Final de esta aventura recorriendo prácticamente todo un país, de los pequeños, pero ya es decir bastante. El resto de días, a pesar de la considerable bajada de especies botánicas (casi todas repetidas, aunque es algo normal estando tantos días), sí que pude bichear bastante más, incluso pajarear, lo que supuso muy buenas incorporaciones faunísticas. Podría decirse que, en cuanto a diversidad, esta es la mejor parte del viaje, algo que, después de un inicio espectacular y dos excursiones de las que esperaba más, agradecí muchísimo.
- Mirador del Roc del Quer:
Nos habíamos quedado en la tarde del tercer día completo en el país, cuando fuimos a este espectacular mirador. Se encuentra colgado sobre unos riscos, en un entorno de prados alpinos y bosques de pino negro, ofreciendo espectaculares vistas de los alrededores, así como la sinuosa carretera que lleva al mirador. Personalmente me habría quedado más tiempo aquí, incluso visitando algún paraje cercano pues la zona se veía brutal, pero ese día justo querían volver pronto para ver el fútbol; es lo malo de los viajes organizados, que cada uno quiere una cosa, pero hay que adaptarse al grupo y, claro, no te puedes quedar por ahí tú sólo.
Los halcones peregrinos (Falco peregrinus) nidifican en la zona, como me demostró un juvenil llamando insistentemente desde un roquedo. Aunque no pude ver si llegaban más, sin duda criarán aquí o cerca.
- Parque Natural de Sorteny:
Primer parque natural que visitamos en el viaje (también el último). Un día despejado y espectacular, en un paraje lleno de flores, mariposas... y con un pequeño jardín botánico de montaña muy interesante, todo esto después de probar más exposiciones acuáticas en un bonito río. En cuanto a las mariposas destacaban las blancas del majuelo (Aporia crataegi) y la gran apolo (Parnassius apollo) justo al lado del camino.
En el lago, aparte del bonito paisaje, verderón serrano (Carduelis citrinella), buitres leonados (Gyps fulvus) y un quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), aparte de otras flores de montaña que, aunque ya las había visto, aquí estaban preciosas.
La bajada también fue rápida, pero, como la actividad del día era un balneario y yo me había apuntado para recargar pilas y probar un poco el tema, esa vez no me importó tanto el ritmo rápido, a pesar del tiempo récord en que hicimos la ruta. Dejamos por el momento las rutas y vemos el balneario por fuera, un edificio bastante espectacular:
- Estanys de Pessons:
Una de las rutas que más esperaba, pues me gustan los lagos de montaña y los paisajes que se forman alrededor y en esta ruta habían bastantes. Por cierto, no sé si lo he comentado pero aquí y en Cataluña los lagos se denominan "Estanys", al contrario que en el pirineo oscense y navarro que son conocidos como "Ibones".
La primera parte de la ruta era un duro sendero entre bosques de pino negro, donde volví a ver al verderón serrano y vi por primera vez en mi vida al reyezuelo sencillo (Regulus regulus), el ave más pequeña de Europa, con un avistamiento bastante bueno y la oportunidad de compartir con mis compañeros de excursión (algunos) esta pequeña ave. Empezaba bien el día.
En los lagos no habían muchas aves pero compensaba la belleza del lugar, la amabilidad de sus "habitantes" y una vez más la flora. Los lagos creo recordar que son 10, pero vimos 8; aquí voy a poner todos los fotografiados pero puede que haya más, puede que alguno estuviese seco.
De nuevo una bajada rápida, esta vez para que los que estaban apuntados fuesen a la tirolina, actividad que me da mucho respeto y, la verdad, prefería un cómodo paseo hasta el río y descansar un poco el resto de la tarde.
Buscaba tranquilidad, pero la cosa daría un giro hacia el terreno de las emociones fuertes. Saltando el río de roca en roca hasta la orilla del sendero que lleva al pueblo, me encontré a este juvenil de víbora áspid (Aspis aspis) que se puso en alerta al oírme.
Víbora áspid.
Por supuesto entiendo que son animales salvajes pero, si no son molestados o se sienten amenazados, no atacarán; el problema fue encontrar el camino correcto para salir del río, evitar molestar al bicho y la posible mordedura y, muy importante, sacar una foto del bicho desde una distancia segura porque me parecen animales fascinantes... mucho ojo con mis prioridades, jajajajaj.
- Estany de les salamandres:
Último día de ruta. Antes de empezar el relato una aclaración: en el susodicho lago no hay salamandras, sino tritones. El lago se llama así y así llaman aquí a sus habitantes anfibios, y así nos lo transmitió el guía; no es culpa suya: es guía de montaña, y el mero hecho de que, al interesarle la botánica, se prepare alguna que otra explicación sobre flora y fauna sin estar obligado a ello ya me parece algo digno de admiración.
Aquel día, a pesar de estar de vacaciones, ya había mucha gente hablando de las nuevas restricciones que nos esperaban en Valencia; al final, al menos a mi, no me han afectado para nada porque a la 1 suelo estar durmiendo y no suelo reunirme con más de 10 personas a la vez, y, aún mejor, han conseguido que baje la incidencia. Y ya el inicio de la ruta hacía pensar que sería un día muy bueno:
Llegamos al lago ascendiendo por empinadas laderas donde se movían de nuevo bisbita alpino y collalba gris como el primer día, y esta vez se dejaron ver mucho mejor, así como los tritones: había bastantes y se dejaban ver bien.
Bajar desde el lago al hotel fue bastante duro debido al calor, pero con las últimas observaciones florales del viaje y entre risas todo se lleva mucho mejor. Mención especial los prados salpicados de lirios...
Por la tarde visitamos Andorra la Vella, y, mientras los demás visitaban el museo Tyssen, yo opté por callejear y ver un poco aquello pues me resulta más agradable que estar 1 hora de pie viendo cuadros que, en la mayoría de casos no disfruto al no comprenderlos.
Después de esto ya volví a Valencia, satisfecho por una semana fantástica y, ante todo, feliz de haberme saltado una buena ola de calor y aterrizar en (por aquel entonces) un ambiente inusualmente fresco para estar en pleno verano. Os dejo con unas últimas fotos: escribanos cerillos (Emberiza citrinella) vistos temprano en el camino al río. Además, este año volveré al Pirineo; ya contaré.
En fin, un saludo y...
¡Nos vemos en las tierras silvestres!
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