jueves, 11 de marzo de 2021

Salinas y lagunas del sur

 El cierre perimetral que impide entrar o salir de las comunidades está ahí, y estará un tiempo más en vigor. Por lo tanto, de momento si quieres viajar tiene que ser en tu Provincia/Comunidad Autónoma. Hasta hace poco, el viajar por dentro de la Comunidad Valenciana estaba bastante limitado por el cierre perimetral de los municipios de más de 50.000 habitantes (por ejemplo, no se podría haber ido a los puntos que aparecen en esta entrada) y el cierre de la hostelería, lo que complicaba bastante el tema de encontrar donde comer. Como no se podía hacer mucho más y, tal y como ya suponía, tendría buenos avistamientos de aves por aquellos lares, el primer fin de semana en que se podía ir a "grandes" ciudades lo dediqué a las Salinas de Santa Pola y el Hondo de Elche.


Alguien que no sea de la comunidad pero conozca un poco la zona pensará que a Santa Pola se podía ir al no haber más de 50.000 habitantes, pero el tema es que su término municipal está totalmente rodeado por el de Elche, hasta la semana pasada confinado en fin de semana, y para evitar problemas como controles, etc. y, aparte, poder comer algo en algún local (que parece que no pero hace mucho en un viaje de estas características) pues he esperado a que abriera todo el territorio para poder disfrutar al máximo por los exuberantes humedales de ambos municipios. Primero las Salinas por ser el viaje más directo, y porque no conocía la zona en profundidad. Lo primero de todo fue un corto paseo hasta la desembocadura del río Segura, sitio nuevo para mí y, como suele pasar cuando no vas a lo seguro, del que me llevo una pésima impresión. La zona de pinares, saladares y dunas muy chula hasta que llegas a la costa y encuentras basura, malos olores, energúmenos de todo tipo y sus perros sueltos... Por suerte no fue todo en balde, y, aparte de la curiosa vegetación costera y algún insecto, vi un buen número de cogujadas comunes (Galerida cristata) y gaviota de Adouin (Larus audonii). Como veréis todo un festival de especies y biodiversidad, jajajajaja.

Cogujadas comunes.



Manzanilla (Helichrysum stoechas).

Gaviota de Adouin.



Geranio de playa (Erodium laciniatum).

Después de aquella primera mala impresión tocó recuperar fuerzas en las Salinas. Estas son extensísimas y siempre están llenas de agua, nada que ver con las infames marjales de l'Albufera y su aspecto de desierto desolado casi todo el año. Lo primero que destaca son los flamencos, en gran número y por todas partes, pero bastante lejos de los "observatorios" (apartaderos junto a una carretera de tráfico constante). No era así con otras especies como las innumerables gaviotas patiamarillas (Larus michaellis) y la pobre picofina (Larus genei) con un sedal enredado a una pata que se alimentaban cerca de la Torre del Tamarit. La picofina parecía desenvolverse perfectamente, pero es una lástima que tenga que coexistir con esa lacra que, a la larga, puede ser perjudicial.


Torre del Tamarit (S.XVI).

Gaviota picofina.

Gaviotas patiamarillas.




Por allí también habían somormujos lavancos (Podiceps cristatus) bastante encelados y un solitario archibebe común (Tringa totanus), por lo que el repertorio de especies observadas era bastante escaso aún, además casi todo cosas que acostumbro a ver. 

Flamencos.


Flamencos y somormujos.

Lo que desde luego no acostumbro a ver es grandes grupos de limícolas como el que había unos metros más adelante en la carretera con agujas colinegras (Limosa limosa) la mayoría en plumaje nupcial, archibebe oscuro (Tringa erythropus), correlimos común (Calidris alpina) y menudo (Calidris minuta), un solitario combatiente (Philomachus pugnax) y las consabidas avocetas (Recurvirostra avosseta) y cigüeñuelas (Himantopus himantopus). Algo más lejos tarros blancos (Tadorna tadorna) y flamencos (Phoenicopterus roseus).La cosa mejoraba por momentos...

Archibebes oscuros.

Agujas, combatiente y cigüeñuela.


Archibebe común.

Correlimos.

Cigüeñuela.


Después de todo esto le tocó el turno a las Salinas del Pinet, donde, después de un susto cuando unos ciclistas bastante imprudentes pasaron por delante y por detrás del coche mientras aparcaba; luego encima riéndose, menuda gracia si hubiera un accidente... en fin, que volví a ver agujas colinegras, esta vez observaciones muy cercanas y de gran calidad. Fijaos en lo bonitas que están con su rojizo plumaje nupcial.






El resto de las salinas muy animadas: flamencos, picofinas, avocetas, correlimos, charranes patinegros (Sterna sandvicensis) y gaviotas patiamarilla y sombría (Larus fuscus). Además no las conocía muy bien, y tanto el entorno como el recorrido por los distintos observatorios está bastante chulo y muy bien montado para observar aves, no como otros sitios que yo me sé... Otra cosa que me gustó es ver por allí otros aficionados a la observación y fotografía, se nota que es buen sitio.

Flamencos, uno con anilla X/TJL (Delta del Ebro, 2016).

Avocetas.







Gaviotas picofinas.

Charranes patinegros.

Sombríasy patiamarillas.


Después de una comida típica de la zona (calamares, puntillas, arroz a banda...) y en un ambiente bastante más desapacible que la mañana de claroscuros fui al Hondo de Elche, en concreto una ruta por la orilla sur donde puede accederse a varios observatorios. Un grupo de grullas (Grus grus) que lamentablemente se quedó sin foto y buena cantidad de hirúndidos (¡¡Ya están aquíiii!!) me daban la bienvenida. La tarde prometía.

Aviones comunes (Delichon urbicum). También había golondrinas comunes y dáuricas.

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus).

Las estrellas ornitológicas de la zona son, aparte de la cerceta pardilla y la focha moruna, el zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis) en plumaje nupcial y la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), como siempre ambos muy fáciles de detectar bastante cerca de los observatorios. Otra especie fue el ubicuo invernante que es el cuchara europeo (Anas clypeata). Entonces llegó uno de mis momentos favoritos del viaje, y ya puestos del año. Un grupo de flamencos decidió darse un paseo ante el observatorio donde estaba, acercándose mucho y permitiendo unas imágenes que, a pesar de estar nublado, son de las mejores que he obtenido de la especie.

Malvasías.


Zampullines cuellinegros.



Cucharas.

Flamencos bien cerquita.







Después de esto sólo quedaba registrarse en el hotel y dar una vuelta por Elche, ciudad bonita donde las haya. Las fotos son con el móvil pues no me quedaba batería en la cámara, pero creo que han quedado bastante bien. Sobre el hotel, pues un sitio para dormir, sin más; la cena bastante sosa en cuanto a opciones, y todo muy normalito. Por suerte el desayuno estaba espectacular. Tendría que haber sacado alguna foto...

Basílica de Santa María (S.XVII-XVIII).

Palacio de Altamira (S.XV).

El día siguiente fue bastante soso, tanto que allá las 4 de la tarde ya estaba en casa. Para empezar la visita a la Laguna de la Mata en busca de algunas especies de orquídeas empezó bastante bien: un entorno chulo, alcaravanes (Burhinus oedicnemus) cantando en la lejanía, floración a tope... pero ni rastro de orquídeas. Después de esto fui a un observatorio donde pude ver chorlito gris (Pluvialis squatarola) y hasta ahí. Lo que empezó siendo no más que una llovizna se transformó en una fuerte e insistente lluvia que fue cogiendo fuerza hasta que, empapado, llegué como pude al coche y, tras ponerme ropa seca así rápido, vuelta para casa. Más tarde me enteraría de que cayeron por allí 70 litros por metro cuadrado y las carreteras quedaron incomunicadas, de lo que yo me libré por los pelos. Lo único que tengo son unas fotos de la laguna y algo de vegetación, los chorlitos y el estupendo día que se quedó para hacerse una buena ruta de observación de aves (nótese la ironía).

Tamarilla blanca (Helianthemum violaceum).

Tomillo (Thymus hyemalis).


Gamón (Asphodelus cerasiferus).



Manto de Virgen (Fagonia cretica).


Laguna de la Mata con vides y eucaliptos rodeándola, llamémoslo "progreso".

Centaurea aspera subsp. aspera.

Chorlito gris y compañía.

Figuras entre la lluvia.

Resumiendo: mejor habría sido si el domingo hubiera hecho mejor clima (o, al menos, no hubiera caído la mundial) pero muy satisfactorio y gratificante después de tanto tiempo con las dichosas limitaciones de movilidad; echando de menos un viaje nacional, pero en este aspecto soy optimista: parece que la tendencia a la baja se mantiene y vamos remontando. De momento me queda la impresión de un fin de semana muy bien aprovechado, pese al apocalíptico final.

En fin, un saludo y...

¡Nos vemos en el arca de Noé las tierras silvestres!

Y así fue el final apoteósico...

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