., están algunos disparatados proyectos propuestos por el ayuntamiento, como cuando se iba a celebrar el famoso Mare Nosturm en la desembocadura, un macrofestival lleno de gente y ruido que habría alterado gravemente a la fauna local, aparte de los vecinos del pueblo, la mayoría contrarios a su celebración; a tanto llegó la cosa que, gracias a una recogida de firmas, incluida la mía y las de muchos conocidos, logramos que lo trasladaran al puerto.

 Despropósitos como este (véase PGE, por ejemplo, y ciertos proyectos en el propio barranco que veremos como acaban) hay muchos, parece que cada año uno distinto, propuestos o aceptados por un ayuntamiento supuestamente "progresista" con el que, dicho sea de paso, no estoy nada contento.

Por otra parte, centrarse en la parte mala al final no es bueno: es cierto que hay muchos problemas, pero también lo es, y cada vez más, que este es un punto clave para la biodiversidad con mucho potencial, ya sea como ecosistema, zona de ocio, escenario para salidas pajareras...; todo un privilegio tener algo así en tu pueblo.

Entrada un tanto atípica para mi, la verdad; después de esta breve retrospectiva sobre un paraje natural al que le tengo mucho aprecio volveré a presentar por aquí mis típicas salidas cargadas de aves y demás que últimamente (siguen) dando para mucho. Despidiéndome por el momento, pero pronto con mucho que contar, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!

sábado, 27 de marzo de 2021

Migrantes y más en el puente de San José

 Llegan las famosas Fallas de Valencia, y con ellas unos días de descanso que siempre vienen bien para hacer alguna excursión que, de normal, no sería lo mismo después del trabajo. Se avecinaban días bastante lluviosos pero, al final, todo ha quedado en 4 gotas un par de días. Aunque las vacaciones me empezaban en teoría el miércoles 17 a mediodía esa tarde la dediqué a otros menesteres, a pesar del "tiempo de Fallas" que tanto oía por ahí que iban a aprovechar porque después llovía.

El 18 decidí quedarme cerca de casa al estar anunciado como el más lluvioso e inestable de todos. De buena mañana ya estaba plantado en la zona de huerta y barbechos más cercana al barrio, donde empezaba las vacaciones con una buena representación de la avifauna del término municipal y, poniendo la nota de color, algunas abubillas (Upupa epops). Mucho mejor que el año pasado, observando las tórtolas turcas desde el balcón....

Abubilla sobre un antiestético posadero.

Colirrojo tizón (Phoenicurus ochuros).


Verdecillo (Sernus serinus) cantando bajo la lluvia.

Tórtola turca (Streptopelia turtur).

De hecho, la cosa mejoró al poco tiempo, justo cuando empezaba a chispear. No contaba con ver paso migratorio de grandes aves con el día que teníamos, pero, no obstante, un ave de grandes dimensiones llamó mi atención volando hacia donde estaba. La primera garza imperial (Ardea purpurea) que he visto este año, un precioso ejemplar reproductor, decidió tomarse un descanso posándose en una plantación de árboles ornamentales, mostrando todo su poderío en vuelo y sus llamativos colores. Ahora sí que ha empezado la "mascletà", jejeje...

Garza imperial surgida como un auténtico pájaro del trueno.

Cuando empezó a llover de verdad (es decir, un auténtico día de Fallas) enseguida me di cuenta de que aún aguantaría un rato más entre chispeo y chaparrón corto, así que decidí estar un rato más por allí hasta que la lluvia llegara con más fuerza. Algo que me encanta de estos días es fotografiar la mullida vegetación, más aún si de paso pillo algunas gotas de lluvia:

El haba de toda la vida (Vicia faba).


Brassica oleracra/spp.

Hablando de vegetación, también pasé por un curioso lugar del término municipal donde encontramos, la mayoría plantados, rosales silvestres (Rosa sempervirens), laureles (Laurus nobilis) y encinas (Quercus ilex) aparte de arces norteamericanos (Acer negundo) y otras alóctonas que alguien pensaría que hacían bonito aquí. Después ya nada; el resto de la mañana y toda la tarde lloviendo y el típico plan de revisar material fotográfico y ver una peli o algo, en ese orden.

Rosal.

Lentisco (Pistacea lentiscus).

Laurel.

Por aquí cerca algunos olmos (Ulmus minor), de los pocos supervivientes a la grafiosis.

El día siguiente, el que llaman el "Día Grande" de las Fallas, también resultó ser grande para otras cosas. Este día suelo acercarme a algún punto (este año la Marjal dels Moros) para ver cómo está el paso migratorio. Y esta vez, después del buen inicio que suponen las malvasías nupciales, me encuentro con nada menos que 5 cercetas carretonas (Anas querquedula), todas machos en plumaje nupcial. Es la primera vez que veo esta bonita anátida, con esa enorme ceja que le da un aspecto de lo más curioso y sus tonalidades grisáceas y castañas. A pesar de la distancia las disfruté mucho.

Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala).

Cercetas carretonas.

Mucho más cerca estaba este ejemplar de terrera común (Calandrella brachydactyla), novedad para mí que a simple vista parece muy sosa pero que, con su cuerpo regordete y sus tonalidades marrón claro, aparte de su expresión facial que me pareció bastante afable, se queda como uno de los mejores momentos de estas fiestas y, ya de paso, del mes. 

Terrera común.

Aparte de esto, un bando de 18 martinetes (Nycticorax nycticorax) elegantes como buenas ardeidas, mucho flamenco (Phoenicopterus roseus) y el típico repertorio de acuáticas, palustres y marinas que hace que la visita valga la pena de por sí. Ah, y, para variar, durante mucho tiempo estuve completamente solo: claro, un día así, aunque no llueva, la gente se recluye en sus casas, no sea cosa que acaben congelados y esos rollos que se monta la gente por las temidas "olas de frío". Filomena segunda parte decían los medios...

Flamencos.


Golondrina común (Hirundo rustica).

Gaviotas cabecinegras (Larus melanocephalus).

Martinetes.

Bando al completo.

Gaviotas reidoras (Larus ridibundus).


Otra cabecinegra.

Aún quedan invernantes como las cercetas comunes (Anas crecca) y cucharas (Anas clypeata).





Aprovecho y os cuento: el miércoles pasado me volví a pasar y vi más paso migratorio: águila pescadora (Pandion haliaetus), vuelvepiedras (Arenaria interpres), los primeros charranes comunes (Sterna hirundo), un precioso macho de collalba gris (Oenanthe oenanthe) y muchas lavanderas boyeras (Motacilla flava), incluyendo este ejemplar que tengo la sospecha que es de la subespecie asiática beema. A ver si alguien puede confirmarlo (o negarlo, aceptaría las 2).

Águila pescadora en plena muda al plumaje adulto, la estrella del paseo.

Collalba gris.

Centaurea seridis para variar entre tanta pluma.

La sospechosa boyera. Probablemente ssp. flava si no es beema, pero ese amarillo bajo la garganta y la ceja...


Charrán común.

La elegante gaviota de Adouin (Larus audonii), un clásico y muy acostumbrada a la presencia humana (y a un servidor y su cámara).

Para acabar bien las vacaciones, ya en una tarde apacible y soleada, decidí echar un vistazo al Barranc del Carraixet, que suele aparecer por aquí, el domingo por la tarde. Como esperaba muchísima gente y escándalo, pero también algunas aves interesantes y cercanas.

Precioso morito (Plegadis falcinellus) adulto.


Calamón (Porphyrio porphyrio).


Garcillas bueyeras (Bubulucus ibis).

 Por la mañana estuve haciendo otra cosa bastante más fructífera y distinta a lo que suelo hacer, pero prefiero dejar eso para la próxima entrada donde veréis interesantes cambios de aires en medio de esta explosión primaveral que, al contrario que el año pasado, puedo disfrutar plenamente; eso sí, en el territorio de mi Comunidad, que la verdad ya empieza a resultarme algo pesada después de tanto tiempo, pero ya aviso: Abril promete, y ya tengo pensadas un par de cosas por si en un par de meses nos dejan movernos con más libertad. 

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en las tierras silvestres!